Río Haina-Manoguayabo, contaminación total de Villa Altagracia al Mar Caribe 

Por Raúl Germán Bautista.- El río Haina-Manoguayabo, que atraviesa varias comunidades de las provincias San Cristóbal y Santo Domingo, arrastra más 500 kilómetros cuadrados de contaminación, desde Villa Altagracia al Mar Caribe.

En LA Semanal con la Prensa, que se realizó en Santo Domingo Oeste el lunes 02 de diciembre, el presidente de la República, Luis Abinader, luego de la denuncia hecha por el periodista de N Digital, Raúl Germán, instó a los comunitarios a presentar sus quejas formalmente ante el Ministerio de Medio Ambiente para que se tomen medidas concretas.

La cuenca del río Haina abarca una superficie de 564.15 kilómetros cuadrados. De esta área, el 83.22% se encuentra dentro de la provincia de San Cristóbal, mayoritariamente en el municipio de Villa Altagracia, con una pequeña porción en el municipio Bajos de Haina. El 16.78% restante se extiende por la provincia de Santo Domingo, abarcando los municipios de Pedro Brand, Los Alcarrizos y Santo Domingo Oeste.

Los principales afluentes del río Haina incluyen los ríos Isa, Duey, Guananito y Básima, que nacen en la loma Arroyo Grande a 1,286 metros sobre el nivel del mar. Estos ríos, antes de desembocar en el Haina, se unen con otros ríos importantes como Maná, Maiboa y Joa. Además, varios arroyos como Carabajal, Seco, Caballo, Sosúa y Francisco, también contribuyen al caudal del río.

“Elevados niveles de contaminación por metales pesados fueron encontrados en sedimentos del río Haina. Se investigaron los niveles de concentración de metales pesados en las aguas y sedimentos del citado río”, publicó la Universidad Intec en una investigación hecha por José Contreras Pérez, Carmen Leticia Mendoza y Arismendis Gómez.

Los metales encontrados, especialmente en la zona de Manoguayabo, fueron el cobre, níquel, plomo, hierro, arsénico, cadmio, cromo y zinc.

Continuaron explicando, en las conclusiones, que existen altos niveles de concentraciones de metales pesados en los sedimentos del río Haina. Estos valores están en la mayoría de los casos por encima de los estándares internacionales, lo cual implica alta contaminación de dicho río por metales pesados.

“Se encontraron bajos niveles de metales pesados en las aguas del río Haina, valores que se encuentran por debajo de los estándares nacionales. Los bajos niveles de metales pesados en las aguas se explican por la baja solubilidad de estos metales en ese líquido y la tendencia natural de ellos a precipitar y acumularse en los sedimentos (es decir que esos niveles van a los sedimentos)”, agregaron.

Indicaron que, para ese tiempo, a principios de los años 2003, antes de estar en esta peor situación, existía un riesgo para la pesca, dado que los peces se alimentan entre otras fuentes de los sedimentos. Los metales pesados pueden bioacumularse en los peces que se alimentan de los sedimentos y traer implicaciones serias para la salud de las personas que consuman dichos peces.

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Desde el 2003 a la fecha, casi todo el trayecto del río Haina-Manoguayabo está siendo afectado por problemas ambientales, debido a la descarga de residuos industriales, aguas residuales domésticas y productos químicos, lo que ha afectado tanto al ecosistema como a las comunidades que dependen de sus aguas.

Los comunitarios dicen que el río ha sido convertido en un vertedero de desechos, con más de 500 kilómetros cuadrados de agua contaminada, a menudo llena de cloacas.

Esto no solo tiene un impacto negativo en la calidad del agua, sino también en la salud de los habitantes cercanos, quienes enfrentan altos riesgos de enfermedades transmitidas por el agua y problemas respiratorios por la contaminación del aire.

Además, la biodiversidad de la zona se ha visto gravemente afectada, con especies de flora y fauna en peligro, una parte, y muerta la otra, debido a la contaminación y la destrucción de hábitats naturales.

A pesar del llamado a las autoridades de Medio Ambiente, las alcaldías y la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), el problema persiste, principalmente debido a la falta de infraestructura adecuada para el manejo de aguas residuales, la recogida eficiente de los desechos sólidos y la débil implementación de normativas ambientales.

Los especialistas aseguran que es un problema complejo, que requiere un enfoque integral, que combine la restauración ambiental, la educación sobre el manejo de residuos y políticas públicas más eficaces, apegada a la nueva Ley de Ordenamiento Territorial, para proteger los recursos hídricos del país.

DERRAME DE QUÍMICO Y MUERTE DE PECES.-

En marzo del 2018, se denunció la muerte de incontables peces, fruto de un escape de químicos, a través de una de las tuberías soterradas de una empresa que fabrica detergentes a orilla del río Haina, en el sector Cabón, en Haina.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, luego de hacer un descenso en el lugar, informó de la eliminación de la sustancia que produjo una estela de espuma blanca en el río Haina, y posiblemente había ocasionado la muerte de una cantidad indeterminada de peces.

En efecto, el daño provocado fue confirmado EL DÍA, que visitó el entorno de la compañía, a unos 500 metros del río, la cual comercializa la sustancia de nombre Tergitol, que llegó a las aguas de la margen occidental del puerto de Haina, en la demarcación del mismo nombre.

COMISIÓN DE MEDIO AMBIENTE DE LA UASD.-

“El tener un río o cualquier cuerpo de agua en la cercanía de las localidades siempre ha sido una ventaja, desde tiempos inmemoriales los asentamientos humanos se han ubicado en los márgenes de ríos para un mejor desarrollo de las actividades, pero de igual manera supone una fuente de contaminación al no manejarse los desechos de la manera correcta”, dijo Carmen I. Veloz Comas, coordinadora administrativa de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

En sentido general, la situación de estos afluentes del Gran Santo Domingo se encuentra sumida en un escenario de gran contaminación y desolación, debido a la depredación de la flora ribereña, los árboles de los nacientes y falta de políticas públicas para su protección y conservación, lo que los han convertido en el vertedero de todas las localidades apostadas en todo lo largo de su ribera.

Y no solamente las localidades asentadas en las riberas de estos ríos tiran sus desechos en ellos, lamentablemente hay muchas industrias instaladas de las cuales la mayoría no dispone de sistemas de gestión ambiental, que de igual forma vierten desechos de manera indiscriminada en sus afluentes contribuyendo en gran parte con la situación decadente en la que se encuentran en la actualidad.

Entre los contaminantes provenientes de fuentes domésticas e industriales que se pueden encontrar se encuentran la materia orgánica, nutrientes, metales pesados, hidrocarburos, microorganismos patógenos y otras que alcanzan valores por encima de los estándares de calidad.

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