Ciencia y Tecnología
El rearme europeo tiene una nueva pieza en marcha: un dron marino avanzado con hidroalas que patrullará sin tripulación

Miles de kilómetros de litoral, gran cantidad de rutas comerciales estratégicas y un mar donde las amenazas ya no se anuncian con buques, sino con drones, sabotajes y operaciones encubiertas. Europa ha empezado a rearmarse, pero no solo con cazas o fragatas: también con sistemas ligeros, autónomos y diseñados para actuar donde los radares no llegan. ARROW es uno de ellos. Y quiere convertirse en el nuevo centinela del mar.
Un sistema europeo para un entorno cada vez más hostil. Drones suicidas cruzan el mar Rojo. Cables submarinos cortados, GPS bloqueados, sabotajes sin firma. La guerra ha entrado en el mar, pero lo ha hecho en silencio. Europa lo ha entendido: ya no basta con barcos grandes. Hace falta vigilancia discreta, sistemas ágiles, tecnología que detecte antes de que sea tarde.
Qué es ARROW y qué lo hace distinto. Imagina un barco que no necesita piloto, que apenas genera ruido y que podría, en un futuro cercano, recorrer 740 km de costa sin repostar. Imagina que, además, es rápido, sigiloso y capaz de actuar de forma autónoma. Esa es la visión ARROW.
El proyecto, oficialmente lanzado en julio de 2025, busca desarrollar un dron naval europeo de 12 metros de eslora con hidroalas, capaz de operar de forma autónoma o tripulada. Aún está en fase de diseño y planificación, con prototipo previsto en torno a 2027 y validación entre ese año y 2028. La idea es que alcance hasta 45 nudos de velocidad, minimice el consumo de combustible en un 50% y reduzca la estela acústica y visual. Su propósito final no es enfrentarse a grandes amenazas, sino detectar lo que otros no ven y alertar con antelación.
ARROW no sustituye a una patrullera ni a un satélite. Pretende complementar las capacidades existentes con una plataforma ágil que combine discreción, inteligencia artificial y eficiencia operativa: una herramienta diseñada para anticiparse, no para atacar.
Cómo será ARROW y qué lo hace posible. Lo primero que llama la atención es su forma: alargada, estilizada, pensada para cortar el agua sin generar ruido ni turbulencias. ARROW no flota: planea sobre el mar gracias a un sistema de hidroalas retráctiles que le permite alcanzar hasta 45 nudos (unos 83 kilómetros por hora) y reducir el consumo a la mitad.
Un sistema que no necesita piloto. Lo que diferencia a ARROW de una lancha no tripulada convencional no es solo su velocidad o su diseño, sino su cerebro. Se espera que incorpore sistemas de navegación autónoma con inteligencia embarcada capaces de procesar datos en tiempo real. Eso le permitirá detectar obstáculos, ajustar rutas, esquivar interferencias y mantener comunicaciones sin depender constantemente de un operador humano.
Esa autonomía es clave para actuar en entornos difíciles o degradados, donde la señal GPS puede fallar, estar expuesta a hackeos como los que sufren los aviones o el tiempo de respuesta debe ser inmediato. En vez de reaccionar desde tierra, ARROW tomará decisiones en el agua.
Quién está detrás del proyecto ARROW. El proyecto ARROW está gestionado por la Agencia Europea de Defensa y cuenta con un coste total estimado de 10,7 millones de euros, de los que la Unión Europea aportará casi 8 millones a través del Fondo Europeo de Defensa. La empresa francesa SEAir coordina un consorcio europeo compuesto por diez organizaciones de ocho Estados miembros o países asociados a la UE.
El consorcio agrupa a ocho pymes tecnológicas y dos organizaciones de investigación, entre las que se encuentran:
- SEAir (Francia)
- Maritime Robotics (Noruega)
- D3 Applied Technologies (España)
- Knierim Yachtbau (Alemania)
- Sierra Tango (Bélgica)
- Maxwell Applied Tech (España)
- C&V Defence (Bélgica)
- EU3STAR B.V. (Países Bajos)
- TalTech – Tallinn University of Technology (Estonia)
- Riga Technical University (Letonia)
El objetivo: unir capacidades industriales y científicas para crear una solución europea, autónoma y exportable.
