Ciencia y Tecnología
China tiene la capacidad de frenar en seco la construcción de nuevos centros de datos de IA. Es una pesadilla para EEUU

Durante los últimos dos años el Gobierno chino ha combatido las sanciones de EEUU y sus aliados recurriendo a una estrategia que ha demostrado ser muy eficaz. China controla la producción y el procesado de varios minerales críticos para las industrias de los semiconductores, las energías renovables o el coche eléctrico, entre otros sectores, lo que ha llevado a la Administración liderada por Xi Jinping a regular de una forma muy estricta su exportación.
A principios de diciembre de 2024 optó por prohibir la exportación de algunos minerales críticos a EEUU, entre los que se encontraban tres metales esenciales para la industria de los chips: el galio, el germanio y el antimonio. Poco después el Gobierno chino añadió dos metales críticos más a su lista de restricciones de exportación: el escandio y el disprosio. Sin embargo, hay un elemento químico mucho menos exótico que los que acabo de mencionar del que apenas se está hablando. También lo controla China y está usándolo para poner contra las cuerdas a EEUU.
El bismuto es un metal fundamental para la industria global de la tecnología
Aunque no está acaparando tantos titulares en los medios de comunicación internacionales como las tierras raras, el bismuto (Bi) es un elemento químico esencial no solo para la industria de los circuitos integrados, sino para todo el sector global de la tecnología. Es un metal blanquecino, cristalino y relativamente frágil que adquiere un tono rosáceo al entrar en contacto con el aire. Comparte algunas propiedades fisicoquímicas con el plomo y el estaño, pero tiene una característica distintiva que lo ha ayudado a erigirse como el metal esencial que es: es mucho menos tóxico que otros metales pesados, como el plomo.
No obstante, esta no es en absoluto su única cualidad. Además, es el metal más diamagnético, por lo que al introducirlo en un campo magnético es repelido muy débilmente. Por otro lado, su resistencia eléctrica es alta y su conductividad térmica es muy baja. Curiosamente, el único metal que tiene una conductividad térmica aún más reducida es el mercurio. Y su punto de fusión es relativamente bajo (unos 271,3 °C), mientras que su punto de ebullición roza los 2.000 °C. Por último, el bismuto tiene otra propiedad muy poco común entre los metales que merece la pena que no pasemos por alto: cuando se solidifica se expande.
El bismuto es un metal esencial gracias a su intervención en las soldaduras y en la puesta a punto de materiales termoeléctricos
Si tuviésemos que quedarnos con tan solo dos características de todas las que acabamos de repasar las elegidas serían su bajo índice de toxicidad y su capacidad de expandirse al solidificarse. De hecho, estas propiedades justifican en gran medida su utilización en industrias que tienen un rol estratégico para muchos países, como la de los chips, la electrónica de consumo, las energías renovables o el coche eléctrico. Aunque participa en un abanico amplio de aplicaciones, el bismuto es un metal esencial gracias a su intervención en las soldaduras y en la puesta a punto de materiales termoeléctricos.
Durante muchas décadas el metal utilizado habitualmente en las soldaduras era el plomo, pero tiene un problema importante: es muy tóxico. Poco a poco este metal ha sido desplazado por las aleaciones de bismuto y estaño, que son mucho menos tóxicas, y, además, tienen un punto de fusión muy bajo. De hecho, estas aleaciones tienen un papel protagonista en la fabricación de sustratos flexibles, placas de circuito impreso y todo tipo de componentes electrónicos. Por otro lado, los materiales termoeléctricos permiten generar electricidad aprovechando las diferencias de temperatura y viceversa, por lo que son muy importantes en el desarrollo de sistemas de refrigeración eficientes.
Actualmente China es con mucha diferencia el mayor productor mundial de bismuto. De hecho, controla entre el 80 y el 84% del suministro de este metal, por lo que la cadena de distribución global está en sus manos. Solo en 2024 este país asiático produjo 13.000 toneladas métricas de este elemento químico, mientras que fuera de las fronteras de China se refinaron tan solo 3.000 toneladas más. Este control esencialmente absoluto ha llevado al Gobierno chino a restringir drásticamente la exportación de bismuto con el propósito de responder a las sanciones de sus rivales.
En EEUU algunas empresas de tecnología ya están contra las cuerdas debido a que se les están acabando sus reservas de bismuto. Y no se trata precisamente de compañías poco importantes. Google, Amazon y NVIDIA son tres de las empresas estadounidenses que necesitan urgentemente el bismuto chino para poder sostener la construcción de sus nuevos centros de datos para aplicaciones de inteligencia artificial (IA), por lo que han pedido al Gobierno de EEUU que llegue a algún acuerdo con su homólogo chino. De lo contrario el desarrollo de la IA en el país liderado por Donald Trump se verá comprometido. En este ámbito, como acabamos de ver, China tiene la sartén bien agarrada por el asa.
