Otro movimiento de gran calado podría estarse gestando en una NBA en la que, demostrado está, todo puede pasar en lo referente al mercado. Nikola Jokic no va a firmar una extensión de contrato con los Nuggets este verano. El pívot serbio de 30 años, tres veces MVP y campeón en 2023, tiene contrato hasta 2028, aunque la última temporada es una opción de jugador por 62,8 millones, lo que significa que, si no la ejerce, podría ser agente libre en 2027.
Ese verano está subrayado por todos los general mánager de la Liga como el momento en el que hay que tener efectivo para poder pujar por alguna de las grandes estrellas que pueden salir al mercado: además de Jokic, Luka Doncic, Giannis Antetokounmpo, Donovan Mitchell, Anthony Davis, Karl-Anthony Towns e incluso un ya veteranísimo Stephen Curry.
El pívot serbio tiene hasta el 20 de octubre para firmar una extensión de contrato de tres años y unos 206 millones de dólares, pero ya ha dicho a los Nuggets que no lo va a hacer. Esperando hasta el verano de 2026 puede sumar una cuarta temporada a su nuevo contrato por otros 77 millones más. Pero, ¿y si la temporada va mal? ¿Y si Jokic entiende que no va a ganar otro anillo en Denver? ¿Y si tampoco renueva entonces y los Nuggets no le quieren perder a cambio de nada en 2027?La sombra de otro traspaso que pondría la NBA patas arriba está ahí.
Le vamos a plantear la ampliación de contrato, pero no estoy seguro de si lo aceptará
Josh Kroenke, presidente de los Nuggets
El presidente de los Nuggets, Josh Kroenke, dijo en junio que le presentarían a Jokic la oferta de renovación, pero no ocultó sus dudas: “Se la vamos a plantear, pero no estoy seguro de si lo aceptará, porque también le explicaremos todos los aspectos financieros sobre si firma ahora o más adelante. Para ser completamente transparentes, siempre lo hacemos así. Y luego tomará la mejor decisión para él y su familia, y le apoyaremos”.
En lo económico, es una buena razón para esperar. En lo deportivo, la decisión ha desatado ya todo tipo de rumores. Además de la incertidumbre que rodearía al pívot y a su futuro durante todo el curso, ya hay quien le vincula a los Lakers para jugar junto a Luka Doncic, uno de sus mejores amigos en la NBA.
Salvo que se ponga a tiro un movimiento irrechazable, y Jokic lo sería, el plan de los angelinos es ser conservadores en los próximos mercados y reservarse para el del verano de 2027, cuando consideran que sería el momento para lanzarse a por una gran estrella. Todo ello, mientras sigue en el aire la continuidad de LeBron James, que ejerció su opción de jugador por un año más, y deben resolver la ampliación de contrato de Doncic.
El último curso de Jokic resultó frustrante. Tuvo estadísticas históricas con 29,6 puntos, 12,7 rebotes y 10,2 asistencias y sólo Shai Gilgeous-Alexander le impidió conseguir su cuarto MVP. Sin embargo, los Nuggets no le ayudaron lo necesario para poder pelear por un segundo anillo. La franquicia, además, fulminó a Mike Malone, entrenador campeón en 2023, y a Calvin Booth, el gerente general.
La reestructuración parece satisfacer a la estrella. David Adelman, que se hizo cargo del equipo tras la salida de Malone, seguirá como entrenador principal y, en el mercado, los Nuggets ficharon a Tim Hardaway Jr. en la agencia libre, se han desprendido de Michael Porter Jr. a cambio de Cameron Johnson (Nets) y traspasaron a Dario Saric a los Kings por Jonas Valanciunas, llamado a ser suplente de Jokic, aunque su continuidad no es segura. El lituano ha llegado a pasar reconocimiento médico con el Panathiniakos, pero desde Denver dicen que no le liberarán de su contrato.
Con el futuro de Jokic por decidir, puede ser una temporada complicada en los Nuggets y no deberían desaprovechar otra gran campaña del mejor jugador del mundo. El traspaso o su salida son opciones factibles a medio plazo.