Bienestar
La verdad sobre las infecciones de orina: «Muchas mujeres se curan aprendiendo a hacer pis»

Tal vez no se hable de ello por vergüenza, por desconocimiento o simplemente porque se han normalizado tanto las molestias «ahí abajo» que se han vuelto invisibles. Pero la realidad es que las infecciones de orina figuran entre las patologías infecciosas más frecuentes, sobre todo entre las mujeres, y además pueden llegar a mermar mucho la calidad de vida si son recurrentes. Lo peor de todo es que, cuando se producen, lo habitual es que se receten antibióticos de forma sistemática sin que nadie se pregunte, ni pacientes ni médicos, qué es lo que hay detrás de esa recurrencia, qué se puede hacer para prevenirlas o cómo se puede reducir la frecuencia. Y esto es precisamente lo que plantea la Dra. Teresa Pastor, especialista en Urología, en su libro ‘¿Qué me pasa ahí abajo?’ (Alienta Editorial), una guía en la que explica cómo funciona el sistema urinario y qué factores pueden estar influyendo en el desarrollo de las infecciones de orina. Su método de trabajo se basa en identificar el origen, tratar las causas y prevenir las apariciones. No es raro ver a mujeres que sufren incontinencia urinaria y también infecciones de forma recurrente pero las van salvando como pueden, casi sin ir al médico…Sí, de hecho creo que es un tema tabú. Pero se debería hablar más de ello porque es algo muy frecuente. Las estadísticas confirman que una de cada cinco mujeres por encima de los 65 años sufre infecciones de orina de repetición o recurrentes (cada seis meses o incluso tres veces al año). Y si se citan solo las infecciones de orina estaríamos hablando de una de cada dos. Son cifras altísimas y es un tema que interesa mucho aunque se hable poco de ello.¿Se ha normalizado tener infecciones de orina?Sí, de hecho me ha pasado incluso en el ámbito universitario que a menudo se daba por hecho que simplemente por ser mujer era normal que tuvieras infecciones de orina. Y yo me pregunto, ¿a alguien le parece normal tener tres bronquitis al año? No, ¿verdad? Esa persona va al médico y le hacen todo tipo de pruebas para saber por qué. Entonces, ¿por qué parece normal que una mujer tenga 4, 6 o incluso 10 infecciones de orina al año? He tenido pacientes que prácticamente tenían una infección cada 15 días y que cuando acudían al médico les aconsejaba cosas como ponerse bragas de algodón y ya está. El problema es ese, que no se le da importancia. ¿Cómo habría que abordar esta cuestión?La mayoría de las pacientes se hacen muchas preguntas sobre por qué tienen infecciones de orina a menudo pero bastante a menudo no obtienen respuestas de los médicos y desgraciadamente se queden igual. Y otras tantas dejan de ir al médico porque están hartas de que no les solucione el problema. De todo esto nació el libro ‘¿Qué me pasa ahí abajo?’ porque uno de los problemas que tengo es que llegó un momento en el que tenía tal cantidad de pacientes y tal lista de espera que no podía dedicarle el tiempo necesario a cada paciente. Pensé que era una buena manera de explicar cuestiones relacionadas con su alimentación, con las posibles causas, con aquellos hábitos que tiene que cambiar en su vida cotidiana y en qué casos puede ser adecuada la suplementación… Todo comenzó cuando intenté condensar unas ideas en un folleto informativo pero finalmente decidí plasmarlo en un libro. ¿Cuáles suelen ser los errores más frecuentes que pueden estar detrás de algunas infecciones de orina y por dónde habría que empezar para hacer cambios?Lo que veo en nueve de cada diez pacientes y lo más fácil de resolver es la manera de hacer pis. Las mujeres no sabemos hacer pis y es algo a lo que no se da importancia, pero es importante. Si tú te fijas en un hombre que va al baño a hacer de vientre verás que se lo toma con calma pero lo más frecuente en el caso de las mujeres es que hagan pis deprisa, bajándose las bragas apenas unos centímetros, sentándose medio de lado y si es en un baño público haciéndolo casi en