Ciencia y Tecnología
Catorce años después de Fukushima, Japón vuelve a creer en la energía nuclear: el precio de la luz no le deja otra opción

En abril de 2023 el Gobierno japonés aprobó una nueva legislación en materia de energía nuclear que permite extender la operación de las plantas nucleares más allá del límite actual, que está establecido en 60 años. En la práctica esto significa, sencillamente, que si una planta nuclear puede operar con seguridad más allá de esas seis décadas la regulación le permite hacerlo. En este nuevo contexto la planta de Kashiwazaki-Kariwa tiene por delante un futuro prometedor.
Y lo tiene debido a que en diciembre de 2023 el organismo nuclear japonés, la NRA (Nuclear Regulation Authority), levantó el veto que impuso a esta instalación en marzo de 2011, poco después del accidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi. Si nos ceñimos a la potencia instalada esta planta alojada en la localidad de Niigata, al noroeste de Tokio (Japón), es la mayor central nuclear del planeta.
La administra la compañía TEPCO (Tokyo Electric Power Company), que es la tercera empresa de electricidad más grande del planeta, e incorpora siete reactores de agua en ebullición que son capaces de entregar de forma conjunta algo más de 8.200 MWe. La seguridad es lo más importante, y después de lo sucedido en Fukushima la NRA decidió retirarle la licencia de operación hasta que TEPCO pudiese implantar en esta instalación las nuevas medidas de seguridad derivadas de lo aprendido en 2011.
Japón está contemplando la energía nuclear con unos ojos muy distintos
El Gobierno japonés está decidido a conseguir que Japón se mida de tú a tú con las principales potencias de la industria de los semiconductores. Y desde luego no es una ambición inalcanzable. De hecho, algunas de las compañías con mayor peso específico en la industria de los equipos de litografía, como Tokyo Electron, Canon o Nikon, son japonesas. “Estamos trabajando con nuestros clientes para desarrollar tecnologías que se adentran cuatro generaciones en el futuro”. Esta declaración de Nobuto Doi, vicepresidente de Tokyo Electron, es toda una declaración de intenciones.
La estrategia de Japón no requiere únicamente reforzar su presencia en la industria de los circuitos integrados; también apuesta por poner a punto una gran cantidad de centros de datos para inteligencia artificial (IA). De hecho, Jensen Huang, el director general de NVIDIA, ha confirmado que su compañía pondrá a punto en Japón una red de centros de datos especializados en IA. Además, Huang ha anticipado que desplegará esta infraestructura de la mano de compañías japonesas. Todo esto suena muy bien, pero tiene un coste elevado en términos energéticos y el Gobierno nipón no lo ha pasado por alto.
En 2050 Japón necesitará haber incrementado su capacidad de generación de electricidad entre un 35 y un 50%
De hecho, su infraestructura eléctrica actual sería incapaz de dar servicio a las fábricas de semiconductores y los centros de datos para IA que llegarán en el futuro. La Administración japonesa ha reconocido que en 2050 necesitará haber incrementado su capacidad de generación de electricidad entre un 35 y un 50%. No es nada despreciable, desde luego. Además, su plan también tiene que afrontar la descarbonización de su sistema energético a la que se ha comprometido.
Hoy el suministro de combustibles fósiles de Japón depende en gran medida de Oriente Medio, lo que propició a finales de 2023 la aprobación de una ley que promueve la inversión en descarbonización por un total de unos 962.000 millones de dólares. El Gobierno japonés ha confirmado que su estrategia para resolver las necesidades energéticas que tendrá dentro de dos décadas requiere apostar por las células fotovoltaicas de última generación que incorporan perovskitas, por las turbinas eólicas flotantes que se instalan en el mar, y también por la energía nuclear.
De hecho, durante los próximos años muchas de las centrales nucleares que fueron desactivadas después de Fukushima volverán a entrar en operación, y, además, Japón construirá nuevas centrales nucleares equipadas con reactores de cuarta generación. El proyecto de este tipo más cercano en el tiempo lo lidera la compañía Kansai Electric Power debido a que planea reanudar los estudios que preceden a la construcción de un nuevo reactor nuclear en su planta de Mihama, alojada en la prefectura de Fukui, al oeste de Tokio. Si este proyecto sale adelante se consolidará como el primer reactor nuclear que se construye en Japón después del desastre de Fukushima en 2011.
