Relaciones Exteriores
Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de República Dominicana ante el Consejo de Seguridad de las ONU

Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas – 2 de julio de 2025
Señor presidente,
Señor Miroslav Jenca, secretario general adjunto de la Organización,
Señores representantes, de los Estados miembros,
Sra. Ghada Waly, directora Ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito,
Señores representantes, miembros del Consejo, así como los de Haití, Kenia y Bardados, a nombre el CARICOM.
Felicitamos a la República Islámica de Pakistán por asumir la presidencia del Consejo de Seguridad durante el mes de julio, y le deseamos éxito en su gestión.
Nuestro sincero agradecimiento a la representante permanente de la República Cooperativa de Guyana, Carolyn Rodrigues-Birkett, por su conducción efectiva de la presidencia durante el mes de junio, y por haber promovido con determinación a nombre de los A3+ y con la activa participación de Panamá, una agenda que ha vuelto a recuperar la centralidad de Haití en los trabajos de este Consejo, un tema de alta prioridad para nuestra región.
A María Isabel Salvador le agradecemos profundamente por su dedicación y esfuerzos llevados a cabo durante su gestión.
Señor presidente,
La situación en Haití no admite ambigüedades. Esta es mi décimo sexta comparecencia ante este Consejo para tratar la crisis que aqueja a Haití y cuyos efectos, gravemente afectan a mi país. Mi permanente presencia aquí es una muestra de la importancia que el gobierno y el pueblo dominicano atribuyen a esta dramática situación que aflije al pueblo haitiano y que de forma incesante sigue desbordando sus fronteras.
El reciente informe del secretario general sobre Haití es contundente: el país enfrenta un colapso humano, institucional y de seguridad acelerado, con más del 80% de Puerto Príncipe bajo control de pandillas armadas, 1.6 millones de personas desplazadas internamente, 1,600 escuelas cerradas; 360 incidentes de violencia de género en los primeros cinco meses del año; escasos hospitales operando, un sistema judicial paralizado, niveles alarmantes de violencia sexual, y una población infantil convertida en blanco y herramienta de guerra.
Estas cifras , son el retrato crudo de un gran sufrimiento humano que genera una insoportable presión migratoria, económica y social sobre República Dominicana más que en ningún otro país de la región.
Organizaciones terroristas como Viv Ansanm y Gran Grif, y otras redes criminales, controlan barrios, puertos y rutas comerciales, utilizando drones y armas sofisticadas. Suplantan a las autoridades y ejercen una violencia sistemática contra el pueblo haitiano, en particular contra mujeres, niñas, niños, periodistas y defensores de derechos humanos, utilizando métodos como decapitaciones, ejecuciones terroríficas en público, y violencia sexual espeluznante.
El mencionado informe del secretario general es lúcido y claro: la comunidad internacional debe actuar con urgencia, coherencia y audacia.
República Dominicana se ha pronunciado reiteradamente sobre esta realidad. A principios de junio, el presidente Luis Abinader, junto a tres expresidentes dominicanos, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, dirigieron una carta a cada jefe de Estado y de gobierno de los Estados miembros que integran este Consejo, instando a actuar sin dilaciones. Esa acción inédita de unidad nacional refleja la convicción del liderazgo dominicano sobre la gravedad del momento. Con igual preocupación el presidente de Kenia, William Ruto, se dirigió a este Consejo apelando a su responsabilidad histórica. Ambas cartas convergen en un mismo llamado: el tiempo se ha agotado, es hora de completar el mandato de la resolución 2699.
República Dominicana considera que el apoyo de las Naciones Unidas a Haití en esta crisis tiene tres pilares fundamentales:
- La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH);
- El régimen de sanciones y el embargo de armas establecido por la resolución 2653 (2022);
- La Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), establecida por la resolución 2699 (2023).
Los diferentes elementos de este enfoque tripartito han recibido un respaldo unánime en el continente americano. Hace pocos días atrás, como ha sido señalado por varios oradores hoy en la mañana, la 55ª Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) celebrada en Antigua y Barbuda, se aprobó una resolución que llama a considerar todas las opciones de Naciones Unidas para lograr la paz y la estabilidad en Haití, incluyendo la propuesta del secretario general Antonio Guterres del pasado 24 de febrero.
Unas semanas antes, el 13 de junio, en la Cumbre Brasil-Caribe, los diecisiete países del Caribe insular y Brasil dieron a conocer un comunicado conjunto en el que tomaron nota de la referida propuesta del secretario general y llamaron a la ONU para que “desempeñe un papel central y de liderazgo en respuesta a los graves desafíos de seguridad que enfrenta Haití”.
República Dominicana apoya plenamente la renovación del mandato de la BINUH y la propuesta para que una oficina asuma los aspectos operativos y logísticos y pueda apoyar con mayor efectividad a la MSS. Dicha propuesta es urgente ya que actualmente la MSS sigue sub-financiada, enfrenta desafíos logísticos, y carece aún del alcance que el contexto exige, como han señalado también aquí hoy en la mañana varios oradores.
Llamamos a los países miembros de este Consejo, a acoger con urgencia el modelo híbrido, pues es la manera más efectiva en las actuales circunstancias para dotar a la MSS de estabilidad logística, efectividad operativa y un plan de acción preciso y factible.
El Gobierno dominicano continúa colaborando dentro de sus posibilidades financiando las atenciones y evacuaciones médicas para la MSS, con una ofensiva diplomática en favor de esta iniciativa, y con numerosas medidas a nivel nacional para combatir el tráfico de armas y la trata de personas. Hemos designado formalmente a Viv Ansam, Gran Grief y las principales pandillas como organizaciones terroristas, al igual que Estados Unidos, hoy solicitamos a este Consejo actuar en consonancia, incluyendo en el régimen de sanciones establecido por la resolución 2653 (2022) a los líderes de esas organizaciones así como a los individuos, empresas y organizaciones que les brindan de manera sustancial financiamiento, apoyo logístico y armas, por su corresponsabilidad en el socavamiento de la paz y la seguridad en la región.
Señor presidente,
En estos momentos complejos para esta Organización, para el mundo, dados los múltiples conflictos y guerras que desafían la capacidad de acción de la comunidad internacional, el mundo clama más insistentemente por una señal de unidad y esperanza. Haití puede ser uno de los puntos de partida para que las Naciones Unidas construya, junto al pueblo haitiano, una salida de su prolongada crisis, no para imponer una visión sino para construirla junto al pueblo haitiano.
Colegas,
La crisis política e institucional de Haití es tan grave como su aspecto humanitario y de seguridad. En apenas siete meses, el 7 de febrero próximo, el Consejo Presidencial de Transición debe entregar el poder, de acuerdo a su documento constitutivo. No parece factible que ante el escenario de seguridad y de división política en Haití se puedan cumplir los plazos para la celebración de elecciones que incluyen un referendo constitucional. Sin entrar en asuntos internos de la política haitiana, es menester hacer un llamado al liderazgo de ese país vecino a impulsar un renovado pacto moral y político, basado en el bien común de su pueblo. Esa es la contrapartida necesaria para lograr el acompañamiento efectivo de la comunidad internacional.
Señor presidente,
Renovar el mandato de BINUH y fortalecer la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad no es únicamente una necesidad operativa. Es una reafirmación de la credibilidad de esta Organización y un acto de coherencia con los principios en que se sustentan. Es, sobre todo, un acto de justicia para el pueblo haitiano.
Lo que hagamos, o dejemos de hacer por Haití, marcará el legado de este Consejo.
Muchas gracias.
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Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas – 2 de julio de 2025 Señor presidente, Señor Miroslav Jenca, secretario general adjunto de la Organización, Señores representantes, de los Estados miembros, Sra. Ghada Waly, directora Ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, Señores representantes, miembros del Consejo, así como los de Haití, Kenia y Bardados, a nombre el CARICOM. Felicitamos a la República Islámica de Pakistán por asumir la presidencia del Consejo de Seguridad durante el mes de julio, y le deseamos éxito en su gestión. Nuestro sincero agradecimiento a la representante permanente de la República Cooperativa de Guyana, Carolyn Rodrigues-Birkett, por su conducción efectiva de la presidencia durante el mes de junio, y por haber promovido con determinación a nombre de los A3+ y con la activa participación de Panamá, una agenda que ha vuelto a recuperar la centralidad de Haití en los trabajos de este Consejo, un tema de alta prioridad para nuestra región. A María Isabel Salvador le agradecemos profundamente por su dedicación y esfuerzos llevados a cabo durante su gestión. Señor presidente, La situación en Haití no admite ambigüedades. Esta es mi décimo sexta comparecencia ante este Consejo para tratar la crisis que aqueja a Haití y cuyos efectos, gravemente afectan a mi país. Mi permanente presencia aquí es una muestra de la importancia que el gobierno y el pueblo dominicano atribuyen a esta dramática situación que aflije al pueblo haitiano y que de forma incesante sigue desbordando sus fronteras. El reciente informe del secretario general sobre Haití es contundente: el país enfrenta un colapso humano, institucional y de seguridad acelerado, con más del 80% de Puerto Príncipe bajo control de pandillas armadas, 1.6 millones de personas desplazadas internamente, 1,600 escuelas cerradas; 360 incidentes de violencia de género en los primeros cinco meses del año; escasos hospitales operando, un sistema judicial paralizado, niveles alarmantes de violencia sexual, y una población infantil convertida en blanco y herramienta de guerra. Estas cifras , son el retrato crudo de un gran sufrimiento humano que genera una insoportable presión migratoria, económica y social sobre República Dominicana más que en ningún otro país de la región. Organizaciones terroristas como Viv Ansanm y Gran Grif, y otras redes criminales, controlan barrios, puertos y rutas comerciales, utilizando drones y armas sofisticadas. Suplantan a las autoridades y ejercen una violencia sistemática contra el pueblo haitiano, en particular contra mujeres, niñas, niños, periodistas y defensores de derechos humanos, utilizando métodos como decapitaciones, ejecuciones terroríficas en público, y violencia sexual espeluznante. El mencionado informe del secretario general es lúcido y claro: la comunidad internacional debe actuar con urgencia, coherencia y audacia. República Dominicana se ha pronunciado reiteradamente sobre esta realidad. A principios de junio, el presidente Luis Abinader, junto a tres expresidentes dominicanos, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, dirigieron una carta a cada jefe de Estado y de gobierno de los Estados miembros que integran este Consejo, instando a actuar sin dilaciones. Esa acción inédita de unidad nacional refleja la convicción del liderazgo dominicano sobre la gravedad del momento. Con igual preocupación el presidente de Kenia, William Ruto, se dirigió a este Consejo apelando a su responsabilidad histórica. Ambas cartas convergen en un mismo llamado: el tiempo se ha agotado, es hora de completar el mandato de la resolución 2699. República Dominicana considera que el apoyo de las Naciones Unidas a Haití en esta crisis tiene tres pilares fundamentales: La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH); El régimen de sanciones y el embargo de armas establecido por la resolución 2653 (2022); La Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), establecida por la resolución 2699 (2023). Los diferentes elementos de este enfoque tripartito han recibido un respaldo unánime en el continente americano. Hace pocos días atrás, como ha sido señalado por varios oradores hoy en la mañana, la 55ª Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) celebrada en Antigua y Barbuda, se aprobó una resolución que llama a considerar todas las opciones de Naciones Unidas para lograr la paz y la estabilidad en Haití, incluyendo la propuesta del secretario general Antonio Guterres del pasado 24 de febrero. Unas semanas antes, el 13 de junio, en la Cumbre Brasil-Caribe, los diecisiete países del Caribe insular y Brasil dieron a conocer un comunicado conjunto en el que tomaron nota de la referida propuesta del secretario general y llamaron a la ONU para que “desempeñe un papel central y de liderazgo en respuesta a los graves desafíos de seguridad que enfrenta Haití”. República Dominicana apoya plenamente la renovación del mandato de la BINUH y la propuesta para que una oficina asuma los aspectos operativos y logísticos y pueda apoyar con mayor efectividad a la MSS. Dicha propuesta es urgente ya que actualmente la MSS sigue sub-financiada, enfrenta desafíos logísticos, y carece aún del alcance que el contexto exige, como han señalado también aquí hoy en la mañana varios oradores. Llamamos a los países miembros de este Consejo, a acoger con urgencia el modelo híbrido, pues es la manera más efectiva en las actuales circunstancias para dotar a la MSS de estabilidad logística, efectividad operativa y un plan de acción preciso y factible. El Gobierno dominicano continúa colaborando dentro de sus posibilidades financiando las atenciones y evacuaciones médicas para la MSS, con una ofensiva diplomática en favor de esta iniciativa, y con numerosas medidas a nivel nacional para combatir el tráfico de armas y la trata de personas. Hemos designado formalmente a Viv Ansam, Gran Grief y las principales pandillas como organizaciones terroristas, al igual que Estados Unidos, hoy solicitamos a este Consejo actuar en consonancia, incluyendo en el régimen de sanciones establecido por la resolución 2653 (2022) a los líderes de esas organizaciones así como a los individuos, empresas y organizaciones que les brindan de manera sustancial financiamiento, apoyo logístico y armas, por su corresponsabilidad en el socavamiento de la paz y la seguridad en la región. Señor presidente, En estos momentos complejos para esta
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