Más información | Inside China / Business
En Xataka | Las dos empresas de chips más importantes de China tienen un problema: se les han atragantado los 5 nm
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La noticia
China tiene la capacidad de frenar en seco la construcción de nuevos centros de datos de IA. Es una pesadilla para EEUU
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
.
Durante los últimos dos años el Gobierno chino ha combatido las sanciones de EEUU y sus aliados recurriendo a una estrategia que ha demostrado ser muy eficaz. China controla la producción y el procesado de varios minerales críticos para las industrias de los semiconductores, las energías renovables o el coche eléctrico, entre otros sectores, lo que ha llevado a la Administración liderada por Xi Jinping a regular de una forma muy estricta su exportación.
A principios de diciembre de 2024 optó por prohibir la exportación de algunos minerales críticos a EEUU, entre los que se encontraban tres metales esenciales para la industria de los chips: el galio, el germanio y el antimonio. Poco después el Gobierno chino añadió dos metales críticos más a su lista de restricciones de exportación: el escandio y el disprosio. Sin embargo, hay un elemento químico mucho menos exótico que los que acabo de mencionar del que apenas se está hablando. También lo controla China y está usándolo para poner contra las cuerdas a EEUU.
El bismuto es un metal fundamental para la industria global de la tecnología
Aunque no está acaparando tantos titulares en los medios de comunicación internacionales como las tierras raras, el bismuto (Bi) es un elemento químico esencial no solo para la industria de los circuitos integrados, sino para todo el sector global de la tecnología. Es un metal blanquecino, cristalino y relativamente frágil que adquiere un tono rosáceo al entrar en contacto con el aire. Comparte algunas propiedades fisicoquímicas con el plomo y el estaño, pero tiene una característica distintiva que lo ha ayudado a erigirse como el metal esencial que es: es mucho menos tóxico que otros metales pesados, como el plomo.
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No obstante, esta no es en absoluto su única cualidad. Además, es el metal más diamagnético, por lo que al introducirlo en un campo magnético es repelido muy débilmente. Por otro lado, su resistencia eléctrica es alta y su conductividad térmica es muy baja. Curiosamente, el único metal que tiene una conductividad térmica aún más reducida es el mercurio. Y su punto de fusión es relativamente bajo (unos 271,3 °C), mientras que su punto de ebullición roza los 2.000 °C. Por último, el bismuto tiene otra propiedad muy poco común entre los metales que merece la pena que no pasemos por alto: cuando se solidifica se expande.
El bismuto es un metal esencial gracias a su intervención en las soldaduras y en la puesta a punto de materiales termoeléctricos
Si tuviésemos que quedarnos con tan solo dos características de todas las que acabamos de repasar las elegidas serían su bajo índice de toxicidad y su capacidad de expandirse al solidificarse. De hecho, estas propiedades justifican en gran medida su utilización en industrias que tienen un rol estratégico para muchos países, como la de los chips, la electrónica de consumo, las energías renovables o el coche eléctrico. Aunque participa en un abanico amplio de aplicaciones, el bismuto es un metal esencial gracias a su intervención en las soldaduras y en la puesta a punto de materiales termoeléctricos.
Durante muchas décadas el metal utilizado habitualmente en las soldaduras era el plomo, pero tiene un problema importante: es muy tóxico. Poco a poco este metal ha sido desplazado por las aleaciones de bismuto y estaño, que son mucho menos tóxicas, y, además, tienen un punto de fusión muy bajo. De hecho, estas aleaciones tienen un papel protagonista en la fabricación de sustratos flexibles, placas de circuito impreso y todo tipo de componentes electrónicos. Por otro lado, los materiales termoeléctricos permiten generar electricidad aprovechando las diferencias de temperatura y viceversa, por lo que son muy importantes en el desarrollo de sistemas de refrigeración eficientes.
Actualmente China es con mucha diferencia el mayor productor mundial de bismuto. De hecho, controla entre el 80 y el 84% del suministro de este metal, por lo que la cadena de distribución global está en sus manos. Solo en 2024 este país asiático produjo 13.000 toneladas métricas de este elemento químico, mientras que fuera de las fronteras de China se refinaron tan solo 3.000 toneladas más. Este control esencialmente absoluto ha llevado al Gobierno chino a restringir drásticamente la exportación de bismuto con el propósito de responder a las sanciones de sus rivales.
En EEUU algunas empresas de tecnología ya están contra las cuerdas debido a que se les están acabando sus reservas de bismuto. Y no se trata precisamente de compañías poco importantes. Google, Amazon y NVIDIA son tres de las empresas estadounidenses que necesitan urgentemente el bismuto chino para poder sostener la construcción de sus nuevos centros de datos para aplicaciones de inteligencia artificial (IA), por lo que han pedido al Gobierno de EEUU que llegue a algún acuerdo con su homólogo chino. De lo contrario el desarrollo de la IA en el país liderado por Donald Trump se verá comprometido. En este ámbito, como acabamos de ver, China tiene la sartén bien agarrada por el asa.
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fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
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