Imagen | TEPCO
Más información | Interesting Engineering
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La noticia
Catorce años después de Fukushima, Japón vuelve a creer en la energía nuclear: el precio de la luz no le deja otra opción
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
.
En abril de 2023 el Gobierno japonés aprobó una nueva legislación en materia de energía nuclear que permite extender la operación de las plantas nucleares más allá del límite actual, que está establecido en 60 años. En la práctica esto significa, sencillamente, que si una planta nuclear puede operar con seguridad más allá de esas seis décadas la regulación le permite hacerlo. En este nuevo contexto la planta de Kashiwazaki-Kariwa tiene por delante un futuro prometedor.
Y lo tiene debido a que en diciembre de 2023 el organismo nuclear japonés, la NRA (Nuclear Regulation Authority), levantó el veto que impuso a esta instalación en marzo de 2011, poco después del accidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi. Si nos ceñimos a la potencia instalada esta planta alojada en la localidad de Niigata, al noroeste de Tokio (Japón), es la mayor central nuclear del planeta.
La administra la compañía TEPCO (Tokyo Electric Power Company), que es la tercera empresa de electricidad más grande del planeta, e incorpora siete reactores de agua en ebullición que son capaces de entregar de forma conjunta algo más de 8.200 MWe. La seguridad es lo más importante, y después de lo sucedido en Fukushima la NRA decidió retirarle la licencia de operación hasta que TEPCO pudiese implantar en esta instalación las nuevas medidas de seguridad derivadas de lo aprendido en 2011.
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La estrategia de Japón no requiere únicamente reforzar su presencia en la industria de los circuitos integrados; también apuesta por poner a punto una gran cantidad de centros de datos para inteligencia artificial (IA). De hecho, Jensen Huang, el director general de NVIDIA, ha confirmado que su compañía pondrá a punto en Japón una red de centros de datos especializados en IA. Además, Huang ha anticipado que desplegará esta infraestructura de la mano de compañías japonesas. Todo esto suena muy bien, pero tiene un coste elevado en términos energéticos y el Gobierno nipón no lo ha pasado por alto.
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De hecho, su infraestructura eléctrica actual sería incapaz de dar servicio a las fábricas de semiconductores y los centros de datos para IA que llegarán en el futuro. La Administración japonesa ha reconocido que en 2050 necesitará haber incrementado su capacidad de generación de electricidad entre un 35 y un 50%. No es nada despreciable, desde luego. Además, su plan también tiene que afrontar la descarbonización de su sistema energético a la que se ha comprometido.
Hoy el suministro de combustibles fósiles de Japón depende en gran medida de Oriente Medio, lo que propició a finales de 2023 la aprobación de una ley que promueve la inversión en descarbonización por un total de unos 962.000 millones de dólares. El Gobierno japonés ha confirmado que su estrategia para resolver las necesidades energéticas que tendrá dentro de dos décadas requiere apostar por las células fotovoltaicas de última generación que incorporan perovskitas, por las turbinas eólicas flotantes que se instalan en el mar, y también por la energía nuclear.
De hecho, durante los próximos años muchas de las centrales nucleares que fueron desactivadas después de Fukushima volverán a entrar en operación, y, además, Japón construirá nuevas centrales nucleares equipadas con reactores de cuarta generación. El proyecto de este tipo más cercano en el tiempo lo lidera la compañía Kansai Electric Power debido a que planea reanudar los estudios que preceden a la construcción de un nuevo reactor nuclear en su planta de Mihama, alojada en la prefectura de Fukui, al oeste de Tokio. Si este proyecto sale adelante se consolidará como el primer reactor nuclear que se construye en Japón después del desastre de Fukushima en 2011.
Imagen | TEPCO
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– La noticia
Catorce años después de Fukushima, Japón vuelve a creer en la energía nuclear: el precio de la luz no le deja otra opción
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
.