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Ciencia y Tecnología

Jugar a videojuegos en pleno verano y con este calor es una experiencia horrible. He encontrado la solución en la nube

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Jugar a videojuegos en pleno verano y con este calor es una experiencia horrible. He encontrado la solución en la nube

Jugar en PC está muy bien hasta que llega el verano. A una sala ya calurosa como es mi despacho se le suma el aire caliente que, desesperados por competir contra el calor cordobés, gestionan los seis ventiladores situados en mi torre. La sensación es… regular. Si dejo la torre en el suelo se me acaban calentando las piernas. Si la subo a la mesa, el ruido de los ventiladores se hace todavía más evidente y la temperatura aumenta igualmente. Lo mismo sucede con la ROG Ally, consola que me encanta pero que si ya de por sí tiene unas temperaturas bastantes altas, en verano sufre todavía más.

La solución la he encontrado en una tecnología que genera opiniones de lo más variadas y que a mí, en lo personal, me parece el futuro: la nube.

El calor. Córdoba se encuentra en este momento en alerta naranja. El asfalto ha llegado a los 57,3ºC, la hierba a la sombra a los casi 27ºC y las máximas superan los 40ºC. Escribo estas líneas a las 10:40 del miércoles y ya estamos a 30ºC. Por la noche no refresca y abrir las ventanas es como asomarse a las puertas de Mordor. Así pues, la solución pasa por el aire acondicionado, los ventiladores y la infinita paciencia.

Imagen: Olivier Collet

Imagen: Olivier Collet

Los componentes. Los componentes electrónicos y el calor no se llevan bien. Digamos que están obligados a entenderse, pero un exceso de calor no es bueno ni para un ordenador ni para ningún dispositivo. Los sistemas de refrigeración por aire, que son los que suelen montar la inmensa mayoría de ordenadores y las consolas, refrigerarán en función de la temperatura ambiente. Si en una sala hace calor, la refrigeración será menos eficaz que si la sala está fría.

Fresquibiris. Además de limpiar los ventiladores y el interior del PC, cosa que hay que hacer de tanto en tanto, una solución rápida podría ser poner el aire acondicionado durante un rato para enfriar la sala. El problema es que, por un lado, es posible que no todas las personas tengan un aparato de aire acondicionado en la sala o que, por otro lado, el aire acondicionado sea centralizado y tengamos que ponerlo en toda la casa cuando solo queremos enfriar una sola estancia.

Mi caso. Tengo un sensor de temperatura en el despacho. Por la mañana, a las 8:30, la temperatura ambiente es de 31ºC. Si pongo el aire acondicionado para trabajar consigo reducir la temperatura a 26ºC. Si lo quito la sala acaba alcanzando los 34ºC. Teniendo en cuenta que la temperatura ambiente ideal es de entre 18ºC y 25ºC, os podéis imaginar cuán agradable es completar las expansiones de ‘Guild Wars 2‘ o disparar en ‘Delta Force‘ en un PC que a las 18:00 ya está pidiendo clemencia y piedad.

No puedo competir contra el calor ambiental, pero sí puedo frenar el calor generado por el PC. ¿Cómo? Grosso modo, haciendo que funcione mucho más despacio. Eso, a priori, es incompatible con jugar en una calidad decente, y lo es. Salvo que lo hagas en la nube.

GeForce Now | Imagen: Xataka

GeForce Now | Imagen: Xataka

Buscando el fresco. Jugar en la nube tiene una serie de desventajas que son evidentes: dependes de tener conexión a Internet, estás atado a una suscripción y no todos los juegos están disponibles. Las ventajas, sin embargo, son que la nube es agnóstica al hardware (puedo jugar en mi torre, pero también desde el móvil, desde el portátil que usaba en la universidad o desde la ROG Ally) y no requiere que el ordenador se ponga a tope. Basta con una conexión a Internet. El juego se ejecuta en un servidor y nosotros recibimos la imagen y enviamos los inputs en tiempo real.

