Ciencia y Tecnología
Estados Unidos y China parecen competir en IA. La realidad es que juegan deportes completamente distintos

Todo el mundo habla de la “carrera de IA” entre China y Estados Unidos como si fuera una competición donde uno ganará y otro perderá. Pero en realidad no hay carrera porque cada uno está jugando un deporte distinto.
- Estados Unidos invirtió 100.000 millones de dólares en IA en el primer semestre de 2025, persiguiendo la AGI como una religión tecnológica. Su filosofía es clara: gastar miles de millones hoy para controlar el futuro mañana. Modelos propietarios gigantes, parámetros infinitos, la búsqueda del santo grial de la AGI.
- China, mientras tanto, no ha destinado cantidades equivalentes a su sector tecnológico. Su enfoque es tan pragmático como la propia cultura china: capturar mercado ahora, monetizar en aplicaciones después.
Esta divergencia no surge de filosofías abstractas, sino de tres fuerzas estructurales concretas:
- La escasez de chips. Las sanciones estadounidenses de octubre 2022 cortaron el acceso chino a los chips NVIDIA más potentes. El resultado paradójico: China se vio obligada a innovar en eficiencia. DeepSeek consiguió igualar el rendimiento de GPT-4 gastando dieciocho veces menos dinero. La restricción tecnológica forzó una ventaja económica que Estados Unidos, con todo su hardware, no puede replicar fácilmente.
- La escasez de capital. El capital riesgo chino se desplomó tras las regulaciones de 2022. Las startups de IA chinas recaudan fondos solo después de demostrar producto funcionando y métricas reales de uso. En este contexto, abrir el código fuente se convierte en la estrategia más inteligente: marketing gratuito, adopción viral y ecosistema de desarrolladores sin coste de adquisición. Baichuan AI y Zhipu AI consiguieron financiación de Alibaba y Tencent precisamente después de publicar sus modelos abiertos y demostrar tracción.
- La concentración de aplicaciones. El usuario chino medio usa menos de diez apps al mes, casi todas canalizadas a través de WeChat o Alipay. El americano ronda las treinta. Esta diferencia estructural cambia completamente la estrategia de penetración. En China, quien conquiste esos pocos puntos de distribución masiva conquista el mercado entero. En Estados Unidos, hay que luchar en docenas de frentes distintos. Por eso tiene sentido que las empresas chinas abran sus modelos: necesitan velocidad de adopción en esos cuellos de botella, no defensas propietarias.
El caso más revelador es cómo WeChat eligió DeepSeek por encima de Yuanbao, la IA propia de Tencent. La decisión ejemplifica bien la mentalidad pragmática china: el producto funcional triunfa sobre el corporativismo. Yuanbao era propio, pero DeepSeek era mejor. WeChat necesitaba IA de calidad ya, no dentro de dos años.
Veinte fabricantes de coches chinos y más de cien hospitales han tomado decisiones similares, integrando DeepSeek en sus sistemas. Cada integración expande el ecosistema y aumenta los costes de cambio.
Detrás de la estrategia china hay también un componente emocional que no debe subestimarse. Después de décadas siendo tachados de copycats, abrir el código fuente se ha convertido en una forma de demostrar capacidad innovadora real. Publicar los pesos de un modelo equivale a decir: “Aquí está nuestro trabajo, examínenlo, mejórenlo si pueden”. Es orgullo nacional convertido en estrategia empresarial.
Estados Unidos sigue construyendo la IA más poderosa del universo. China ya está vendiendo IA funcional a medio planeta. Sam Altman habla de la AGI como destino civilizacional, los ejecutivos chinos aplican el proverbio “los intereses no se pueden comer” y buscan monetización inmediata.
Ambos pueden ganar sus respectivos deportes, pero sería absurdo preguntarse quién va ganando el Mundial cuando uno juega al fútbol y el otro al baloncesto.
La pregunta interesante no es quién ganará la carrera, sino qué pasará cuando dentro de cinco años uno haya construido la AGI perfecta y el otro controle la infraestructura de IA que usa la mitad del planeta.
En Xataka | El Gobierno chino no se fía de NVIDIA: su supervivencia en China ahora mismo pende de un hilo
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–
La noticia
Estados Unidos y China parecen competir en IA. La realidad es que juegan deportes completamente distintos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
.