ARROW no es un caso aislado: forma parte de algo más grande. El desarrollo de ARROW no responde solo a una necesidad técnica. Forma parte de un giro estratégico: la Unión Europea quiere tener herramientas propias para defender sus intereses sin depender del Pentágono. Lo está haciendo con cazas (FCAS), con satélites (IRIS2), con sistemas de defensa aérea (Sky Shield), y ahora también con drones navales como este.
Qué se espera ahora. Lo que hoy es un proyecto sobre el papel, dentro de aproximadamente tres años podría patrullar las costas de Europa. Ese es el plan. ARROW tendrá por delante unos 34 meses de desarrollo para pasar del diseño a la realidad. A lo largo de ese tiempo, el consorcio deberá cerrar la arquitectura técnica, construir un prototipo funcional y someterlo a pruebas en condiciones reales.
Como decimos, el primer gran hito llegará en 2027, con las demostraciones en mar abierto. Si todo avanza según lo previsto, el sistema podría estar listo para operaciones reales en 2028.
Por el momento no se han difundido imágenes oficiales del diseño final de ARROW. Sin embargo, durante la presentación del proyecto, el medio especializado Naval News tuvo acceso a una maqueta física y pudo tomar varias fotografías del acto, incluida una imagen parcial del modelo expuesto. Estas instantáneas permiten hacerse una primera idea de las líneas generales del sistema, aunque aún no reflejan su configuración definitiva.
La imagen de portada es una creación generada con IA. No corresponde a ningún modelo oficial, prototipo técnico ni diseño aprobado del sistema ARROW.
Imágenes | Xataka con ChatGPT
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La noticia
El rearme europeo tiene una nueva pieza en marcha: un dron marino avanzado con hidroalas que patrullará sin tripulación
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
.
Miles de kilómetros de litoral, gran cantidad de rutas comerciales estratégicas y un mar donde las amenazas ya no se anuncian con buques, sino con drones, sabotajes y operaciones encubiertas. Europa ha empezado a rearmarse, pero no solo con cazas o fragatas: también con sistemas ligeros, autónomos y diseñados para actuar donde los radares no llegan. ARROW es uno de ellos. Y quiere convertirse en el nuevo centinela del mar.
Un sistema europeo para un entorno cada vez más hostil. Drones suicidas cruzan el mar Rojo. Cables submarinos cortados, GPS bloqueados, sabotajes sin firma. La guerra ha entrado en el mar, pero lo ha hecho en silencio. Europa lo ha entendido: ya no basta con barcos grandes. Hace falta vigilancia discreta, sistemas ágiles, tecnología que detecte antes de que sea tarde.
Qué es ARROW y qué lo hace distinto. Imagina un barco que no necesita piloto, que apenas genera ruido y que podría, en un futuro cercano, recorrer 740 km de costa sin repostar. Imagina que, además, es rápido, sigiloso y capaz de actuar de forma autónoma. Esa es la visión ARROW.
El proyecto, oficialmente lanzado en julio de 2025, busca desarrollar un dron naval europeo de 12 metros de eslora con hidroalas, capaz de operar de forma autónoma o tripulada. Aún está en fase de diseño y planificación, con prototipo previsto en torno a 2027 y validación entre ese año y 2028. La idea es que alcance hasta 45 nudos de velocidad, minimice el consumo de combustible en un 50% y reduzca la estela acústica y visual. Su propósito final no es enfrentarse a grandes amenazas, sino detectar lo que otros no ven y alertar con antelación.
ARROW no sustituye a una patrullera ni a un satélite. Pretende complementar las capacidades existentes con una plataforma ágil que combine discreción, inteligencia artificial y eficiencia operativa: una herramienta diseñada para anticiparse, no para atacar.