Una cuestión de temperaturas. Por poner un ejemplo rápido, jugando a ‘Guild Wars 2’ en una sala a 27ºC la temperatura de la CPU pasa de 55,4ºC a superar los 70ºC. La GPU, por su parte, pasa de 35ºC a unos 55ºC. Si lanzo el mismo juego, pero en la nube (GeForce Now en mi caso), la temperatura pasa de unos 55ºC a 57ºC, mientras que la GPU pasa de 35ºC a 37,9ºC grados.

‘Delta Force’ no está en GeForce Now, por lo que no lo puedo jugar en la nube, pero me viene al pelo para mostrar cómo cambian las temperaturas. El procesador pasa de 55ºC a 68ºC, mientras que la GPU pasa de 35ºC a rondar los 60ºC. Eso también se nota en el ruido de los ventiladores, que giran a una velocidad muy superior a cuando están en standby.

ASUS ROG Ally | Imagen: Xataka

ASUS ROG Ally | Imagen: Xataka

El caso ROG Ally. La consola portátil de ASUS es mi dispositivo de cabecera para jugar a títulos como ‘Diablo IV‘ e incluso a ‘Guild Wars 2’ conectándola a un hub USB y HDMI. Si la uso en modo Rendimiento (25W), la consola alcanza los 80-85ºC con relativa facilidad, por no hablar de que la batería le dura un soplo. Jugando al mismo juego en GeForce Now puedo hacerlo no solo en mejor calidad gráfica y con más FPS, sino poniendo la consola en modo Eco, con una temperatura que no pasa de 55ºC, unos ventiladores más silenciosos y mayor autonomía. Eso, en mano y a la larga, se nota.

En resumidas cuentas. Si la temperatura es un problema y tenemos buen acceso a Internet, la nube puede ser una opción si queremos seguir jugando sin echarle más leña al fuego. Además, la suscripción no tiene por qué ser eterna. Se puede usar durante los meses más calurosos y luego volver a jugar en local cuando las temperaturas bajen.

Imagen de portada | Unsplash

En Xataka | Llevo años jugando a videojuegos y ahora lo primero que hago antes de comprarlos es simple: mirar que estén en la nube


La noticia

Jugar a videojuegos en pleno verano y con este calor es una experiencia horrible. He encontrado la solución en la nube

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Jose García

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​Jugar en PC está muy bien hasta que llega el verano. A una sala ya calurosa como es mi despacho se le suma el aire caliente que, desesperados por competir contra el calor cordobés, gestionan los seis ventiladores situados en mi torre. La sensación es… regular. Si dejo la torre en el suelo se me acaban calentando las piernas. Si la subo a la mesa, el ruido de los ventiladores se hace todavía más evidente y la temperatura aumenta igualmente. Lo mismo sucede con la ROG Ally, consola que me encanta pero que si ya de por sí tiene unas temperaturas bastantes altas, en verano sufre todavía más.

La solución la he encontrado en una tecnología que genera opiniones de lo más variadas y que a mí, en lo personal, me parece el futuro: la nube.

El calor. Córdoba se encuentra en este momento en alerta naranja. El asfalto ha llegado a los 57,3ºC, la hierba a la sombra a los casi 27ºC y las máximas superan los 40ºC. Escribo estas líneas a las 10:40 del miércoles y ya estamos a 30ºC. Por la noche no refresca y abrir las ventanas es como asomarse a las puertas de Mordor. Así pues, la solución pasa por el aire acondicionado, los ventiladores y la infinita paciencia.

Imagen: Olivier Collet

Los componentes. Los componentes electrónicos y el calor no se llevan bien. Digamos que están obligados a entenderse, pero un exceso de calor no es bueno ni para un ordenador ni para ningún dispositivo. Los sistemas de refrigeración por aire, que son los que suelen montar la inmensa mayoría de ordenadores y las consolas, refrigerarán en función de la temperatura ambiente. Si en una sala hace calor, la refrigeración será menos eficaz que si la sala está fría.

Fresquibiris. Además de limpiar los ventiladores y el interior del PC, cosa que hay que hacer de tanto en tanto, una solución rápida podría ser poner el aire acondicionado durante un rato para enfriar la sala. El problema es que, por un lado, es posible que no todas las personas tengan un aparato de aire acondicionado en la sala o que, por otro lado, el aire acondicionado sea centralizado y tengamos que ponerlo en toda la casa cuando solo queremos enfriar una sola estancia.

