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De dátiles a cera húngara: ¿cómo se convirtió el bigote de Dalí en su “obra de arte” más duradera?
<p>La milagrosa preservación del bigote de Dalí durante 28 años tras su muerte confirmó lo que el mundo ya sabía: su capacidad única para transformar lo ordinario en extraordinario trascendía incluso a la propia vida.</p>
<p>​La milagrosa preservación del bigote de Dalí durante 28 años tras su muerte confirmó lo que el mundo ya sabía: su capacidad única para transformar lo ordinario en extraordinario trascendía incluso a la propia vida. </p>
<p>Entre todos los elementos que elevaron a <a class="internal-link" href="https://www.dw.com/es/el-truco-de-la-siesta-creativa-de-thomas-edison-y-salvador-dal%C3%AD-funciona-seg%C3%BAn-estudio/a-60203350">Salvador Dalí</a> a la categoría de ícono, existe uno que destaca incluso por encima de sus célebres relojes derretidos y las fascinantes escenas oníricas de su arte surrealista: su inconfundible bigote. </p>
<p>Afilado como una lanza, rígido, puntiagudo y desafiante de la gravedad, este distintivo vello facial –al igual que la melena blanca despeinada de <a class="internal-link" href="https://www.dw.com/es/einstein-albert/t-38599906">Albert Einstein</a> o la boina negra del <a class="internal-link" href="https://www.dw.com/es/guevara-ernesto-che/t-40518267">Che Guevara</a>–, trascendió lo estético para transformarse en una auténtica declaración artística, tan provocadora como audaz; la marca registrada del genio surrealista.</p>
<figure class="placeholder-image master_landscape big"><img data-format="MASTER_LANDSCAPE" data-id="73159588" data-url="https://static.dw.com/image/73159588_$formatId.jpg" data-aspect-ratio="16/9" alt="En este retrato tomado en París el 16 de junio de 1934, Salvador Dalí exhibía el estilo temprano de su bigote, aún lejos de la versión puntiaguda que posteriormente se convertiría en su inconfundible marca personal." src="image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==" /><figcaption class="img-caption">En este retrato tomado en París el 16 de junio de 1934, Salvador Dalí exhibía el estilo temprano de su bigote, aún lejos de la versión puntiaguda que posteriormente se convertiría en su inconfundible marca personal.<small class="copyright">Imagen: akg-images/picture alliance</small></figcaption></figure>
<h2><strong>Los orígenes del ícono bigote: de discreto a surrealista </strong></h2>
<p>El camino hacia el bigote más famoso del mundo fue gradual. Según recogen medios, en la década de 1930, Dalí comenzó con un discreto bigote al estilo &#8220;Menjou&#8221;, inspirado en el actor estadounidense Adolphe Menjou, una elección popular en aquella época. Sin embargo, en la década de 1940, su vello facial evolucionó hacia ese estilo extravagante y puntiagudo que todos conocemos, apareciendo por primera vez en su obra <em>Autorretrato blando con bacon frito</em> (1941).</p>
<p>El propio artista <a rel="noopener follow" target="_blank" class="external-link" href="https://www.goodreads.com/quotes/94242-since-i-don-t-smoke-i-decided-to-grow-a-mustache" title="Enlace externo — explicaría">explicaría</a> más tarde, con su característico humor: &#8220;Como no fumo, decidí dejarme bigote, es mejor para la salud&#8221;.</p>
<figure class="placeholder-image master_landscape big"><img data-format="MASTER_LANDSCAPE" data-id="73159687" data-url="https://static.dw.com/image/73159687_$formatId.jpg" data-aspect-ratio="16/9" alt="";Autorretrato blando con bacon frito"; (1941), obra donde Dalí plasmó por primera vez su icónico bigote puntiagudo que definiría para siempre su imagen." src="image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==" /><figcaption class="img-caption">&#8220;Autorretrato blando con bacon frito&#8221; (1941), obra donde Dalí plasmó por primera vez su icónico bigote puntiagudo que definiría para siempre su imagen.<small class="copyright">Imagen: Alexander Zemlianichenko/AP/picture alliance</small></figcaption></figure>
<h2><strong>Los secretos del cuidado </strong></h2>
<p>En una fascinante entrevista para el programa Panorama de la BBC en 1955, Dalí reveló al presentador Malcolm Muggeridge el secreto detrás de su espectacular vello facial. &#8220;Al principio, para este bigote utilicé un producto muy natural&#8221;, confesó el artista. &#8220;¿Conoces los dátiles? Al final de la cena, no me limpié los dedos y me puse un poco en el bigote, y se mantuvo toda la tarde de forma muy eficaz&#8221;.</p>