equilibrio y siempre deprisa. Y eso es lo peor que podemos hacer porque como no se relaja el esfínter de la vejiga y se hace pis a trompicones. ¿Qué pasa? Que cuando está cayendo la orina por la uretra si el esfínter está haciendo un movimiento en forma de espasmos la orina hará exactamente eso, salir con espasmos. Y como tengas la mala suerte de tener bacterias que no deberías tener en la vagina, éstas subirán y provocarán las temidas infecciones. Si son lactobacilos, por ejemplo, que son más frecuentes en la gente más joven, quizá no habrá una infección de orina sino un ligero escozor, una molestia o incluso una cistitis. Pero a partir de los 50 años ten por seguro que las tendrás porque tu suelo vaginal va a cambiar. Hacer pis mal es una bomba de relojería para las infecciones de orina. Es lo que se denomina micción disfuncional o micción no coordinada y es un problema médico que se ve mucho en los niños pero que en los adultos no se suele buscar. Pero si lo buscas lo encuentras, sobre todo en las mujeres. Y el otro componente que es un detonante es tener una disbiosis o problemas en la microbiota vaginal. Si se dan ambos factores, habrá infección de orina sí o sí.¿Qué tipo de pruebas realiza para saber si existe esta disfunción miccional?A todas las pacientes les hago una prueba indolora llamada flujometría en la que a la paciente se le colocan unos electrodos en puntos estratégicos de las nalgas y se analiza cómo orina en un váter especial. Con este tipo de prueba he podido comprobar que, efectivamente, 9 de cada 10 pacientes estaba orinando mal. ¿Y cómo se puede aprender a hacer bien pis?Muchas veces es tan sencillo como enviar a la paciente a fisioterapeutas que hayan hecho una formación específica en patologías del suelo pélvico. A menudo se piensa que este tipo de profesionales solo enseñan ejercicios de suelo pélvico en las recuperaciones posparto pero pueden tratar otras muchas patologías relacionadas con las infecciones urinarias, entre ellas la micción disfuncional. Un fisioterapeuta te puede enseñar desde la manera correcta de sentarte en el váter hasta la forma de respirar durante la micción pasando por distintos aspectos relacionados con la conciencia corporal y la postura para aprender a relajar aquello que se tiene que relajar. Muchas de mis pacientes se han curado simplemente aprendiendo a hacer pis. ¿De qué manera influye en todo esto la práctica de aguantarse el pis a menudo o de retrasar el momento de la micción?Eso es otro gran problema porque cuanto más tiempo has aguantado sin hacer pis, más tiempo has apretado tu esfínter. Y después, cuando toca relajarlo, no hay manera. Imagínate que llevases todo el día una maleta de diez kilos y después de muchas horas te dijesen que la soltases. Apenas podrías abrir los dedos porque los tendrías completamente contracturados. Pero además lo que sucede es que acostumbramos a que esa vejiga esté hiper llena y como los músculos de la pared de la vejiga tienen una función óptima a un determinado nivel de estiramiento, si está poco estirado o excesivamente estirado, presentará una cierta disfunción, así que cuando esa vejiga que está siempre llena tiene que vaciarse esos músculos tan estirados no tendrán la suficiente fuerza para empujar correctamente la orina. Y si a esto sumamos que el esfínter está cerrado nos encontraremos con una persona que no vacía bien del todo la vejiga y que además orine con esos espasmos típicos que origina ese cierre del esfínter. Con esa práctica generamos un doble problema. ¿Cuántas veces es normal ir a hacer pis?Oficialmente lo que dicen los libros de urología es que hasta ocho veces al día es normal. Pero eso es relativo porque yo tengo pacientes que se beben medio litro de agua al día y otros que se beben tres litros. Y también se da el caso de que algunas personas comen muchas frutas y verduras, que son ricas en agua, y otras, no tantas. Así que hay que relativizar en este sentido. Para valorar esa normalidad de cada caso lo que solemos hacer es un diario