Ciencia y Tecnología
La medida “contra el sentido común” que Madrid está aplicando en plena ola de calor: cerrar parques a cal y canto

Madrid. Julio. El termómetro tontea con los 38ºC. El calor es tan asfixiante, tan pegajoso, que solo apetece sentarse frente a un ventilador con un refresco al lado y esperar a que pasen las horas. Eso o buscar refugio bajo algún árbol de El Retiro o cualquier otro de los parques de la capital, vastas zonas verdes, frondosas, repletas de vegetación y que al fin y al cabo están pensadas para eso, ¡no? El problema es que cuando llegas a El Retiro te encuentras con que está cerrado.
Su clausura en plena ola de calor extremo parece un absurdo, una medida “contra el sentido común”, como denuncian algunos vecinos y políticos. El Ayuntamiento alega sin embargo que le permite evitar desgracias derivadas precisamente de las altas temperaturas. La gran pregunta es… ¿Es eso cierto? ¿Y compensa?
Cuando llega el calor… Madrid necesita sombras. Tanto, de hecho, que ha invertido 1,5 millones de euros en instalar toldos de quita y pon en Puerta del Sol para evitar que en verano la plaza se convierta en un asadero. Cuando realmente llega el calor y el mercurio pasa de 35º, lo que hacen muchos vecinos sin embargo es buscar refugio en los parques del municipio, como Capricho, la Rosaleda del parque del Oeste, Juan Carlos I, Torre Arias, Fuente del Berro y por supuesto El Buen Retiro, 125 hectáreas con árboles frondosos y una sombra vivificante.
Parque refrescante, parque cerrado. El problema es que esos parques no siempre están abiertos. Ocurrió ayer mismo, 7 de julio, cuando en algunos puntos de la comunidad se superaban los 35ºC. Pese a ese calor, los riesgos que supone y la necesidad de sombra, el Ayuntamiento anunciaba el cierre de El Retiro y otros parques ya bien entrada la tarde debido a “condiciones meteorológicas adversas”.
Un repaso rápido a la cuenta oficial del Consistorio en X llega para constatar que no es algo excepcional: hoy nueve áreas verdes de la ciudad (El Retiro incluido) mantienen algunas partes restringidas, igual que el domingo. El sábado varias arboledas cerraron directamente sus verjas a partir de las tres de la tarde, justo cuando más aprieta el sol. Algo similar había ocurrido ya el miércoles.
Hace un tiempo El Periódico de España echó cuentas y calculó que entre el 21 de mayo de 2021 y el 25 de mayo de 2022 los parques estuvieron total o parcialmente cerrados 161 días, es decir, el 44% de las jornadas. Casi una de cada dos. Europa Press estima que desde mayo los parques han cerrado alrededor de 10 veces.
Pero… ¿Por qué? Por “condiciones meteorológicas adversas”, recalca el Ayuntamiento, que suele acompañar cada aviso de un link a la web en la que detalla el protocolo que sigue para clausurar los parques de la ciudad. Su lógica es bastante sencilla: el Ayuntamiento utiliza un ‘semáforo’ de cuatro colores (verde, amarillo, naranja y rojo) que identifican las condiciones de los parques y en qué medida son aptas para el disfrute de los ciudadanos si se tienen en cuenta los riesgos. Para asignar uno u otro se basa en datos facilitados por la AEMET.
Los técnicos realizan las previsiones fijándose en concreto en la situación de El Retiro y atendiendo a cuestiones tan diferentes como el viento, la temperatura, el agua en el suelo o el riesgo de tormentas. De ahí, recalca el Ayuntamiento, que sus cálculos no siempre coincidan con las previsiones de otras zonas de la ciudad. La situación más grave, la “alerta roja”, implica que se suspendan todas las actividades previstas, se desaloje el recinto y clausure el parque.