<figure class="placeholder-image master_landscape big"><img data-format="MASTER_LANDSCAPE" data-id="73159665" data-url="https://static.dw.com/image/73159665_$formatId.jpg" data-aspect-ratio="16/9" alt="El actor estadounidense Adolphe Menjou (izq.), cuyo elegante bigote inspiró el estilo inicial de Salvador Dalí, junto a Pat O'Brien en la película ";The Front Page"; (1931)." src="image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==" /><figcaption class="img-caption">El actor estadounidense Adolphe Menjou (izq.), cuyo elegante bigote inspiró el estilo inicial de Salvador Dalí, junto a Pat O&#8217;Brien en la película &#8220;The Front Page&#8221; (1931).<small class="copyright">Imagen: United Artists/Everett Collection/picture alliance</small></figcaption></figure>
<p>Con el tiempo, sin embargo, Dalí perfeccionó su técnica y pasó a utilizar productos profesionales. &#8220;Ahora utilizo un producto auténtico, muy bueno, [que encontré] en la Place Vendôme, la cera húngara Pinaud&#8221;, explicó en la misma entrevista. </p>
<p>Curiosamente, se jactaba de usar la misma marca de cera que el novelista francés <a class="internal-link" href="https://www.dw.com/es/una-editorial-parisina-recupera-las-historias-perdidas-de-marcel-proust/a-50744278">Marcel Proust,</a> aunque añadía que el autor de <em>En busca del tiempo perdido</em> debía estar usándola &#8220;de otra manera&#8221;, ya que su bigote era &#8220;un poco deprimente y melancólico&#8221;. El suyo, en cambio, lo describía como &#8220;muy alegre, muy puntiagudo, muy agresivo&#8221;.</p>
<p>De acuerdo con <em>artnet</em>, el artista llegó a usar la punta de su bigote como pincel improvisado y &#8220;coleccionaba bigotes&#8221;, decorando su casa en Portlligat con imágenes de hombres bigotudos. Además, su ritual de cuidado era religioso: lo limpiaba cada noche sin falta, permitiendo que se suavizara y cayera durante el sueño, para luego volver a esculpirlo cada mañana, un proceso que le llevaba apenas tres minutos.</p>
<p>Más que un simple vello facial, el bigote de Dalí era una extensión de su arte y personalidad. El mismo artista lo llegó a describir como &#8220;la parte más seria de mi personalidad&#8221; y lo veía como una manifestación física de su destreza creativa, señalando que &#8220;al igual que el poder de mi imaginación, [el bigote] seguía creciendo&#8221;.</p>
<h2><strong>¿De dónde surgió esta obsesión? </strong></h2>
<p>Entre las posibles inspiraciones para su aspecto distintivo, se cree que una de las principales fue el artista barroco del siglo XVII Diego Velázquez, el único al que Dalí <a rel="noopener follow" target="_blank" class="external-link" href="https://thedali.org/wp-content/uploads/2016/11/proceedings-JEFFETT_en_edits_11.25_final.pdf" title="Enlace externo — admitió como influencia.">admitió como influencia.</a> Particularmente, se inspiraba en los retratos que Velázquez hizo del rey español Felipe IV, quien lucía un vello facial de estilo similar.</p>
<figure class="placeholder-image master_landscape big"><img data-format="MASTER_LANDSCAPE" data-id="73159643" data-url="https://static.dw.com/image/73159643_$formatId.jpg" data-aspect-ratio="16/9" alt="El retrato de Felipe IV de España pintado por Diego Velázquez en 1656." src="image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==" /><figcaption class="img-caption">El retrato de Felipe IV de España pintado por Diego Velázquez en 1656.<small class="copyright">Imagen: TPX/Prisma/picture alliance</small></figcaption></figure>
<p>En 1954, el bigote alcanzó tal protagonismo que Dalí publicó un libro dedicado a él, creado en colaboración con el legendario fotógrafo Philippe Halsman. <a rel="noopener follow" target="_blank" class="external-link" href="https://www.goodreads.com/book/show/101410.Dal_s_Mustache" title="Enlace externo — Dalí's Mustache"><em>Dalí&#8217;s Mustache</em></a> contenía 28 fotografías en blanco y negro del artista mostrando su impresionante vello facial en diversas situaciones surrealistas. La contraportada advertía acertadamente: &#8220;¡Advertencia! ¡Este libro es absurdo!&#8221;.</p>
<p>Como observó <a rel="noopener follow" target="_blank" class="external-link" href="https://www.bbc.co.uk/programmes/m001348j" title="Enlace externo — en un documental">en un documental</a> el historiador de arte David Dibosa, &#8220;no se me ocurren muchos otros artistas que persiguieran la fama y la fortuna con tanta agresividad como Salvador Dalí. Se convirtió activamente en una marca, promocionándose descaradamente por todos los medios necesarios. Y, como ocurre con cualquier marca, para tener verdadero éxito, se necesita un logotipo que sea fácilmente reconocible&#8221;.</p>