miccional en el que el paciente apunta las veces que se hacen pis y la hora a la que lo hace, la cantidad de orina (a través de un medidor específico), la cantidad de líquido que se bebe a lo largo del día y la mayor o menor urgencia que se manifiesta a la hora de orinar. Por tanto, si uno ve que un paciente hace 10 veces pis al día pero que cada micción es de 300 a 400 ml y cada X horas no hay problema. Pero si hace 50 ml cada vez aunque orine ocho veces y encima el 80% de las veces lo hace con cierta urgencia, ahí sí que se puede identificar un problema, tal vez de baja capacidad de la vejiga o de ingesta de demasiado poco líquido o de cualquier otra cuestión que haya que valorar. Una capacidad normal para una vejiga y que haya unas buenas ganas de orinar se situaría entre 300 y 400 ml. Y unos 500 ml sería una capacidad mucho mayor. Por tanto una persona que beba normal, unos 2 litros al día, sería normal orinar unas 6 veces al día. ¿En qué medida es relevante para prevenir las infecciones el tipo de ropa interior que se lleve y la higiene íntima?No es tan relevante como a menudo se presenta, pero sí que tengo que hacer matices. Evidentemente a una persona que transpira mucho no le vendrá bien tener siempre esa zona mojada y lo mismo sucede a aquella persona que tenga alguna pérdida de orina, pues la humedad favorece el crecimiento de hongos. Y la cuestión es que los hongos raramente provocan infecciones por sí mismos pero sí que pueden ser un factor que favorezca que se instalen bacterias patógenas en la zona. Con respecto a la higiene íntima a menudo el problema viene más por el exceso de higiene y el uso de productos agresivos que por la falta de higiene. Muchas personas se lavan demasiado la zona íntima y además lo hacen con productos que no son adecuados. Tengo que reconocer que no soy partidaria del uso de todos esos productos de higiene íntima que se venden en la farmacia. La cuestión es que la vagina debe contener mucho ácido idealmente producido por las propia bacterias «buenas» como los lactobacilos y ya solo con eso las propias secreciones vaginales y el flujo vaginal ya limpian la vagina. Pero lo que provocan las duchas vaginales y los productos de higiene íntima es más dañino que beneficioso. ¿Es aconsejable lavar la zona íntima después de las relaciones sexuales?Tras el coito, si no se utiliza ningún método barrera como por ejemplo un preservativo, lo que resultará útil será utilizar óvulos o un gel con un aplicador para la vagina que contiene ácido láctico inmediatamente después del acto sexual. ¿Por qué? Porque el semen es alcalino, con un pH cercano al 8 mientras que la vagina debe tener un pH muy ácido, de entorno al 4.4. Ese pH ácido de la vagina es precisamente una barrera química que elimina las bacterias patógenas que provocan las infecciones de orina. De hecho el tema del pH es uno de los problemas en las personas mayores pues el pH aumenta con la edad y con ello los riesgos. Por eso muchas mujeres sufren más infecciones durante o después de la menopausia. Estas personas que sistemáticamente tienen una cistitis después de cada relación sexual pueden aumentar el riesgo si se van a lavar la zona justo después ya que lo más efectivo hacer pis después, siempre que se haga pis correctamente, claro. Y después introducirse un óvulo para este fin o un gel de ácido láctico con aplicador en la vagina. De esa manera se vuelve a acidificar el pH de la vagina y con ello es menos probable que se produzca una infección de orina. Igualmente he tenido pacientes que han dejado de tener este tipo de infecciones de orina aplicando este sencillo método. Lo más práctico siempre es pensar por qué suceden las cosas. En el caso de las infecciones postcoitales no solo se producen por el roce del pene en la uretra, hay algo más. Y ese algo más es el cambio en el pH de la vagina. De hecho, si solo fuera por ese roce todas las mujeres tendríamos que tener infecciones y no es así, ¿verdad? El problema, por tanto, está en la alteración de la microbiota vaginal producido por una alteración del pH.