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Llevo un mes sin encender la PS5. Mi nueva consola es Netflix y tengo claro que es el futuro de los videojuegos

Mi caso. Tengo un sensor de temperatura en el despacho. Por la mañana, a las 8:30, la temperatura ambiente es de 31ºC. Si pongo el aire acondicionado para trabajar consigo reducir la temperatura a 26ºC. Si lo quito la sala acaba alcanzando los 34ºC. Teniendo en cuenta que la temperatura ambiente ideal es de entre 18ºC y 25ºC, os podéis imaginar cuán agradable es completar las expansiones de ‘Guild Wars 2’ o disparar en ‘Delta Force’ en un PC que a las 18:00 ya está pidiendo clemencia y piedad.

No puedo competir contra el calor ambiental, pero sí puedo frenar el calor generado por el PC. ¿Cómo? Grosso modo, haciendo que funcione mucho más despacio. Eso, a priori, es incompatible con jugar en una calidad decente, y lo es. Salvo que lo hagas en la nube.

GeForce Now | Imagen: Xataka

Buscando el fresco. Jugar en la nube tiene una serie de desventajas que son evidentes: dependes de tener conexión a Internet, estás atado a una suscripción y no todos los juegos están disponibles. Las ventajas, sin embargo, son que la nube es agnóstica al hardware (puedo jugar en mi torre, pero también desde el móvil, desde el portátil que usaba en la universidad o desde la ROG Ally) y no requiere que el ordenador se ponga a tope. Basta con una conexión a Internet. El juego se ejecuta en un servidor y nosotros recibimos la imagen y enviamos los inputs en tiempo real.

Una cuestión de temperaturas. Por poner un ejemplo rápido, jugando a ‘Guild Wars 2’ en una sala a 27ºC la temperatura de la CPU pasa de 55,4ºC a superar los 70ºC. La GPU, por su parte, pasa de 35ºC a unos 55ºC. Si lanzo el mismo juego, pero en la nube (GeForce Now en mi caso), la temperatura pasa de unos 55ºC a 57ºC, mientras que la GPU pasa de 35ºC a 37,9ºC grados.

‘Delta Force’ no está en GeForce Now, por lo que no lo puedo jugar en la nube, pero me viene al pelo para mostrar cómo cambian las temperaturas. El procesador pasa de 55ºC a 68ºC, mientras que la GPU pasa de 35ºC a rondar los 60ºC. Eso también se nota en el ruido de los ventiladores, que giran a una velocidad muy superior a cuando están en standby.

ASUS ROG Ally | Imagen: Xataka

El caso ROG Ally. La consola portátil de ASUS es mi dispositivo de cabecera para jugar a títulos como ‘Diablo IV’ e incluso a ‘Guild Wars 2’ conectándola a un hub USB y HDMI. Si la uso en modo Rendimiento (25W), la consola alcanza los 80-85ºC con relativa facilidad, por no hablar de que la batería le dura un soplo. Jugando al mismo juego en GeForce Now puedo hacerlo no solo en mejor calidad gráfica y con más FPS, sino poniendo la consola en modo Eco, con una temperatura que no pasa de 55ºC, unos ventiladores más silenciosos y mayor autonomía. Eso, en mano y a la larga, se nota.

En resumidas cuentas. Si la temperatura es un problema y tenemos buen acceso a Internet, la nube puede ser una opción si queremos seguir jugando sin echarle más leña al fuego. Además, la suscripción no tiene por qué ser eterna. Se puede usar durante los meses más calurosos y luego volver a jugar en local cuando las temperaturas bajen.

Imagen de portada | Unsplash

En Xataka | Llevo años jugando a videojuegos y ahora lo primero que hago antes de comprarlos es simple: mirar que estén en la nube

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Jugar a videojuegos en pleno verano y con este calor es una experiencia horrible. He encontrado la solución en la nube

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Jose García

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