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Las mujeres de la Generación Z impulsan la nueva ola de aficionados a la F1

Cuando se apagan las luces del semáforo el día de la carrera, la acción, para muchos aficionados a la Fórmula 1, lleva ya varias horas en marcha. En Instagram, la gente comparte fotos de la ropa con la que entran al paddock los pilotos, y en TikTok circulan edits de los mejores momentos de la clasificación con bandas sonoras espectaculares. Los aficionados vuelven a publicar los selfies de los pilotos en las redes sociales, desmenuzan los reportajes de los periodistas en el paddock en YouTube y Twitch, o crean sus propios contenidos desde las gradas. No se trata de una afición deportiva al uso, sino de un movimiento cultural. Y en el centro del mismo están las mujeres de la Generación Z.
La Encuesta Mundial de Aficionados 2025, realizada por Motorsport Network en colaboración con la Fórmula 1, ofrece datos esclarecedores sobre el papel que los jóvenes están desempeñando en el crecimiento de la F1.
Este año, tres de cada cuatro nuevos aficionados al Gran Circo son mujeres, y más de la mitad se identifican con la Generación Z. La F1, que antes se consideraba el dominio de los fans más leales al automovilismo, se ha convertido en una encrucijada de tecnología, velocidad, personalidad, rendimiento y cultura pop. Pero lo más importante es que este grupo demográfico emergente no ve una disyuntiva entre amar la estrategia, la innovación y la ingeniería y sentirse atraído por la estética de un campeonato lujoso y global.
Mientras que los antiguos aficionados citaban las tradiciones de la infancia o los lazos familiares como su razón para seguir la Fórmula 1, los nuevos se sienten atraídos por la emoción de las carreras y tienen una gran afinidad con los pilotos. El hecho de que hayan optado activamente por la categoría hace que estén más incentivados a participar en los contenidos, asistir a las carreras en persona y comprar artículos o productos de las marcas asociadas al campeonato. Atraer a este grupo demográfico -mujeres jóvenes con una gran influencia en las compras domésticas y un gran potencial de fidelidad a la marca- es algo con lo que la F1 sólo podría haber soñado hace dos décadas.
De los encuestados de la Generación Z, el 70 por ciento afirma que la F1 representa un estatus o una imagen que les atrae. Para estos nuevos seguidores, refleja identidad, valores e intereses sociales: siguen la F1 no sólo por lo que es, sino por lo que representa. La exclusividad ha sido durante mucho tiempo una parte clave del atractivo del Mundial, y ahora más que nunca se puede ganar influencia social publicando una foto viendo el Gran Premio de Mónaco en un yate. Sin embargo, los aficionados buscan formas de interactuar que les hagan sentir auténticos y participativos, por lo que sigue siendo esencial que los pilotos, equipos, patrocinadores e incluso los creadores de contenidos sean capaces de salvar la brecha entre la aspiración y el acceso para lograr el éxito a largo plazo y la relevancia cultural.

Los aficionados llenan las gradas
Fotografía de: Peter Fox / Getty Images
Hablando de contenidos, muchos de los nuevos aficionados no sólo quieren consumirlos, sino también crearlos. Más de la mitad de los encuestados comparten vídeos de la F1 en las redes sociales y, en Estados Unidos, el 70% de los participantes en el estudio de la Generación Z afirman consumir contenidos de F1 a diario. Aunque la acción en la pista sigue siendo el núcleo de la categoría para todos los aficionados, los jóvenes están participando en un nivel emocional más profundo, y tienen una relación más dinámica y permanente con la F1. Esto se debe, en parte, a que muchas mujeres de la Generación Z han creado sólidas comunidades online en las que la conversación continúa mucho después de que ondee la bandera a cuadros.
En el centro de este fandom moderno están los pilotos. Podría decirse que es el argumento de venta más exclusivo de la F1: si quieres sumergirte de cabeza en un campeonato que acabas de descubrir a través de un programa de Netflix o de las redes sociales, ¡buenas noticias! – sólo hay 20 deportistas que necesitas conocer. Esto hace que la F1 intimide mucho menos que otros deportes con cientos, si no miles, de atletas.
Dos tercios de los aficionados encuestados afirman sentirse personalmente inspirados por los pilotos, no sólo en la pista, sino como personas. Hace una década, Lewis Hamilton era uno de los únicos iconos mundiales de la F1. Hoy, incluso el piloto que ocupa el puesto 20 en la clasificación tiene páginas de fans. Como resultado, los nuevos aficionados son más propensos a formar conexiones basadas en la identidad con la F1, y citaron las personalidades de los pilotos y el drama narrativo como impulsores clave del compromiso.
Y a pesar de la pasión, la afición a la F1 sigue siendo sorprendentemente no tribal. A diferencia de otras categorías, en las que los aficionados a menudo se identifican con un equipo excluyendo a todos los demás, la F1 ofrece una identidad cultural más amplia. No se es sólo seguidor de Ferrari o de McLaren: se apoya a la serie como una entidad, y esa inclusividad la hace menos intimidatoria para los recién llegados.
En esencia, la Fórmula 1 sigue estando definida por el rendimiento, la innovación y la tradición, pero la forma en que los aficionados conectan con ella ha evolucionado. La afición moderna, especialmente la de las mujeres de la Generación Z, no está fragmentada, sino estratificada. Este grupo demográfico emergente no se limita a observar desde la barrera, sino que está co-creando, construyendo comunidad y reimaginando la categoría como un lugar donde la moda, el estilo de vida y la aspiración se sientan cómodamente junto a la estrategia de carrera y la velocidad.
En este artículo
Emily Selleck
Fórmula 1
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