Creí que tenía un problema con el ABS de mi coche, pero me pilló de sorpresa al ver que era algo completamente inesperado: ratas

La luz del ABS parpadeando en el salpicadero nunca suele ser una buena señal. Casi ningún testigo del salpicadero lo es, pero cuando además se suma el testigo del motor, ya empiezas a imaginar cifras de cuatro dígitos en el presupuesto del taller. Lo curioso es que al llevar mi coche a que lo arreglaran, descubrí algo que nunca me imaginé que pasaría: las ratas acabaron mordiendo varios cables internos de mi coche.

El diagnóstico inicial. Cuando llegué al taller con las luces de advertencia encendidas, el mecánico, tras una inspección del coche, me aseguró que puede que tuviera que cambiar todo el sistema ABS. Uno nuevo para mi Seat Ibiza TDI 1.9 del 2005 puede suponer un gasto bastante importante, uno de esos gastos que te piensas si mejor lo dejas pasar, ya que se acerca peligrosamente al precio por el que podría vender el coche a día de hoy.

El precio del sistema ABS de segunda mano y de desguace, la cosa cambia. Uno puede conducir con normalidad si el ABS no funciona, pero es un riesgo para la seguridad, ya que compromete la frenada de emergencia y no tenemos esa ayuda que nos presta el coche en momentos críticos, permitiendo que nuestros frenos se acaben bloqueando.

En Xataka

Un estudio de 17.000 talleres españoles deja muy claro qué coches se rompen más. Pista: no son japoneses

El verdadero problema. Después de casi una semana en el taller y una inspección más detallada, el mecánico descubrió la auténtica causa del fallo: los cables del sistema ABS y algunos que se comunican con el motor habían sido mordidos. No se trataba de un desgaste normal o un fallo del componente, sino que las ratas habían estado royendo los cables del coche.

Para una rata, roer cables y objetos que se encuentran a su paso es su día a día, ya que sus dientes no paran de crecer a lo largo de toda su vida y necesitan algún medio para ir puliendo sus dientes. Qué pena que se hayan tenido que topar con mi coche.

Inesperado, pero en cierto modo, aliviado. Lo que parecía un problema grave con el sistema de frenos y la luz de emergencia del motor se resolvió con una reparación de cables. La broma salió por unos 120 euros. Un alivio considerable comparado con el cambio completo del ABS que inicialmente el mecánico había planteado. Desde el taller repararon los cables dañados y al coche se le apagaron los indicadores de advertencia del salpicadero.

El problema de fondo. Ahora el verdadero desafío no está en el coche, sino en el garaje. Se trata de un garaje privado bajo un edificio de pisos donde aparcan varios vehículos. Días antes ya había visto una rata que salió disparada desde debajo de mi coche hacia un agujero que está justo al lado de mi plaza de aparcamiento.

En Xataka

El problema no es que el aire acondicionado del coche se averíe más en verano. El problema es que el resto del año no lo miramos

Desde el taller me recomendaron medidas preventivas como echar espray en el vano motor o colocar bolas de alcanfor, especialmente útiles cuando el coche permanece mucho tiempo parado. Eso sí, esto se debe hacer con el coche parado y en frío. Compré el espray como medida temporal hasta que terminaran de solucionar lo del agujero en el garaje.

Y ahora qué. La prioridad es tapar el agujero del garaje por donde acceden las ratas, ya que de poco servirán los remedios alternativos si el problema persiste justo al lado de donde aparco. Afortunadamente, parece que el seguro del garaje va a cubrir el gasto del taller, cosa que buena noticia por esa parte. Además, ya estamos movilizando a la comunidad para solucionar el problema de las ratas. Podría haber cambiado de garaje directamente, aunque actualmente las cosas no están como para tomar esta decisión a la ligera. Veremos en qué queda todo.

Imagen de portada | Michael Fousert y Svetozar Cenisev

En Xataka | Los coches más vendidos en 2024 y 2025 en España

–
La noticia

Creí que tenía un problema con el ABS de mi coche, pero me pilló de sorpresa al ver que era algo completamente inesperado: ratas

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Antonio Vallejo

.

