Ciencia y Tecnología
Los incendios de España han sido excepcionales en el sentido literal de la palabra: este mapa de Europa es la prueba

Queda aún casi un mes por delante, pero el verano de 2025 será recordado ya como el del fuego. Hay que remontarse tres décadas atrás, a 1994, para encontrar un año en el que las llamas devoraran más superficie forestal. El fuego ha arrasado hectáreas, se ha cobrado vidas, ha calcinado casas y granjas y ha afectado a iconos naturales como Las Médulas, en la comarca de El Bierzo, ahora teñido de negro.
A pesar de la fuerza de todas esas imágenes hay una que retrata de forma aún más rotunda la lacra del fuego en España: el mapa que compara la superficie abrasada este año en nuestro país con la quemada en otras naciones, como Francia o Italia.
¿Qué ha pasado? Si hablamos de incendios forestales el refrán de que ‘una imagen vale más que mil palabras’ es más cierto que nunca, aunque las imágenes más fuertes no siempre muestran llamas, árboles calcinados o columnas de humo. Hace poco The World in Maps, una comunidad con más de 700.000 seguidores en Instagram, publicó un mapa de Europa en el que plasma la superficie arrasada en varios países del continente. Y la diferencia de España con respecto a algunos de sus vecinos más próximos, como Portugal, Italia o Francia, es abrumadora.
Y eso, ¿por qué? Porque muestra que a 19 de agosto en España se habían calcinado más de 348.000 hectáreas frente a las 216.200 de Portugal, las 125.400 de Rumanía, 65.100 de Italia o 35.600 de Francia. Cada nación tiene una extensión distinta (solo la España peninsular quintuplica la superficie de Portugal), pero aún así la comparativa resulta elocuente. España es la que ha visto carbonizadas más hectáreas, superando de lejos a otros países más extensos, como Francia.
¿De dónde salen los datos? The World in Maps no lo precisa, pero sus estimaciones se corresponden más o menos con las de EFFIS, el sistema europeo de información sobre incendios forestales, incluido en el programa Copernicus. El gráfico se elaboró con datos de hace una semana y la tabla de EFFIS se actualiza de forma constante, con lo que el dibujo ha cambiado ligeramente desde entonces, pero las diferencias entre naciones se mantienen más o menos estables.
¿Qué muestran? Ahora mismo EFFIS habla de 415.300 hectáreas en España, 271.000 en Portugal, 126.000 en Rumanía, 72.100 en Italia y 35.600 en Francia. Eduardo Rojas, portavoz del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, recuerda que esas cifras deben manejarse con cierta cautela. De momento se trata solo de “un avance”, una estimación de superficie afectada por las llamas elaborada con datos satelitales pero que puede no corresponderse exactamente con la realidad.
“No todo se ha quemado y no todo es terreno forestal, hay embalses, carreteras…”, advierte. EFFIS muestra también que, más allá del número de hectáreas arrasadas, si hablamos de porcentaje de superficie nacional afectada España no es la peor parada. En ese caso el balance más trágico lo tienen Portugal y Chipre.
Pero… ¿Cómo se explica la diferencia? Sean más o menos precisos, lo que sí refleja el mapa de The World in Maps (y las tablas de EFFIS) es la clara diferencia de superficie quemada en España y otros países de Europa. Así que la pregunta es obvia… ¿Cuál es la razón de ese desafase? Rojas recuerda que un factor clave en el caso de la península Ibérica es la climatología. La sequía y olas de calor como las sufridas a lo largo de julio y agosto “exacerban” los incendios. “La severidad meteorológica tiene un efecto enorme y hace que las hectáreas varíen”.
España no es de hecho el único que ha padecido incendios más voraces de lo habitual. A principios de agosto, en plena ola de calor, el sur de Francia se las vio con su peor incendio forestal desde finales de la década de 1940. Y no es el único. Portugal ha lidiado también con una lacra histórica en sus montes. Las diferencias climáticas, de temperatura y humedad en las diferentes regiones del continente son un factor importante que influye en la voracidad de los incendios.
