Tecnología
La crisis demográfica de Japón le está dejando sin trabajadores. Su solución: miles de robots con cara de gato

Japón está dando un giro a su sector servicios con miles de robots con aspecto de gato que transportan platos y copas en más de 2.000 restaurantes. No es algo que no hayamos visto en ciertos restaurantes españoles, pero en Japón está siendo mucho más acentuado en capilaridad y en capacidades de estos robots.
Es la respuesta de un país ante una tormenta demográfica perfecta: su población está envejecida y cada vez lo está más, y tiene una grave escasez de mano de obra.
Por qué es importante. Estos robots no reemplazan a los humanos por completo, sino que trabajan junto a ellos, permitiendo que personas mayores o extranjeras –la inmigración es clave para cubrir la escasez laboral– puedan hacer trabajos que de otro modo les resultarían demasiado exigentes a nivel físico o lingüístico.
Skylark Holdings, la mayor cadena de restaurantes con servicio de mesa de Japón, ha desplegado unos 3.000 robots-gato equipados con sensores 3D, docenas de expresiones faciales y capacidad para transportar platos pesados.
En cifras. El mercado de robots de servicio en Japón triplicará su valor en el próximo lustro, alcanzando los 400.000 millones de yenes (2.700 millones de dólares) en 2030. A nivel mundial, el sector ya mueve 17.200 millones de dólares anuales.
- Japón tiene la tasa de desempleo más baja entre los países de la OCDE, un 2,4%.
- Para 2040 tendrá un déficit de once millones de trabajadores.
- Casi el 40% de la población japonesa tendrá 65 años o más en 2065.
- En el sector de la hostelería, hay tres puestos vacantes por cada solicitante de empleo.
Entre líneas. La solución robótica responde a una estrategia gubernamental. El gobierno japonés está impulsando activamente la contratación de trabajadores extranjeros y incentivando a las empresas para que retengan empleados mayores de 65 años mediante subsidios.
Skylark ilustra bien esta transformación: emplea a más de 4.000 trabajadores mayores de 65 años (casi el doble que en 2020) y ha aumentado su porcentaje de personal extranjero a tiempo parcial hasta el 3,3% (frente al 2,6% en 2020).
Yasuko Tagawa, de 71 años, trabaja veinte horas semanales en un restaurante Gusto en Tokio. «Mi trabajo no es ningún problema cuando trabajo con robots», explica mientras limpia mesas. Aproximadamente la mitad de sus tareas ahora se realizan con asistencia de máquinas. «A mi edad se hace más difícil moverse», reconoce a Bloomberg.
Más allá de la hostelería. La revolución robótica no se limita a los restaurantes. El sector de cuidados para ancianos, que prevé un déficit de 570.000 cuidadores para 2040, está adoptando rápido estas tecnologías.
En la residencia Flos Higashi-Kojiya de Tokio, los cuidadores llevan años utilizando dispositivos automatizados para levantar a los residentes, monitorizar el comportamiento de personas con demencia y facilitar la comunicación. Sensores bajo los colchones registran el sueño, la frecuencia cardíaca y la respiración, mostrando datos en tiempo real que permiten al personal supervisar a cuarenta residentes de un vistazo.
Sí, pero. A pesar de su potencial, los robots de servicio tienen limitaciones y la inversión inicial puede resultar prohibitiva para algunas empresas. No pueden reemplazar por completo el juicio humano ni las habilidades interpersonales esenciales en muchos trabajos del sector servicios.
Sin embargo, para Yasuko Tagawa, el futuro con sus compañeros robot-gato es prometedor: «Quizás también puedan ayudar en la cocina», dice mientras acaricia con cierto afecto a uno de los robots. «Gracias por tu trabajo. Contaré contigo».
En Xataka | Amira es lo más perturbador del MWC: un robot ultrarrealista con piel sintética que reacciona ante nosotros
Imagen destacada | Gankilyuu
–
La noticia
La crisis demográfica de Japón le está dejando sin trabajadores. Su solución: miles de robots con cara de gato
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
.