Tal vez no se hable de ello por vergüenza, por desconocimiento o simplemente porque se han normalizado tanto las molestias «ahí abajo» que se han vuelto invisibles. Pero la realidad es que las infecciones de orina figuran entre las patologías infecciosas más frecuentes, sobre todo entre las mujeres, y además pueden llegar a mermar mucho la calidad de vida si son recurrentes. Lo peor de todo es que, cuando se producen, lo habitual es que se receten antibióticos de forma sistemática sin que nadie se pregunte, ni pacientes ni médicos, qué es lo que hay detrás de esa recurrencia, qué se puede hacer para prevenirlas o cómo se puede reducir la frecuencia. Y esto es precisamente lo que plantea la Dra. Teresa Pastor, especialista en Urología, en su libro ‘¿Qué me pasa ahí abajo?’ (Alienta Editorial), una guía en la que explica cómo funciona el sistema urinario y qué factores pueden estar influyendo en el desarrollo de las infecciones de orina. Su método de trabajo se basa en identificar el origen, tratar las causas y prevenir las apariciones. No es raro ver a mujeres que sufren incontinencia urinaria y también infecciones de forma recurrente pero las van salvando como pueden, casi sin ir al médico…Sí, de hecho creo que es un tema tabú. Pero se debería hablar más de ello porque es algo muy frecuente. Las estadísticas confirman que una de cada cinco mujeres por encima de los 65 años sufre infecciones de orina de repetición o recurrentes (cada seis meses o incluso tres veces al año). Y si se citan solo las infecciones de orina estaríamos hablando de una de cada dos. Son cifras altísimas y es un tema que interesa mucho aunque se hable poco de ello.¿Se ha normalizado tener infecciones de orina?Sí, de hecho me ha pasado incluso en el ámbito universitario que a menudo se daba por hecho que simplemente por ser mujer era normal que tuvieras infecciones de orina. Y yo me pregunto, ¿a alguien le parece normal tener tres bronquitis al año? No, ¿verdad? Esa persona va al médico y le hacen todo tipo de pruebas para saber por qué. Entonces, ¿por qué parece normal que una mujer tenga 4, 6 o incluso 10 infecciones de orina al año? He tenido pacientes que prácticamente tenían una infección cada 15 días y que cuando acudían al médico les aconsejaba cosas como ponerse bragas de algodón y ya está. El problema es ese, que no se le da importancia. ¿Cómo habría que abordar esta cuestión?La mayoría de las pacientes se hacen muchas preguntas sobre por qué tienen infecciones de orina a menudo pero bastante a menudo no obtienen respuestas de los médicos y desgraciadamente se queden igual. Y otras tantas dejan de ir al médico porque están hartas de que no les solucione el problema. De todo esto nació el libro ‘¿Qué me pasa ahí abajo?’ porque uno de los problemas que tengo es que llegó un momento en el que tenía tal cantidad de pacientes y tal lista de espera que no podía dedicarle el tiempo necesario a cada paciente. Pensé que era una buena manera de explicar cuestiones relacionadas con su alimentación, con las posibles causas, con aquellos hábitos que tiene que cambiar en su vida cotidiana y en qué casos puede ser adecuada la suplementación… Todo comenzó cuando intenté condensar unas ideas en un folleto informativo pero finalmente decidí plasmarlo en un libro. ¿Cuáles suelen ser los errores más frecuentes que pueden estar detrás de algunas infecciones de orina y por dónde habría que empezar para hacer cambios?Lo que veo en nueve de cada diez pacientes y lo más fácil de resolver es la manera de hacer pis. Las mujeres no sabemos hacer pis y es algo a lo que no se da importancia, pero es importante. Si tú te fijas en un hombre que va al baño a hacer de vientre verás que se lo toma con calma pero lo más frecuente en el caso de las mujeres es que hagan pis deprisa, bajándose las bragas apenas unos centímetros, sentándose medio de lado y si es en un baño público haciéndolo casi en equilibrio y siempre deprisa. Y eso es lo peor que