¿Es la única explicación? No. Rojas recuerda que “el problema de base” es realmente otro: el progresivo abandono del rural y la acumulación de biomasa y maleza que, en un momento dado, pueden alimentar las llamas. El portavoz del Colegio de Ingenieros de Montes anima de hecho a ir más allá de los datos de cada año y valorar “la tendencia”. Y en ese caso lo que se observa es un número de incendios más o menos estable y el efecto del esfuerzo por reducir vertederos y controlar las quemas agrícolas, aunque siguen presentes en parte de España.
Hace poco el propio colegio profesional señalaba como un modelo de éxito la “gestión forestal ancestral” de la comarca de Pinares, entre Soria y Burgos, donde a pesar de la enorme superficie arbolada no se producen incendios tan devastadores como los que ha sufrido el triángulo formado por Ourense, León o Zamora.
¿El motivo? En parte El sistema de “suerte de pinos” que aplican sus habitantes, un método que remonta sus raíces a la Edad Media y permite que las comunidades locales se favorezcan directamente del cuidado y la gestión de las masas forestales, al mismo tiempo que refuerza también su vínculo y sensación de pertenencia.
¿Es algo esperado? La respuesta vuelve a ser afirmativa. Javier Madrigal, ingeniero de Montes e investigador del Instituto de Ciencias Forestales del CSIC, insiste en la importancia de la meteorología pero apunta a “razones estructurales” de fondo. “Se resumen en el abandono de la gestión forestal y agraria en Europa, que en un escenario de cambio climático hace que un año de meteorología adversa como está siendo este en la península Ibérica hayamos batido récords de superficie quemada desde 1994”, desliza: “Esta tendencia la predecían todos los modelos”.
“El que sean en diferentes partes del Mediterráneo es un proceso cíclico que sí depende de la meteorología”, abunda el experto del ICF-CSIC, quien recuerda que ya hay estudios que demuestran que el régimen de incendios no es el mismo en los distintos países del Mediterráneo. “A escala de país influyen más las razones meteorológicas que las socioeconómicas, viendo también regímenes de incendios muy agresivos en Argelia, Grecia y Turquía, por ejemplo”, concluye.
En Xataka | El culpable de los incendios en España se encuentra meses atrás: la falta de bomberos trabajando en invierno
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Los incendios de España han sido excepcionales en el sentido literal de la palabra: este mapa de Europa es la prueba
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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Queda aún casi un mes por delante, pero el verano de 2025 será recordado ya como el del fuego. Hay que remontarse tres décadas atrás, a 1994, para encontrar un año en el que las llamas devoraran más superficie forestal. El fuego ha arrasado hectáreas, se ha cobrado vidas, ha calcinado casas y granjas y ha afectado a iconos naturales como Las Médulas, en la comarca de El Bierzo, ahora teñido de negro.
A pesar de la fuerza de todas esas imágenes hay una que retrata de forma aún más rotunda la lacra del fuego en España: el mapa que compara la superficie abrasada este año en nuestro país con la quemada en otras naciones, como Francia o Italia.
¿Qué ha pasado? Si hablamos de incendios forestales el refrán de que ‘una imagen vale más que mil palabras’ es más cierto que nunca, aunque las imágenes más fuertes no siempre muestran llamas, árboles calcinados o columnas de humo. Hace poco The World in Maps, una comunidad con más de 700.000 seguidores en Instagram, publicó un mapa de Europa en el que plasma la superficie arrasada en varios países del continente. Y la diferencia de España con respecto a algunos de sus vecinos más próximos, como Portugal, Italia o Francia, es abrumadora.
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Y eso, ¿por qué? Porque muestra que a 19 de agosto en España se habían calcinado más de 348.000 hectáreas frente a las 216.200 de Portugal, las 125.400 de Rumanía, 65.100 de Italia o 35.600 de Francia. Cada nación tiene una extensión distinta (solo la España peninsular quintuplica la superficie de Portugal), pero aún así la comparativa resulta elocuente. España es la que ha visto carbonizadas más hectáreas, superando de lejos a otros países más extensos, como Francia.
¿De dónde salen los datos? The World in Maps no lo precisa, pero sus estimaciones se corresponden más o menos con las de EFFIS, el sistema europeo de información sobre incendios forestales, incluido en el programa Copernicus. El gráfico se elaboró con datos de hace una semana y la tabla de EFFIS se actualiza de forma constante, con lo que el dibujo ha cambiado ligeramente desde entonces, pero las diferencias entre naciones se mantienen más o menos estables.
