Jake Paul, se vio visiblemente incómodo y desconcertado durante la conferencia de prensa posterior a la tercera pelea entre Katie Taylor y Amanda Serrano. Un reportero logró lo impensable: sacar de sus casillas al polémico boxeador con una pregunta inesperada que lo llevó a poner los ojos en blanco y, finalmente, a interrumpir el cuestionamiento.
Antes de que las protagonistas de la noche subieran al escenario del Madison Square Garden, Paul y su socio, Nakisa Bidarian, se enfrentaron a los medios. La mayoría de las preguntas giraban en torno al rotundo éxito comercial del evento, destacando el impacto de una cartelera estelar femenina que logró agotar las entradas y recaudar 2.63 millones de dólares.
Sin embargo, un reportero decidió tomar un rumbo completamente diferente, desviándose de los temas financieros y deportivos. “Tengo una última pregunta, y tiene que ver con la proyección de las mujeres en el boxeo”, comenzó el periodista.”Ustedes han invertido en el boxeo femenino y he hablado con algunas personas esta semana sobre el problema de tener “ring girls” en una cartelera exclusivamente femenina. La sexualización de las mujeres. Un par de personas han dicho: ¿Por qué no tienen chicos? O ninguno en absoluto. Solo quiero llamar la atención sobre la conversaci ón.”
La pregunta, que abordaba un tema sensible en el deporte y la imagen de la mujer, pareció tomar a Jake Paul por sorpresa. Su reacción fue inmediata y elocuente: puso los ojos en blanco y se llevó la palma de la mano a la cara, visiblemente molesto por la dirección de la conversación. Sin dudarlo, interrumpió al reportero con un contundente: “Hermano, por favor deja de hablar”.
La situación se tornó aún más peculiar cuando Nakisa Bidarian, el socio de Paul, añadió con sarcasmo: “Si alguien quiere enviar una solicitud para ser un “ring boy” en MVP, que se la mande a ese joven”. La sala estalló en carcajadas y el reportero, ya habiendo logrado su objetivo de generar una reacción, se escabulló rápidamente.
Más allá del incidente en la conferencia, la noche en el MSG fue histórica por la contienda estelar entre Katie Taylor y Amanda Serrano. A diferencia de sus dos enfrentamientos anteriores, que fueron intercambios de golpes más intensos, esta tercera entrega se caracterizó por un ritmo más conservador. Ambas boxeadoras conectaron 70 golpes cada una, sumando un total de 140.
Al final, los jueces tuvieron una difícil decisión. Uno de ellos la calificó con un empate 95-95, pero los otros dos jueces otorgaron la victoria a Katie Taylor por decisión mayoritaria con tarjetas de 97-93. Con este resultado, Taylor no solo retuvo su corona indiscutida de peso superligero, sino que también extendió su ventaja a 3-0 en esta épica rivalidad con Serrano.