podemos hacer porque como no se relaja el esfínter de la vejiga y se hace pis a trompicones. ¿Qué pasa? Que cuando está cayendo la orina por la uretra si el esfínter está haciendo un movimiento en forma de espasmos la orina hará exactamente eso, salir con espasmos. Y como tengas la mala suerte de tener bacterias que no deberías tener en la vagina, éstas subirán y provocarán las temidas infecciones. Si son lactobacilos, por ejemplo, que son más frecuentes en la gente más joven, quizá no habrá una infección de orina sino un ligero escozor, una molestia o incluso una cistitis. Pero a partir de los 50 años ten por seguro que las tendrás porque tu suelo vaginal va a cambiar. Hacer pis mal es una bomba de relojería para las infecciones de orina. Es lo que se denomina micción disfuncional o micción no coordinada y es un problema médico que se ve mucho en los niños pero que en los adultos no se suele buscar. Pero si lo buscas lo encuentras, sobre todo en las mujeres. Y el otro componente que es un detonante es tener una disbiosis o problemas en la microbiota vaginal. Si se dan ambos factores, habrá infección de orina sí o sí.¿Qué tipo de pruebas realiza para saber si existe esta disfunción miccional?A todas las pacientes les hago una prueba indolora llamada flujometría en la que a la paciente se le colocan unos electrodos en puntos estratégicos de las nalgas y se analiza cómo orina en un váter especial. Con este tipo de prueba he podido comprobar que, efectivamente, 9 de cada 10 pacientes estaba orinando mal. ¿Y cómo se puede aprender a hacer bien pis?Muchas veces es tan sencillo como enviar a la paciente a fisioterapeutas que hayan hecho una formación específica en patologías del suelo pélvico. A menudo se piensa que este tipo de profesionales solo enseñan ejercicios de suelo pélvico en las recuperaciones posparto pero pueden tratar otras muchas patologías relacionadas con las infecciones urinarias, entre ellas la micción disfuncional. Un fisioterapeuta te puede enseñar desde la manera correcta de sentarte en el váter hasta la forma de respirar durante la micción pasando por distintos aspectos relacionados con la conciencia corporal y la postura para aprender a relajar aquello que se tiene que relajar. Muchas de mis pacientes se han curado simplemente aprendiendo a hacer pis. ¿De qué manera influye en todo esto la práctica de aguantarse el pis a menudo o de retrasar el momento de la micción?Eso es otro gran problema porque cuanto más tiempo has aguantado sin hacer pis, más tiempo has apretado tu esfínter. Y después, cuando toca relajarlo, no hay manera. Imagínate que llevases todo el día una maleta de diez kilos y después de muchas horas te dijesen que la soltases. Apenas podrías abrir los dedos porque los tendrías completamente contracturados. Pero además lo que sucede es que acostumbramos a que esa vejiga esté hiper llena y como los músculos de la pared de la vejiga tienen una función óptima a un determinado nivel de estiramiento, si está poco estirado o excesivamente estirado, presentará una cierta disfunción, así que cuando esa vejiga que está siempre llena tiene que vaciarse esos músculos tan estirados no tendrán la suficiente fuerza para empujar correctamente la orina. Y si a esto sumamos que el esfínter está cerrado nos encontraremos con una persona que no vacía bien del todo la vejiga y que además orine con esos espasmos típicos que origina ese cierre del esfínter. Con esa práctica generamos un doble problema. ¿Cuántas veces es normal ir a hacer pis?Oficialmente lo que dicen los libros de urología es que hasta ocho veces al día es normal. Pero eso es relativo porque yo tengo pacientes que se beben medio litro de agua al día y otros que se beben tres litros. Y también se da el caso de que algunas personas comen muchas frutas y verduras, que son ricas en agua, y otras, no tantas. Así que hay que relativizar en este sentido. Para valorar esa normalidad de cada caso lo que solemos hacer es un diario miccional en el que el paciente apunta las veces