¿Y cuándo se declara? A priori cuando los técnicos prevén rachas de viento iguales o superiores a 65 km/h con temperaturas máximas por debajo de los 35ºC y un porcentaje de agua disponible en el suelo inferior al 75%. Otra posibilidad (que es la que se aplica en verano) es que las rachas pasen de 55 km/h, pero con temperaturas elevadas, en las que las máximas se sitúan por encima del 35º.
Cuando se activa esa alerta en El Retiro se traslada a otras amplias zonas verdes del municipio y se cierran también El Capricho, Jardines de Sabatini, la Rosaleda del Parque del Oeste, Juan Carlos I, Juan Pablo II, Quinta de Fuente del Berro, Quinta de los Molinos y Quinta Torre Arias, hectáreas verdes.
Repasando la hemeroteca. Quizá parezca excesivo, pero el Consistorio recuerda que El Retiro está lleno de árboles grandes y viejos, “por lo que pueden sufrir daños o fracturas en ramas y troncos”. De hecho el protocolo que aplica el Ayuntamiento hace referencia a ese riesgo en su nombre. ¿Su objetivo? Básicamente gestionar “incidencias causadas por el arbolado”.
No es una cuestión menor. En marzo de 2018 un niño de cuatro años falleció debido al impacto de un pino que se vino abajo en El Retiro, el 30 de mayo un joven de 25 años quedó en estado crítico por la caída de una rama en un parque de Carabanchel y hace solo unas semanas una mujer quedó herida de gravedad después de que se le cayese encima un árbol cuando salía de casa. La lluvia o las nevadas suponen un riesgo. La mezcla de viento y el calor extremo, también.
“Contra el sentido común”. Que el cierre de los parques responda a un protocolo no evita que la medida haya generado críticas. Tanto de vecinos (se encuentran con facilidad en redes) como de los partidos de la oposición. Una queja frecuente y que recordaba hace poco la agencia Europa Press es que el protocolo municipal va “contra el sentido común”: ¿Si las olas de calor suponen una amenaza y los parques sirven entre otras cosas para mitigarla, ¿por qué se cierran justo cuando más falta hacen? ¿No hay otras alternativas en plena canícula?
El tema ha desatado un intenso debate a nivel social y político. Más Madrid ha insistido en que debe abrirse “una reflexión sobre la revisión del protocolo” y actualizar el inventario del arbolado. Y los socialistas han abogado por “mapas de riesgo” que tenga en cuenta el tipo de arbolado y eviten las clausuras completas de parques, además de un acceso directo a la biblioteca Eugenio Trías.
Otra idea que se ha puesto sobre la mesa es elaborar planes específicos para cada parque de la ciudad o las diferentes áreas en las que se divide El Retiro, algo que a priori no parece convencer al Gobierno municipal. “No hay ninguna zona segura porque todas han sido susceptibles de que caigan árboles”, argumentan.
Tirando de cifras. Si en algo se ha apoyado el Consistorio para defender su postura es sin embargo en las cifras. Según sus datos, los cierres quitan muy poco tiempo de disfrute a los vecinos pero reducen de forma drástica el riesgo. “Permite que el mayor tiempo posible [el parque] esté abierto y se garanticen condiciones de seguridad. Solo se cierra el 1% del tiempo y, durante ese cierre, se caen el 80,7% de las ramas y árboles. Es una medida ponderada”, argumenta Borja Carabante.
El Consistorio calcula que alrededor del 68% de los ejemplares de El Retiro están maduros y en agosto de 2024 se cayeron 66 árboles y ramas debido al calor. Sobre la modificación del protocolo, el Gobierno de Almeida insiste en que cambiar o no el plan no debe responder a una decisión política, sino técnica. La idea, recalcan, es “garantizar la seguridad y compatibilizarla con el uso y disfrute de los parques”.