<p>Y el bigote de Dalí cumplía perfectamente ese rol. Ya fuera rizado en forma de ocho, adornado con flores o atado con un lazo, se convirtió en algo tan cuidadosamente elaborado como su imagen pública. Sus curvas exageradas confrontaban al espectador con lo absurdo, desafiándolo a cuestionar las convenciones.</p>
<figure class="placeholder-image master_landscape big"><img data-format="MASTER_LANDSCAPE" data-id="73159565" data-url="https://static.dw.com/image/73159565_$formatId.jpg" data-aspect-ratio="16/9" alt="";Autorretrato"; de Diego Velázquez realizado hacia 1640, conservado en el Museo de Bellas Artes de Valencia." src="image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==" /><figcaption class="img-caption">&#8220;Autorretrato&#8221; de Diego Velázquez realizado hacia 1640, conservado en el Museo de Bellas Artes de Valencia.<small class="copyright">Imagen: akg-images/picture alliance</small></figcaption></figure>
<h2><strong>El milagro póstumo </strong></h2>
<p>Quizás el capítulo más sorprendente de esta historia ocurrió en 2017, cuando <a class="internal-link" href="https://www.dw.com/es/culmina-la-exhumaci%C3%B3n-de-los-restos-de-salvador-dal%C3%AD/a-39783572">el cuerpo de Dalí fue exhumado</a> para someterse a una prueba de paternidad solicitada por María Pilar Abel, una tarotista española <a class="internal-link" href="https://www.dw.com/es/adn-la-mujer-que-dec%C3%ADa-ser-hija-de-dal%C3%AD-no-es-su-hija/a-40387012">que afirmaba ser su hija.</a> Los embalsamadores quedaron atónitos al descubrir que, 28 años después de su muerte, el bigote del artista permanecía perfectamente intacto.</p>
<p>&#8220;Su bigote sigue intacto, [como las manecillas del reloj a] las 10 y 10, tal y como a él le gustaba&#8221;, <a rel="noopener follow" target="_blank" class="external-link" href="https://www.theguardian.com/artanddesign/2017/jul/20/salvador-dali-remains-exhumed-paternity-case" title="Enlace externo — declaró Narcis Bardalet,">declaró Narcis Bardalet,</a> quien había embalsamado el cuerpo de Dalí, a una emisora de radio catalana. &#8220;Es un milagro&#8221;, añadió.</p>
<p>Desde una perspectiva científica, este fenómeno no es del todo sorprendente. Según <em>Live Science,</em> la queratina, la proteína que compone las uñas y el cabello, resiste notablemente la descomposición gracias a sus fuertes enlaces químicos, particularmente los enlaces disulfuro, que son lo suficientemente resistentes como para repeler muchas de las enzimas que degradan otros tejidos. </p>
<p>Además, la queratina es insoluble en agua, lo que ayuda a su preservación. En condiciones adecuadas, el cabello puede conservarse durante cientos o incluso miles de años.</p>
<figure class="placeholder-image master_landscape big"><img data-format="MASTER_LANDSCAPE" data-id="73159709" data-url="https://static.dw.com/image/73159709_$formatId.jpg" data-aspect-ratio="16/9" alt="El lanzador de los New York Yankees, Whitey Ford, jugueteó con el famoso bigote de Salvador Dalí durante el rodaje de un comercial para una aerolínea en Nueva York el 6 de febrero de 1969." src="image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==" /><figcaption class="img-caption">El lanzador de los New York Yankees, Whitey Ford, jugueteó con el famoso bigote de Salvador Dalí durante el rodaje de un comercial para una aerolínea en Nueva York el 6 de febrero de 1969.<small class="copyright">Imagen: John Rooney/AP/picture alliance</small></figcaption></figure>
<p>El bigote de Dalí ha trascendido al propio artista para convertirse en un ícono cultural por derecho propio. Entre otras, fue elegido el bigote más famoso de todos los tiempos <a rel="noopener follow" target="_blank" class="external-link" href="https://www.telegraph.co.uk/news/newstopics/howaboutthat/8107580/Movember-poll-finds-Salvador-Dali-had-most-famous-moustache.html" title="Enlace externo — en una encuesta realizada por el Telegraph">en una encuesta realizada por el <em>Telegraph</em></a> para Movember en 2010.</p>
<p>Por otra parte, su silueta surrealista ha adornado todo tipo de objetos, desde joyas hasta tazas de café, e incluso fue pintada en un avión 757 de Delta Air Lines en 2010, según recoge la BBC.</p>
<p>En la actualidad, con el resurgimiento del vello facial entre famosos, cabe preguntarse si alguien se atreverá algún día a revivir la extravagancia daliniana. Por ahora, el inconfundible bigote &#8220;10 y 10&#8221; permanece, como las obras del propio Dalí, en el ámbito de lo extraordinario e irrepetible.</p>
<p><em>Editado por Felipe Espinosa Wang con información de artnet, The Telegraph, Live Science y The Guardian. </em></p>
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<p>​Deutsche Welle: DW.COM &#8211; Ciencia y Tecnologia</p>