El debate sobre la legitimidad de Jake Paul como boxeador profesional continúa, con opiniones divididas entre expertos y figuras del deporte. Mientras que el excampeón mundial Bernard Hopkins ha exigido que Paul derrote a rivales con “legitimidad” para ser considerado un verdadero profesional, el exluchador de la UFC Darren Till defiende fervientemente el caso del ex youtuber.
Según Till, a pesar de su pasado como influencer, Paul ha demostrado que “entrena como un boxeador, vive como un boxeador y respira como un boxeador”, por lo que ya tiene la legitimidad necesaria para ganarse un puesto en este deporte.
Las victorias de Paul sobre leyendas del boxeo, aunque mayores, como Mike Tyson (58 años) y Julio César Chávez Jr. (39 años), han alimentado el debate. Sin embargo, su incursión en el mundo del boxeo ha sido lo suficientemente seria como para que se hable de una posible pelea con el excampeón unificado de peso pesado Anthony Joshua. Aunque esta pelea consolidaría la credibilidad de Paul, también ha generado preocupación entre otros expertos, como los comentaristas británicos Adam Catterall y Gareth A. Davies.
Los comentaristas de talkSport, Catterall y Davies, han expresado serias preocupaciones sobre la posibilidad de un combate entre Jake Paul y Anthony Joshua. Davies describió a Paul como un “peleador de nivel de área británico” y calificó a Joshua como un “asesino y un peso pesado con vida”, argumentando que el enfrentamiento “no debería ser sancionado en ninguna parte del mundo”.
Catterall estuvo de acuerdo, calificando el combate de “peligroso” y advirtiendo que “desprestigia el deporte” debido a la enorme brecha de talento entre un medallista de oro olímpico y un ex presentador de TV.
La situación actual deja a Jake Paul en una encrucijada. Si bien ha sumado victorias y tiene el respaldo de figuras como Darren Till, la crítica sobre la calidad de sus oponentes y la motivación comercial detrás de sus peleas no cesa.
La posible pelea con Anthony Joshua es un punto de inflexión que podría demostrar si Paul es realmente el “boxeador legítimo” que algunos afirman, o si simplemente es un “producto de marketing” que ha sabido capitalizar su fama.