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Tamara era el fondo del barril de la televisión basura de los dosmiles. Netflix ha conseguido reinventarlo por completo

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Tamara era el fondo del barril de la televisión basura de los dosmiles. Netflix ha conseguido reinventarlo por completo

La nostalgia tiene vericuetos absolutamente insospechados. Quie se pongan de moda los videojuegos retro, las franquicias del cine de los ochenta, incluso los looks que creíamos que no veríamos más es una cosa. Pero recuperar una fauna televisiva absolutamente dependiente de un punto muy concreto de nuestra cultura pop (realities absolutamente desfasados, las sagas de personajes que parecían ficción pero eran muy reales, las estéticas excesivas y abiertamente feístas de principio de siglo) es algo muy distinto.

Superestrella. La culminación de este regreso de esa zona literalmente indescriptible de la tele de los dosmiles se ha obrado con la serie ‘Superestar‘, una crónica altamente ficcionada de aquellos años producida por Los Javis, creada por Nacho Vigalondo y emitida por Netflix. Tamara y Margarita Seisdedos, Leonardo Dantés, Paco Porras, Tony Genil, Loly Álvarez y Arlequín conforman un microcosmos absolutamente encerrado en sí mismo y que es retratado de forma igualmente excéntrica en la serie.

Y un concierto, de propina. En una línea curiosamente paralela al argumento de la serie (que, insistimos, está lejos de ser un biopic al uso), esta nueva oleada de interés en el tamarismo tiene el efecto más inesperado de todos: un macroconcierto de Yurena, la artista antes conocida como Tamara, el próximo 23 de marzo de 2026 en el Palacio Vistalegre de Madrid. El evento se titulará ‘Yurena: El concierto que nunca fue’ y su promotora lo describe como una cita única que reescribe la historia de una artista a la que la televisión convirtió en fenómeno y el tiempo, en leyenda”.

Reinventar el pasado. La característica principal de la serie es que (a diferencia de incursiones previas de Los Javis en determinadas áreas del pasado, como ‘Veneno‘) en ningún momento pretende ser un retrato fidedigno de lo que pasó, sino que cada episodio se centra en uno de los personajes implicados para contar eso tan televisivo que es “su verdad”. Hasta el extremo: si uno de ellos dijo que tuvo a Michael Jackson comiendo macarrones en su casa, lo vemos; si otro dijo que fue secuestrado por una secta que abusó de él y le reveló planes para el control subterráneo de la realidad española, lo vemos.

Y lo que queda. Porque la España de esa época da para mucho más: de los imitadores de Chiquito de la Calzada (un fenómeno indescriptible ya de por sí) a los invitados del programa de Jesús Quintero, pasando por la fauna de la película de Jesús Cárdenas o los guirigais que cada noche se montaban en los programas de Javier Sardá y Pepe Navarro. Un auténtico descontrol, ruidoso y subversivo, que es retratado y analizado en ‘Superestar’ con una personalísima mirada autoral, la de Vigalondo, donde se encuentran, en un plano absolutamente novedoso, Tamara y David Lynch. Quizás la única forma honesta de verlo.

El regreso. Por supuesto, ‘Superestar’ no ha entrado en el top internacional de lo más visto de Netflix, porque el tamarismo es un fenómeno absolutamente español, incomprensible más allá de nuestras fronteras. Pero ha servido para desatar una nueva ola de reivindicación tamarista: el concierto en Vistalegre será su culminación, aunque como dice la artista, ella no ha dejado nunca de actuar. Porque el tamarismo nunca se fue, seguía en nuestro subconsciente, esperando el momento de volver a salir a flote.

Cabecera | Netflix

En Xataka | Netflix estrenó la primera escena generada con IA en una producción original, y nadie se dio cuenta: el momento ha llegado


La noticia

Tamara era el fondo del barril de la televisión basura de los dosmiles. Netflix ha conseguido reinventarlo por completo

fue publicada originalmente en

Xataka

por
John Tones

.