Imágenes | Ayuntamiento de Madrid y Ra_fus (Flickr)
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La medida “contra el sentido común” que Madrid está aplicando en plena ola de calor: cerrar parques a cal y canto
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Carlos Prego
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Madrid. Julio. El termómetro tontea con los 38ºC. El calor es tan asfixiante, tan pegajoso, que solo apetece sentarse frente a un ventilador con un refresco al lado y esperar a que pasen las horas. Eso o buscar refugio bajo algún árbol de El Retiro o cualquier otro de los parques de la capital, vastas zonas verdes, frondosas, repletas de vegetación y que al fin y al cabo están pensadas para eso, ¡no? El problema es que cuando llegas a El Retiro te encuentras con que está cerrado.
Su clausura en plena ola de calor extremo parece un absurdo, una medida “contra el sentido común”, como denuncian algunos vecinos y políticos. El Ayuntamiento alega sin embargo que le permite evitar desgracias derivadas precisamente de las altas temperaturas. La gran pregunta es… ¿Es eso cierto? ¿Y compensa?
Cuando llega el calor… Madrid necesita sombras. Tanto, de hecho, que ha invertido 1,5 millones de euros en instalar toldos de quita y pon en Puerta del Sol para evitar que en verano la plaza se convierta en un asadero. Cuando realmente llega el calor y el mercurio pasa de 35º, lo que hacen muchos vecinos sin embargo es buscar refugio en los parques del municipio, como Capricho, la Rosaleda del parque del Oeste, Juan Carlos I, Torre Arias, Fuente del Berro y por supuesto El Buen Retiro, 125 hectáreas con árboles frondosos y una sombra vivificante.
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Parque refrescante, parque cerrado. El problema es que esos parques no siempre están abiertos. Ocurrió ayer mismo, 7 de julio, cuando en algunos puntos de la comunidad se superaban los 35ºC. Pese a ese calor, los riesgos que supone y la necesidad de sombra, el Ayuntamiento anunciaba el cierre de El Retiro y otros parques ya bien entrada la tarde debido a “condiciones meteorológicas adversas”.
Un repaso rápido a la cuenta oficial del Consistorio en X llega para constatar que no es algo excepcional: hoy nueve áreas verdes de la ciudad (El Retiro incluido) mantienen algunas partes restringidas, igual que el domingo. El sábado varias arboledas cerraron directamente sus verjas a partir de las tres de la tarde, justo cuando más aprieta el sol. Algo similar había ocurrido ya el miércoles.
Hace un tiempo El Periódico de España echó cuentas y calculó que entre el 21 de mayo de 2021 y el 25 de mayo de 2022 los parques estuvieron total o parcialmente cerrados 161 días, es decir, el 44% de las jornadas. Casi una de cada dos. Europa Press estima que desde mayo los parques han cerrado alrededor de 10 veces.
Pero… ¿Por qué? Por “condiciones meteorológicas adversas”, recalca el Ayuntamiento, que suele acompañar cada aviso de un link a la web en la que detalla el protocolo que sigue para clausurar los parques de la ciudad. Su lógica es bastante sencilla: el Ayuntamiento utiliza un ‘semáforo’ de cuatro colores (verde, amarillo, naranja y rojo) que identifican las condiciones de los parques y en qué medida son aptas para el disfrute de los ciudadanos si se tienen en cuenta los riesgos. Para asignar uno u otro se basa en datos facilitados por la AEMET.
Los técnicos realizan las previsiones fijándose en concreto en la situación de El Retiro y atendiendo a cuestiones tan diferentes como el viento, la temperatura, el agua en el suelo o el riesgo de tormentas. De ahí, recalca el Ayuntamiento, que sus cálculos no siempre coincidan con las previsiones de otras zonas de la ciudad. La situación más grave, la “alerta roja”, implica que se suspendan todas las actividades previstas, se desaloje el recinto y clausure el parque.
¿Y cuándo se declara? A priori cuando los técnicos prevén rachas de viento iguales o superiores a 65 km/h con temperaturas máximas por debajo de los 35ºC y un porcentaje de agua disponible en el suelo inferior al 75%. Otra posibilidad (que es la que se aplica en verano) es que las rachas pasen de 55 km/h, pero con temperaturas elevadas, en las que las máximas se sitúan por encima del 35º.
