Hasta hace poco, DeVonta Smith fue el receptor de moda en fantasy football. Se llevaba bien con Jalen Hunts y convertía aquellas jugadas y pases largos en magistrales piezas de orfebrería. Todo eso cambió de un momento a otro.
Y no lo digo yo, lo dicen los rankings más recientes de fantasy dynasty. Smith aparece en el puesto 52, por debajo de jugadores como Ladd McConkey y Tetairoa McMillan.
No se trata de talento ni de salud sino de algo que él no puede controlar, que lo trasciende. El tipo aún corre como una gacela, brinca más que un canguro y atrapa cualquier ovoide que vaya por el aire. La respuesta está en el esquema del Philadelphia Eagles.
Los alados de la ciudad del amor fraternal cuentan con A.J. Brown y Dallas Goedert. Si el primero está sano y el segundo sigue mejorando, Smith será relegado a la tercera posición aérea, en una de las ofensivas más terrestres de toda la liga.
Esta proyección apenas le da para conseguir 116 targets en el año, un nivel WR3, con techo limitado. Eso es arriesgarse, y a muchos en el fantasy les gustan las apuestas seguras.
Claro, hay un escenario que a él le favorece: una lesión de Brown o Goedert, pero no es de bien nacidos desearle mal a otro y mucho menos si esto perjudica al equipo que te paga el cheque.
No se puede gastar un valioso clic esperando que alguien se rompa o se quiebre. Eso es ser mala persona y, además, tener una fe muy grande.Puede salir caro tomar a Smth. Punto.
Los analistas Heath Cummings y Nathan Jahnke coinciden en que otros WRs “elegantes pero frustrantes” como Jaylen Waddle y Chris Olave también han bajado varios escalones en los rankings. O sea, DaVonta no está solo en ese grupo.
La juventud de jugadores como Marvin Harrison Jr., Malik Nabers, Brian Thomas Jr. y hasta Xavier Worthy es otro factor a destacar. Este grupo es una mejor opción en formato Dynasty.
Esto significa que su nombre quedó para las periferias y ya no tiene el valor de antes. Es una moneda rara que nadie quiere acuñar.
No hay nada en contra de Smith, es un gran jugador. El problema es que el fantasy football es pragmatismo, no sentimentalismo. Se juega para ganar y es peligroso apegarse a una pieza de museo que suma poco o nada.
En el fantasy debe buscarse volumen, uso y producción. Lamentablemente, Smith ya no puede dar estos tres elementos. La verdad nunca duele, lo que no tiene es remedio.
Si tu plan era usar como WR2 o como WR3 busca un café y medítalo. Hay mejores opciones en el mercado con más targets, claridad y menos competencia interna. DeVonta ya no es el futuro brillante de tu fantasy team. Es una incógnita con cara bonita.
Por todo esto es que, si tu draft se acerca y ves a Smith en el tablero, deja que alguien más cometa el error. Tú apuntas a volumen, touchdowns y estabilidad. Porque el fantasy, amigo, se gana con números, no con recuerdos del Heisman.