que se hacen pis y la hora a la que lo hace, la cantidad de orina (a través de un medidor específico), la cantidad de líquido que se bebe a lo largo del día y la mayor o menor urgencia que se manifiesta a la hora de orinar. Por tanto, si uno ve que un paciente hace 10 veces pis al día pero que cada micción es de 300 a 400 ml y cada X horas no hay problema. Pero si hace 50 ml cada vez aunque orine ocho veces y encima el 80% de las veces lo hace con cierta urgencia, ahí sí que se puede identificar un problema, tal vez de baja capacidad de la vejiga o de ingesta de demasiado poco líquido o de cualquier otra cuestión que haya que valorar. Una capacidad normal para una vejiga y que haya unas buenas ganas de orinar se situaría entre 300 y 400 ml. Y unos 500 ml sería una capacidad mucho mayor. Por tanto una persona que beba normal, unos 2 litros al día, sería normal orinar unas 6 veces al día. ¿En qué medida es relevante para prevenir las infecciones el tipo de ropa interior que se lleve y la higiene íntima?No es tan relevante como a menudo se presenta, pero sí que tengo que hacer matices. Evidentemente a una persona que transpira mucho no le vendrá bien tener siempre esa zona mojada y lo mismo sucede a aquella persona que tenga alguna pérdida de orina, pues la humedad favorece el crecimiento de hongos. Y la cuestión es que los hongos raramente provocan infecciones por sí mismos pero sí que pueden ser un factor que favorezca que se instalen bacterias patógenas en la zona. Con respecto a la higiene íntima a menudo el problema viene más por el exceso de higiene y el uso de productos agresivos que por la falta de higiene. Muchas personas se lavan demasiado la zona íntima y además lo hacen con productos que no son adecuados. Tengo que reconocer que no soy partidaria del uso de todos esos productos de higiene íntima que se venden en la farmacia. La cuestión es que la vagina debe contener mucho ácido idealmente producido por las propia bacterias «buenas» como los lactobacilos y ya solo con eso las propias secreciones vaginales y el flujo vaginal ya limpian la vagina. Pero lo que provocan las duchas vaginales y los productos de higiene íntima es más dañino que beneficioso. ¿Es aconsejable lavar la zona íntima después de las relaciones sexuales?Tras el coito, si no se utiliza ningún método barrera como por ejemplo un preservativo, lo que resultará útil será utilizar óvulos o un gel con un aplicador para la vagina que contiene ácido láctico inmediatamente después del acto sexual. ¿Por qué? Porque el semen es alcalino, con un pH cercano al 8 mientras que la vagina debe tener un pH muy ácido, de entorno al 4.4. Ese pH ácido de la vagina es precisamente una barrera química que elimina las bacterias patógenas que provocan las infecciones de orina. De hecho el tema del pH es uno de los problemas en las personas mayores pues el pH aumenta con la edad y con ello los riesgos. Por eso muchas mujeres sufren más infecciones durante o después de la menopausia. Estas personas que sistemáticamente tienen una cistitis después de cada relación sexual pueden aumentar el riesgo si se van a lavar la zona justo después ya que lo más efectivo hacer pis después, siempre que se haga pis correctamente, claro. Y después introducirse un óvulo para este fin o un gel de ácido láctico con aplicador en la vagina. De esa manera se vuelve a acidificar el pH de la vagina y con ello es menos probable que se produzca una infección de orina. Igualmente he tenido pacientes que han dejado de tener este tipo de infecciones de orina aplicando este sencillo método. Lo más práctico siempre es pensar por qué suceden las cosas. En el caso de las infecciones postcoitales no solo se producen por el roce del pene en la uretra, hay algo más. Y ese algo más es el cambio en el pH de la vagina. De hecho, si solo fuera por ese roce todas las mujeres tendríamos que tener infecciones y no es así, ¿verdad? El problema, por tanto, está en la alteración de la microbiota vaginal producido por una alteración del pH.