Cuando se activa esa alerta en El Retiro se traslada a otras amplias zonas verdes del municipio y se cierran también El Capricho, Jardines de Sabatini, la Rosaleda del Parque del Oeste, Juan Carlos I, Juan Pablo II, Quinta de Fuente del Berro, Quinta de los Molinos y Quinta Torre Arias, hectáreas verdes.
Repasando la hemeroteca. Quizá parezca excesivo, pero el Consistorio recuerda que El Retiro está lleno de árboles grandes y viejos, “por lo que pueden sufrir daños o fracturas en ramas y troncos”. De hecho el protocolo que aplica el Ayuntamiento hace referencia a ese riesgo en su nombre. ¿Su objetivo? Básicamente gestionar “incidencias causadas por el arbolado”.
No es una cuestión menor. En marzo de 2018 un niño de cuatro años falleció debido al impacto de un pino que se vino abajo en El Retiro, el 30 de mayo un joven de 25 años quedó en estado crítico por la caída de una rama en un parque de Carabanchel y hace solo unas semanas una mujer quedó herida de gravedad después de que se le cayese encima un árbol cuando salía de casa. La lluvia o las nevadas suponen un riesgo. La mezcla de viento y el calor extremo, también.
En Xataka
Madrid creía haber tenido una estupenda idea poniendo toldos contra el calor en la Puerta del Sol. Ha salido regular
“Contra el sentido común”. Que el cierre de los parques responda a un protocolo no evita que la medida haya generado críticas. Tanto de vecinos (se encuentran con facilidad en redes) como de los partidos de la oposición. Una queja frecuente y que recordaba hace poco la agencia Europa Press es que el protocolo municipal va “contra el sentido común”: ¿Si las olas de calor suponen una amenaza y los parques sirven entre otras cosas para mitigarla, ¿por qué se cierran justo cuando más falta hacen? ¿No hay otras alternativas en plena canícula?
El tema ha desatado un intenso debate a nivel social y político. Más Madrid ha insistido en que debe abrirse “una reflexión sobre la revisión del protocolo” y actualizar el inventario del arbolado. Y los socialistas han abogado por “mapas de riesgo” que tenga en cuenta el tipo de arbolado y eviten las clausuras completas de parques, además de un acceso directo a la biblioteca Eugenio Trías.
Otra idea que se ha puesto sobre la mesa es elaborar planes específicos para cada parque de la ciudad o las diferentes áreas en las que se divide El Retiro, algo que a priori no parece convencer al Gobierno municipal. “No hay ninguna zona segura porque todas han sido susceptibles de que caigan árboles”, argumentan.
Tirando de cifras. Si en algo se ha apoyado el Consistorio para defender su postura es sin embargo en las cifras. Según sus datos, los cierres quitan muy poco tiempo de disfrute a los vecinos pero reducen de forma drástica el riesgo. “Permite que el mayor tiempo posible [el parque] esté abierto y se garanticen condiciones de seguridad. Solo se cierra el 1% del tiempo y, durante ese cierre, se caen el 80,7% de las ramas y árboles. Es una medida ponderada”, argumenta Borja Carabante.
El Consistorio calcula que alrededor del 68% de los ejemplares de El Retiro están maduros y en agosto de 2024 se cayeron 66 árboles y ramas debido al calor. Sobre la modificación del protocolo, el Gobierno de Almeida insiste en que cambiar o no el plan no debe responder a una decisión política, sino técnica. La idea, recalcan, es “garantizar la seguridad y compatibilizarla con el uso y disfrute de los parques”.
Imágenes | Ayuntamiento de Madrid y Ra_fus (Flickr)
En Xataka | La gente ha empezado a hacer fila para tocarle el culo a la estatua del oso de Madrid. Tiene tan poco sentido como parece
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La medida “contra el sentido común” que Madrid está aplicando en plena ola de calor: cerrar parques a cal y canto
fue publicada originalmente en
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Carlos Prego
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