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Eutelsat, la «Starlink europea», se disparó en bolsa. La realidad es que ninguna empresa europea puede igualar ahora mismo a Starlink

Las acciones del operador de satélites franco-británico Eutelsat se dispararon a principios de esta semana en la bolsa de París ante la posibilidad de que reemplace a Starlink en la guerra de Ucrania y en el contexto del rearme europeo. No cabe duda de que Europa buscará recuperar su autonomía en el espacio, pero no existe ninguna empresa capaz de replicar Starlink a corto o medio plazo.
Eutelsat aprovecha el pulso geopolítico. Entre el lunes y el miércoles, los títulos de Eutelsat llegaron a quintuplicar su valor, añadiendo 1.000 millones de euros a la capitalización bursátil del grupo, que venía de mínimos históricos e incluso había sido degradado a «bono basura» por Moody’s, debido al lento desempeño de OneWeb y las altas necesidades de inversión.
El repentino interés, impulsado principalmente por inversores minoristas y posiciones en corto, se remonta al 28 de febrero, cuando una acalorada disputa pública entre Volodímir Zelenski y Donald Trump llevó a Estados Unidos a pausar la ayuda militar a Kiev, con amenazas de cortar el servicio de Internet satelital de Starlink si Ucrania no le concedía acceso a sus minerales.
Mientras los gobiernos europeos buscaban una alternativa, el director ejecutivo de Eutelsat dijo que harían falta «meses, no años» para proporcionar a Ucrania tantos satélites como Starlink, lo que acabó disparando la acción de la compañía (con el paso de los días, reajustada a la baja). Sin embargo, la realidad es siempre más compleja que un titular.
Cómo Starlink se volvió vital para Ucrania. Cuando Rusia dejó fuera de servicio las redes de satélites convencionales (Viasat, Iridium, Inmarsat…), Starlink dio una ventaja crucial a Ucrania. La empresa dirigida por Elon Musk no solo tenía capacidad de enviar más terminales y antenas al frente, sino que era más resistente a ciberataques e interferencias electrónicas, el famoso «jamming».
La explicación es que Starlink es una constelación de miles de satélites en órbita baja que dan una vuelta a la Tierra cada 90 minutos, por lo que distintos satélites van pasando por el cielo para dar servicio a una zona determinada. Los ciberataques y el jamming ruso eran más efectivos con compañías que tienen satélites geoestacionarios y permanecen fijos a 36.000 km de altitud.
OneWeb, la alternativa europea a Starlink. Desde que adquirió OneWeb, Eutelsat controla aproximadamente 630 satélites en órbita baja, respaldados por 35 satélites geoestacionarios. Es la única constelación global operativa más allá de Starlink, aunque China ha empezado a desplegar también las suyas.
A diferencia de Starlink, cuyo negocio principal son los consumidores finales, OneWeb se ha centrado en comunicaciones militares, gubernamentales, marítimas, de aviación, industriales, de logística y para operadoras. La razón es la enorme diferencia de escala: SpaceX tiene una densidad 10 veces mayor de satélites, lo que le permite atender a más usuarios simultáneos con Starlink.
Todo se reduce a los cohetes. Europa acaba de recuperar su acceso autónomo al espacio con la entrada en servicio definitiva de los cohetes Vega-C y Ariane 6. Pero estos lanzadores no son reutilizables: cada misión requiere uno nuevo, lo que impide su uso para desplegar grandes constelaciones de satélites. No solo no sería rentable: sería logísticamente imposible, ya que los cohetes en órbita baja tienen que ser repuestos cada pocos años.
En cambio, el Falcon 9 de SpaceX es parcialmente reutilizable. La compañía recupera rutinariamente el propulsor y las mitades de la cofia, y gracias a esa ventaja competitiva puede lanzar dos misiones Starlink cada semana. En total, SpaceX ha lanzado más de 8.000 satélites Starlink, de los cuales más de 7.000 siguen en órbita. El Falcon 9 también es uno de los cohetes que han puesto en órbita los satélites de OneWeb/Eutelsat.
Esta situación no se va a resolver hasta que la industria privada europea, con inversiones de la ESA, tenga listos sus primeros cohetes reutilizables. La empresa mejor posicionada es la francesa ArianeGroup, que durante décadas ha tenido el duopolio de lanzadores de Europa junto a la italiana Avio. Pero su subsidiaria MaiaSpace está desarrollando un cohete relativamente pequeño: Maia, con capacidad para poner entre 500 y 2.500 kg en órbita heliosíncrona. En ese rango competirá con el Miura 5 de la española PLD Space.
Imagen | OneWeb
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Matías S. Zavia
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