Todo el mundo habla de la “carrera de IA” entre China y Estados Unidos como si fuera una competición donde uno ganará y otro perderá. Pero en realidad no hay carrera porque cada uno está jugando un deporte distinto.
Estados Unidos invirtió 100.000 millones de dólares en IA en el primer semestre de 2025, persiguiendo la AGI como una religión tecnológica. Su filosofía es clara: gastar miles de millones hoy para controlar el futuro mañana. Modelos propietarios gigantes, parámetros infinitos, la búsqueda del santo grial de la AGI.
China, mientras tanto, no ha destinado cantidades equivalentes a su sector tecnológico. Su enfoque es tan pragmático como la propia cultura china: capturar mercado ahora, monetizar en aplicaciones después.
Esta divergencia no surge de filosofías abstractas, sino de tres fuerzas estructurales concretas:
La escasez de chips. Las sanciones estadounidenses de octubre 2022 cortaron el acceso chino a los chips NVIDIA más potentes. El resultado paradójico: China se vio obligada a innovar en eficiencia. DeepSeek consiguió igualar el rendimiento de GPT-4 gastando dieciocho veces menos dinero. La restricción tecnológica forzó una ventaja económica que Estados Unidos, con todo su hardware, no puede replicar fácilmente.
La escasez de capital. El capital riesgo chino se desplomó tras las regulaciones de 2022. Las startups de IA chinas recaudan fondos solo después de demostrar producto funcionando y métricas reales de uso. En este contexto, abrir el código fuente se convierte en la estrategia más inteligente: marketing gratuito, adopción viral y ecosistema de desarrolladores sin coste de adquisición. Baichuan AI y Zhipu AI consiguieron financiación de Alibaba y Tencent precisamente después de publicar sus modelos abiertos y demostrar tracción.
La concentración de aplicaciones. El usuario chino medio usa menos de diez apps al mes, casi todas canalizadas a través de WeChat o Alipay. El americano ronda las treinta. Esta diferencia estructural cambia completamente la estrategia de penetración. En China, quien conquiste esos pocos puntos de distribución masiva conquista el mercado entero. En Estados Unidos, hay que luchar en docenas de frentes distintos. Por eso tiene sentido que las empresas chinas abran sus modelos: necesitan velocidad de adopción en esos cuellos de botella, no defensas propietarias.
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Quién es quién en el ‘Big 5’ de la IA china que ha conseguido lo que parecía improbable: romper la hegemonía de EEUU
El caso más revelador es cómo WeChat eligió DeepSeek por encima de Yuanbao, la IA propia de Tencent. La decisión ejemplifica bien la mentalidad pragmática china: el producto funcional triunfa sobre el corporativismo. Yuanbao era propio, pero DeepSeek era mejor. WeChat necesitaba IA de calidad ya, no dentro de dos años.
Veinte fabricantes de coches chinos y más de cien hospitales han tomado decisiones similares, integrando DeepSeek en sus sistemas. Cada integración expande el ecosistema y aumenta los costes de cambio.
Detrás de la estrategia china hay también un componente emocional que no debe subestimarse. Después de décadas siendo tachados de copycats, abrir el código fuente se ha convertido en una forma de demostrar capacidad innovadora real. Publicar los pesos de un modelo equivale a decir: “Aquí está nuestro trabajo, examínenlo, mejórenlo si pueden”. Es orgullo nacional convertido en estrategia empresarial.
Estados Unidos sigue construyendo la IA más poderosa del universo. China ya está vendiendo IA funcional a medio planeta. Sam Altman habla de la AGI como destino civilizacional, los ejecutivos chinos aplican el proverbio “los intereses no se pueden comer” y buscan monetización inmediata.
Ambos pueden ganar sus respectivos deportes, pero sería absurdo preguntarse quién va ganando el Mundial cuando uno juega al fútbol y el otro al baloncesto.
La pregunta interesante no es quién ganará la carrera, sino qué pasará cuando dentro de cinco años uno haya construido la AGI perfecta y el otro controle la infraestructura de IA que usa la mitad del planeta.
En Xataka | El Gobierno chino no se fía de NVIDIA: su supervivencia en China ahora mismo pende de un hilo
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Estados Unidos y China parecen competir en IA. La realidad es que juegan deportes completamente distintos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
.