¿Qué muestran? Ahora mismo EFFIS habla de 415.300 hectáreas en España, 271.000 en Portugal, 126.000 en Rumanía, 72.100 en Italia y 35.600 en Francia. Eduardo Rojas, portavoz del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, recuerda que esas cifras deben manejarse con cierta cautela. De momento se trata solo de “un avance”, una estimación de superficie afectada por las llamas elaborada con datos satelitales pero que puede no corresponderse exactamente con la realidad.
“No todo se ha quemado y no todo es terreno forestal, hay embalses, carreteras…”, advierte. EFFIS muestra también que, más allá del número de hectáreas arrasadas, si hablamos de porcentaje de superficie nacional afectada España no es la peor parada. En ese caso el balance más trágico lo tienen Portugal y Chipre.
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El problema de España con el fuego va más allá de lo alcanzable: son incendios “fuera de capacidad de extinción”
Pero… ¿Cómo se explica la diferencia? Sean más o menos precisos, lo que sí refleja el mapa de The World in Maps (y las tablas de EFFIS) es la clara diferencia de superficie quemada en España y otros países de Europa. Así que la pregunta es obvia… ¿Cuál es la razón de ese desafase? Rojas recuerda que un factor clave en el caso de la península Ibérica es la climatología. La sequía y olas de calor como las sufridas a lo largo de julio y agosto “exacerban” los incendios. “La severidad meteorológica tiene un efecto enorme y hace que las hectáreas varíen”.
España no es de hecho el único que ha padecido incendios más voraces de lo habitual. A principios de agosto, en plena ola de calor, el sur de Francia se las vio con su peor incendio forestal desde finales de la década de 1940. Y no es el único. Portugal ha lidiado también con una lacra histórica en sus montes. Las diferencias climáticas, de temperatura y humedad en las diferentes regiones del continente son un factor importante que influye en la voracidad de los incendios.
¿Es la única explicación? No. Rojas recuerda que “el problema de base” es realmente otro: el progresivo abandono del rural y la acumulación de biomasa y maleza que, en un momento dado, pueden alimentar las llamas. El portavoz del Colegio de Ingenieros de Montes anima de hecho a ir más allá de los datos de cada año y valorar “la tendencia”. Y en ese caso lo que se observa es un número de incendios más o menos estable y el efecto del esfuerzo por reducir vertederos y controlar las quemas agrícolas, aunque siguen presentes en parte de España.
Hace poco el propio colegio profesional señalaba como un modelo de éxito la “gestión forestal ancestral” de la comarca de Pinares, entre Soria y Burgos, donde a pesar de la enorme superficie arbolada no se producen incendios tan devastadores como los que ha sufrido el triángulo formado por Ourense, León o Zamora.
¿El motivo? En parte El sistema de “suerte de pinos” que aplican sus habitantes, un método que remonta sus raíces a la Edad Media y permite que las comunidades locales se favorezcan directamente del cuidado y la gestión de las masas forestales, al mismo tiempo que refuerza también su vínculo y sensación de pertenencia.
¿Es algo esperado? La respuesta vuelve a ser afirmativa. Javier Madrigal, ingeniero de Montes e investigador del Instituto de Ciencias Forestales del CSIC, insiste en la importancia de la meteorología pero apunta a “razones estructurales” de fondo. “Se resumen en el abandono de la gestión forestal y agraria en Europa, que en un escenario de cambio climático hace que un año de meteorología adversa como está siendo este en la península Ibérica hayamos batido récords de superficie quemada desde 1994”, desliza: “Esta tendencia la predecían todos los modelos”.
“El que sean en diferentes partes del Mediterráneo es un proceso cíclico que sí depende de la meteorología”, abunda el experto del ICF-CSIC, quien recuerda que ya hay estudios que demuestran que el régimen de incendios no es el mismo en los distintos países del Mediterráneo. “A escala de país influyen más las razones meteorológicas que las socioeconómicas, viendo también regímenes de incendios muy agresivos en Argelia, Grecia y Turquía, por ejemplo”, concluye.
Imágenes | UME (X) y ESA
En Xataka | El culpable de los incendios en España se encuentra meses atrás: la falta de bomberos trabajando en invierno
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Los incendios de España han sido excepcionales en el sentido literal de la palabra: este mapa de Europa es la prueba
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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