​La nostalgia tiene vericuetos absolutamente insospechados. Quie se pongan de moda los videojuegos retro, las franquicias del cine de los ochenta, incluso los looks que creíamos que no veríamos más es una cosa. Pero recuperar una fauna televisiva absolutamente dependiente de un punto muy concreto de nuestra cultura pop (realities absolutamente desfasados, las sagas de personajes que parecían ficción pero eran muy reales, las estéticas excesivas y abiertamente feístas de principio de siglo) es algo muy distinto.

Superestrella. La culminación de este regreso de esa zona literalmente indescriptible de la tele de los dosmiles se ha obrado con la serie ‘Superestar’, una crónica altamente ficcionada de aquellos años producida por Los Javis, creada por Nacho Vigalondo y emitida por Netflix. Tamara y Margarita Seisdedos, Leonardo Dantés, Paco Porras, Tony Genil, Loly Álvarez y Arlequín conforman un microcosmos absolutamente encerrado en sí mismo y que es retratado de forma igualmente excéntrica en la serie.

Y un concierto, de propina. En una línea curiosamente paralela al argumento de la serie (que, insistimos, está lejos de ser un biopic al uso), esta nueva oleada de interés en el tamarismo tiene el efecto más inesperado de todos: un macroconcierto de Yurena, la artista antes conocida como Tamara, el próximo 23 de marzo de 2026 en el Palacio Vistalegre de Madrid. El evento se titulará ‘Yurena: El concierto que nunca fue’ y su promotora lo describe como “una cita única que reescribe la historia de una artista a la que la televisión convirtió en fenómeno y el tiempo, en leyenda”.

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Hacía décadas que no teníamos tantas salas de arcades clásicos: un fenómeno retro que se ha convertido en negocio en boga

Reinventar el pasado. La característica principal de la serie es que (a diferencia de incursiones previas de Los Javis en determinadas áreas del pasado, como ‘Veneno’) en ningún momento pretende ser un retrato fidedigno de lo que pasó, sino que cada episodio se centra en uno de los personajes implicados para contar eso tan televisivo que es “su verdad”. Hasta el extremo: si uno de ellos dijo que tuvo a Michael Jackson comiendo macarrones en su casa, lo vemos; si otro dijo que fue secuestrado por una secta que abusó de él y le reveló planes para el control subterráneo de la realidad española, lo vemos.

Y lo que queda. Porque la España de esa época da para mucho más: de los imitadores de Chiquito de la Calzada (un fenómeno indescriptible ya de por sí) a los invitados del programa de Jesús Quintero, pasando por la fauna de la película de Jesús Cárdenas o los guirigais que cada noche se montaban en los programas de Javier Sardá y Pepe Navarro. Un auténtico descontrol, ruidoso y subversivo, que es retratado y analizado en ‘Superestar’ con una personalísima mirada autoral, la de Vigalondo, donde se encuentran, en un plano absolutamente novedoso, Tamara y David Lynch. Quizás la única forma honesta de verlo.

El regreso. Por supuesto, ‘Superestar’ no ha entrado en el top internacional de lo más visto de Netflix, porque el tamarismo es un fenómeno absolutamente español, incomprensible más allá de nuestras fronteras. Pero ha servido para desatar una nueva ola de reivindicación tamarista: el concierto en Vistalegre será su culminación, aunque como dice la artista, ella no ha dejado nunca de actuar. Porque el tamarismo nunca se fue, seguía en nuestro subconsciente, esperando el momento de volver a salir a flote.

Cabecera | Netflix

En Xataka | Netflix estrenó la primera escena generada con IA en una producción original, y nadie se dio cuenta: el momento ha llegado

– La noticia

Tamara era el fondo del barril de la televisión basura de los dosmiles. Netflix ha conseguido reinventarlo por completo

fue publicada originalmente en

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por
John Tones

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