Cómo será ARROW y qué lo hace posible. Lo primero que llama la atención es su forma: alargada, estilizada, pensada para cortar el agua sin generar ruido ni turbulencias. ARROW no flota: planea sobre el mar gracias a un sistema de hidroalas retráctiles que le permite alcanzar hasta 45 nudos (unos 83 kilómetros por hora) y reducir el consumo a la mitad.
Un sistema que no necesita piloto. Lo que diferencia a ARROW de una lancha no tripulada convencional no es solo su velocidad o su diseño, sino su cerebro. Se espera que incorpore sistemas de navegación autónoma con inteligencia embarcada capaces de procesar datos en tiempo real. Eso le permitirá detectar obstáculos, ajustar rutas, esquivar interferencias y mantener comunicaciones sin depender constantemente de un operador humano.
Esa autonomía es clave para actuar en entornos difíciles o degradados, donde la señal GPS puede fallar, estar expuesta a hackeos como los que sufren los aviones o el tiempo de respuesta debe ser inmediato. En vez de reaccionar desde tierra, ARROW tomará decisiones en el agua.
Quién está detrás del proyecto ARROW. El proyecto ARROW está gestionado por la Agencia Europea de Defensa y cuenta con un coste total estimado de 10,7 millones de euros, de los que la Unión Europea aportará casi 8 millones a través del Fondo Europeo de Defensa. La empresa francesa SEAir coordina un consorcio europeo compuesto por diez organizaciones de ocho Estados miembros o países asociados a la UE.
El consorcio agrupa a ocho pymes tecnológicas y dos organizaciones de investigación, entre las que se encuentran:
SEAir (Francia)
Maritime Robotics (Noruega)
D3 Applied Technologies (España)
Knierim Yachtbau (Alemania)
Sierra Tango (Bélgica)
Maxwell Applied Tech (España)
C&V Defence (Bélgica)
EU3STAR B.V. (Países Bajos)
TalTech – Tallinn University of Technology (Estonia)
Riga Technical University (Letonia)
El objetivo: unir capacidades industriales y científicas para crear una solución europea, autónoma y exportable.
ARROW no es un caso aislado: forma parte de algo más grande. El desarrollo de ARROW no responde solo a una necesidad técnica. Forma parte de un giro estratégico: la Unión Europea quiere tener herramientas propias para defender sus intereses sin depender del Pentágono. Lo está haciendo con cazas (FCAS), con satélites (IRIS2), con sistemas de defensa aérea (Sky Shield), y ahora también con drones navales como este.
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Europa se ha dado cuenta de que el rearme debe empezar en las carreteras: una invasión rusa desataría una congestión fatal
Qué se espera ahora. Lo que hoy es un proyecto sobre el papel, dentro de aproximadamente tres años podría patrullar las costas de Europa. Ese es el plan. ARROW tendrá por delante unos 34 meses de desarrollo para pasar del diseño a la realidad. A lo largo de ese tiempo, el consorcio deberá cerrar la arquitectura técnica, construir un prototipo funcional y someterlo a pruebas en condiciones reales.
Como decimos, el primer gran hito llegará en 2027, con las demostraciones en mar abierto. Si todo avanza según lo previsto, el sistema podría estar listo para operaciones reales en 2028.
Por el momento no se han difundido imágenes oficiales del diseño final de ARROW. Sin embargo, durante la presentación del proyecto, el medio especializado Naval News tuvo acceso a una maqueta física y pudo tomar varias fotografías del acto, incluida una imagen parcial del modelo expuesto. Estas instantáneas permiten hacerse una primera idea de las líneas generales del sistema, aunque aún no reflejan su configuración definitiva.
La imagen de portada es una creación generada con IA. No corresponde a ningún modelo oficial, prototipo técnico ni diseño aprobado del sistema ARROW.
Imágenes | Xataka con ChatGPT
En Xataka | Un F-18 se disponía a hacer unas espectaculares maniobras sobre el cielo de Gijón. Hasta que apareció un obstáculo
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El rearme europeo tiene una nueva pieza en marcha: un dron marino avanzado con hidroalas que patrullará sin tripulación
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
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