Connect with us

Ciencia y Tecnología

Netflix tiene 15.000 títulos pero acabamos viendo ‘The Office’ por quinvez. Las apps de productividad nos hacen lo mismo

Published

on

Netflix tiene 15.000 títulos pero acabamos viendo 'The Office' por quinvez. Las apps de productividad nos hacen lo mismo

Tenemos 15.000 títulos en Netflix y acabamos viendo ‘The Office‘ por quinta vez. Tenemos una suite completa de apps de productividad en el móvil y acabamos escribiendo las tareas en un WhatsApp con nosotros mismos.

Es el mismo mecanismo psicológico funcionando en dos contextos distintos: cuando tienes demasiadas opciones, tu cerebro se bloquea y vuelve a lo conocido.

El mundo de la productividad ha caído en la misma trampa que las plataformas de streaming. Nos venden la personalización infinita como una ventaja cuando en realidad es un lastre:

  • Notion te permite crear cualquier sistema imaginable.
  • Obsidian tiene más de 800 plugins.
  • Todoist tiene configuraciones para cada micronecesidad de tu flujo de trabajo.

Suena genial hasta que te das cuenta de que llevas tres semanas configurando el sistema perfecto y no has completado ni una tarea.

Existe una investigación fascinante sobre esto. Barry Schwartz demostró que más opciones no solo no nos hacen más felices, sino que nos paralizan. Cada decisión de configuración consume energía mental que podrías estar usando para hacer trabajo real.

Y aquí viene la paradoja: valoramos menos los sistemas que vienen preconfigurados, aunque funcionen mejor que los que hemos personalizado hasta la muerte.

La solución es contraintuitiva: los sistemas más restrictivos suelen ser más productivos. Apple, por ejemplo, lo entendió hace mucho. No te deja cambiar casi nada del iPhone, pero por eso funciona. La limitación no es un bug, es una feature.

Te fuerza a actuar en lugar de optimizar eternamente.

El secreto está en elegir restricciones inteligentes. En lugar de buscar la herramienta que pueda hacer todo, busca la que haga bien las tres cosas que realmente necesitas.

Veamos un ejemplo concreto: la gestión de tareas. Notion te permite crear bases de datos relacionales con propiedades personalizadas, filtros dinámicos, vistas múltiples y automatizaciones. Puedes categorizar por proyecto, prioridad, contexto, energía requerida, persona responsable. Puedes crear paneles de control que muestren métricas de productividad y gráficos de progreso. Es el sueño de cualquier obseso del control.

Pero mientras construyes ese sistema perfecto, tus tareas reales se acumulan. Pasas más tiempo pensando en cómo organizar el trabajo que trabajando. Y cuando finalmente tienes tu obra maestra configurada, resulta que es tan compleja que usarla requiere más esfuerzo mental que hacer las tareas a mano.

Contrasta esto con Things 3. Tienes tres cajones: Inbox, Hoy, y Algún día. Punto. No puedes crear campos personalizados, no puedes hacer dashboards elaborados, no puedes automatizar nada complejo. Parece limitado comparado con Notion. Pero precisamente por eso funciona: abres la app, ves qué hacer hoy, lo haces, lo tachas. Cero fricción cognitiva.

La lección de siempre: la productividad no se trata de tener más opciones, sino de eliminar decisiones irrelevantes. Tu energía mental es finita. Cada minuto que gastas configurando es un minuto que no gastas creando. Los sistemas más elegantes no son los que pueden hacer todo, sino los que hacen obvio qué hacer a continuación.

En Xataka | En 2001 nació un método de productividad que iba a sobrevivir a todos los demás: 24 años después, sigue siendo inmortal

Imagen destacada | Sanjeev Mohindra


La noticia

Netflix tiene 15.000 títulos pero acabamos viendo ‘The Office’ por quinvez. Las apps de productividad nos hacen lo mismo

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Lacort

.

​Tenemos 15.000 títulos en Netflix y acabamos viendo ‘The Office’ por quinta vez. Tenemos una suite completa de apps de productividad en el móvil y acabamos escribiendo las tareas en un WhatsApp con nosotros mismos.

Es el mismo mecanismo psicológico funcionando en dos contextos distintos: cuando tienes demasiadas opciones, tu cerebro se bloquea y vuelve a lo conocido.

El mundo de la productividad ha caído en la misma trampa que las plataformas de streaming. Nos venden la personalización infinita como una ventaja cuando en realidad es un lastre:

Notion te permite crear cualquier sistema imaginable.
Obsidian tiene más de 800 plugins.
Todoist tiene configuraciones para cada micronecesidad de tu flujo de trabajo.

Suena genial hasta que te das cuenta de que llevas tres semanas configurando el sistema perfecto y no has completado ni una tarea.

Existe una investigación fascinante sobre esto. Barry Schwartz demostró que más opciones no solo no nos hacen más felices, sino que nos paralizan. Cada decisión de configuración consume energía mental que podrías estar usando para hacer trabajo real.

Y aquí viene la paradoja: valoramos menos los sistemas que vienen preconfigurados, aunque funcionen mejor que los que hemos personalizado hasta la muerte.

En Xataka

Llevo años probando todas las apps de productividad posibles. Ha sido una búsqueda muy improductiva

La solución es contraintuitiva: los sistemas más restrictivos suelen ser más productivos. Apple, por ejemplo, lo entendió hace mucho. No te deja cambiar casi nada del iPhone, pero por eso funciona. La limitación no es un bug, es una feature.

Te fuerza a actuar en lugar de optimizar eternamente.

El secreto está en elegir restricciones inteligentes. En lugar de buscar la herramienta que pueda hacer todo, busca la que haga bien las tres cosas que realmente necesitas.

Veamos un ejemplo concreto: la gestión de tareas. Notion te permite crear bases de datos relacionales con propiedades personalizadas, filtros dinámicos, vistas múltiples y automatizaciones. Puedes categorizar por proyecto, prioridad, contexto, energía requerida, persona responsable. Puedes crear paneles de control que muestren métricas de productividad y gráficos de progreso. Es el sueño de cualquier obseso del control.

Pero mientras construyes ese sistema perfecto, tus tareas reales se acumulan. Pasas más tiempo pensando en cómo organizar el trabajo que trabajando. Y cuando finalmente tienes tu obra maestra configurada, resulta que es tan compleja que usarla requiere más esfuerzo mental que hacer las tareas a mano.

Contrasta esto con Things 3. Tienes tres cajones: Inbox, Hoy, y Algún día. Punto. No puedes crear campos personalizados, no puedes hacer dashboards elaborados, no puedes automatizar nada complejo. Parece limitado comparado con Notion. Pero precisamente por eso funciona: abres la app, ves qué hacer hoy, lo haces, lo tachas. Cero fricción cognitiva.

La lección de siempre: la productividad no se trata de tener más opciones, sino de eliminar decisiones irrelevantes. Tu energía mental es finita. Cada minuto que gastas configurando es un minuto que no gastas creando. Los sistemas más elegantes no son los que pueden hacer todo, sino los que hacen obvio qué hacer a continuación.

En Xataka | En 2001 nació un método de productividad que iba a sobrevivir a todos los demás: 24 años después, sigue siendo inmortal

Imagen destacada | Sanjeev Mohindra

– La noticia

Netflix tiene 15.000 títulos pero acabamos viendo ‘The Office’ por quinvez. Las apps de productividad nos hacen lo mismo

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Lacort

.   

​   

​ 

Continue Reading
Click to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *