Bortoleto y su “lección aprendida” en Austria: “Alonso me enseñó mucho ese día”

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Gabriel Bortoleto no olvidará fácilmente el Gran Premio de Austria de 2025. No solo sumó sus primeros puntos como piloto de Fórmula 1 —un hito histórico para el automovilismo brasileño—, sino que vivió un duelo muy especial con su ídolo, mentor y mánager: Fernando Alonso.

En las últimas vueltas de la carrera en Spielberg, el joven rookie de Sauber cazó al bicampeón del mundo y protagonizó una batalla repleta de estrategia, inteligencia… y aprendizaje. Mucho aprendizaje.

“Fue un poco raro pelear contra Fernando, no te voy a mentir”, reconoció Bortoleto en el Media Day del Gran Premio de Gran Bretaña. “Es mi mánager, y al mismo tiempo es Fernando. Es un tipo al que llevo viendo correr desde que empecé en esto. Pero cuando bajas la visera, dejas de pensar en quién tienes delante”.

Y sin embargo, lo tuvo muy presente. Porque lo que parecía una presa fácil, con mejores neumáticos y ritmo superior, se convirtió en una clase magistral de racecraft del veterano piloto de Aston Martin Racing. “Colocó el coche perfectamente. Incluso con las banderas azules lo gestionó muy bien. Creo que cometí un error al intentar adelantarle en la curva 3. Ahí él jugó muy inteligente: me dejó pasar antes de la línea de DRS y así pudo recuperarme la posición inmediatamente. Intenté frenar también, pero ya estaba comprometido con el adelantamiento. Fue un momento clave”.

Aquel episodio, más propio de una partida de ajedrez que de una carrera al esprint, marcó a Bortoleto. Porque Alonso no solo le impidió adelantar, sino que diseñó cada maniobra para dejarlo sin opciones: utilizó el rebufo de Liam Lawson durante toda la carrera, se dejó doblar estratégicamente por Lando Norris para obtener un nuevo DRS y, gracias a eso, terminó la prueba justo por delante del brasileño.

“Si hubiera adelantado a Fernando en ese momento, creo que habría podido llegar hasta Liam y quizás acabar sexto”, reflexiona el piloto de Sauber. “Pero la carrera no tiene dos vueltas más. Termina cuando termina, y acabamos octavos. Y estoy muy contento con eso”.

Primeros puntos, primeras emociones

La octava posición en Austria significó los primeros puntos para Gabriel Bortoleto en la F1 y los primeros para un brasileño desde que Felipe Massa puntuó por última vez. Un momento de enorme simbolismo que tuvo una gran repercusión en su país natal.

“En Brasil fue muy positivo. Mucha gente lleva tiempo apoyándome y deseando que me consolide en la Fórmula 1”, explicó. “No tuvimos el mejor arranque de temporada. Sabemos dónde estábamos como equipo. Pero con las mejoras y mi propia evolución como piloto, estamos mucho más preparados para luchar por puntos”.

Y es que el Sauber ha cambiado. De ser uno de los peores coches de la parrilla en las primeras carreras, ha pasado a estar más cerca de la zona media. Las mejoras introducidas en Barcelona marcaron un punto de inflexión, aunque Bortoleto es cauto: “No creo que podamos puntuar en cada carrera. El grupo medio está muy apretado. Pero sí creo que ahora estamos en disposición de luchar por ello más a menudo”.

El primer A14 en la Fórmula 1

Bortoleto no es un rookie cualquiera. Es el primer piloto del A14 Management, la agencia de Fernando Alonso, que ha llegado a la Fórmula 1. Un proyecto personal del asturiano para acompañar y guiar a talentos emergentes como Pepe Martí o Nikola Tsolov en F2 y F3. Pero Gabriel ya está en la élite.

Y Alonso, que suele ser parco en elogios, le hizo un guiño especial tras el GP de Austria, bromeando con que le debía una cena por esa batalla final. “Es algo que no se me va a olvidar nunca. Fernando me enseñó mucho ese día”, reconoce el brasileño, sin rastro de frustración y con la admiración intacta. “Lección aprendida. Para la próxima sabré esperar antes de la línea del DRS”.

La F1 ya tiene una nueva narrativa preciosa: la del maestro que guía a su alumno… y que no se deja ganar tan fácilmente. En Silverstone, escenario donde Alonso debutó hace 24 años, Bortoleto buscará seguir aprendiendo, sumando… y algún día, quizá, devolverle el adelantamiento.