​La luz del ABS parpadeando en el salpicadero nunca suele ser una buena señal. Casi ningún testigo del salpicadero lo es, pero cuando además se suma el testigo del motor, ya empiezas a imaginar cifras de cuatro dígitos en el presupuesto del taller. Lo curioso es que al llevar mi coche a que lo arreglaran, descubrí algo que nunca me imaginé que pasaría: las ratas acabaron mordiendo varios cables internos de mi coche.

El diagnóstico inicial. Cuando llegué al taller con las luces de advertencia encendidas, el mecánico, tras una inspección del coche, me aseguró que puede que tuviera que cambiar todo el sistema ABS. Uno nuevo para mi Seat Ibiza TDI 1.9 del 2005 puede suponer un gasto bastante importante, uno de esos gastos que te piensas si mejor lo dejas pasar, ya que se acerca peligrosamente al precio por el que podría vender el coche a día de hoy.

El precio del sistema ABS de segunda mano y de desguace, la cosa cambia. Uno puede conducir con normalidad si el ABS no funciona, pero es un riesgo para la seguridad, ya que compromete la frenada de emergencia y no tenemos esa ayuda que nos presta el coche en momentos críticos, permitiendo que nuestros frenos se acaben bloqueando.

En Xataka

Un estudio de 17.000 talleres españoles deja muy claro qué coches se rompen más. Pista: no son japoneses

El verdadero problema. Después de casi una semana en el taller y una inspección más detallada, el mecánico descubrió la auténtica causa del fallo: los cables del sistema ABS y algunos que se comunican con el motor habían sido mordidos. No se trataba de un desgaste normal o un fallo del componente, sino que las ratas habían estado royendo los cables del coche.

Para una rata, roer cables y objetos que se encuentran a su paso es su día a día, ya que sus dientes no paran de crecer a lo largo de toda su vida y necesitan algún medio para ir puliendo sus dientes. Qué pena que se hayan tenido que topar con mi coche.

Inesperado, pero en cierto modo, aliviado. Lo que parecía un problema grave con el sistema de frenos y la luz de emergencia del motor se resolvió con una reparación de cables. La broma salió por unos 120 euros. Un alivio considerable comparado con el cambio completo del ABS que inicialmente el mecánico había planteado. Desde el taller repararon los cables dañados y al coche se le apagaron los indicadores de advertencia del salpicadero.

El problema de fondo. Ahora el verdadero desafío no está en el coche, sino en el garaje. Se trata de un garaje privado bajo un edificio de pisos donde aparcan varios vehículos. Días antes ya había visto una rata que salió disparada desde debajo de mi coche hacia un agujero que está justo al lado de mi plaza de aparcamiento.

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El problema no es que el aire acondicionado del coche se averíe más en verano. El problema es que el resto del año no lo miramos

Desde el taller me recomendaron medidas preventivas como echar espray en el vano motor o colocar bolas de alcanfor, especialmente útiles cuando el coche permanece mucho tiempo parado. Eso sí, esto se debe hacer con el coche parado y en frío. Compré el espray como medida temporal hasta que terminaran de solucionar lo del agujero en el garaje.

Y ahora qué. La prioridad es tapar el agujero del garaje por donde acceden las ratas, ya que de poco servirán los remedios alternativos si el problema persiste justo al lado de donde aparco. Afortunadamente, parece que el seguro del garaje va a cubrir el gasto del taller, cosa que buena noticia por esa parte. Además, ya estamos movilizando a la comunidad para solucionar el problema de las ratas. Podría haber cambiado de garaje directamente, aunque actualmente las cosas no están como para tomar esta decisión a la ligera. Veremos en qué queda todo.

Imagen de portada | Michael Fousert y Svetozar Cenisev

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Creí que tenía un problema con el ABS de mi coche, pero me pilló de sorpresa al ver que era algo completamente inesperado: ratas

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Antonio Vallejo

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