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Receta de San Valentín: fondant de chocolate, un postre para conquistar cualquier paladar
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El chocolate ha sido símbolo de amor y deseo desde tiempos antiguos. Los aztecas lo consideraban un afrodisíaco, los europeos lo convirtieron en un manjar, y hoy es el ingrediente estrella en los postres más seductores. Nada encarna mejor el espíritu de San Valentín que un fondant de chocolate: un postre con un corazón suave y fundente, tan delicado como una caricia o un abrazo.
San Valentín, más allá de su comercialización moderna, tiene raíces en antiguas celebraciones paganas y en la historia de un santo que desafió las normas. De la misma manera, este fondant rompe las reglas del bizcocho tradicional con su interior cremoso e irresistible. Inspirado en el Moelleux au Chocolat, un clásico de la repostería francesa, este postre se deshace en la boca, envuelve los sentidos y deja una huella imborrable, como los momentos más dulces del amor.
Acompañado de pétalos de rosa comestibles, frutos rojos o una crema ligera, este postre se convierte en una verdadera declaración de amor. Porque hay muchas formas de decir «te quiero», pero pocas son tan universales como el chocolate.
Ingredientes
- 250 g de chocolate negro (80% cacao), evita los que tengan aditivos.
- 5 huevos ecológicos grandes (separados en claras y yemas)
- 175 g de mantequilla sin sal preferentemente ecológica (o 100 ml de nata líquida para una versión más cremosa)
- 1 pizca de sal
- 50 g de almendra molida
- 1 cucharada de harina de trigo sarraceno o teff (puedes reemplazarlo por cualquier almidón)
- 125 g de azúcar de coco o tu endulzante preferido (ajustar al gusto)
- 10 g de levadura en polvo (1 sobre)
Opcional para decorar: pétalos de rosa deshidratados, de venta en tiendas de tés o herbolarios.
Cómo prepararlo
- Trocea el chocolate y fúndelo suavemente al baño maría, removiendo hasta obtener una mezcla lisa y brillante. Incorpora la mantequilla en trozos y deja que se derrita lentamente. Si usas nata en lugar de mantequilla, añádela poco a poco mientras sigues removiendo. Retira del fuego y deja templar.
- Tamiza la harina con la almendra molida y la levadura. Este paso es esencial para conseguir una textura más ligera y homogénea. Reserva.
- En un bol grande, bate las yemas con el azúcar de coco hasta obtener una mezcla espumosa y pálida. Incorpora el chocolate fundido con movimientos envolventes para no perder aire en la mezcla.
- En un bol limpio y seco, bate las claras con una pizca de sal hasta obtener un merengue firme y brillante. Añade las claras en varias tandas a la mezcla de chocolate, integrándolas con una espátula y movimientos envolventes.
- Precalienta el horno a 180°C. Engrasa y enharina un molde grande de 24-26 cm de diámetro o varios moldes individuales. Esto evitará que el fondant se adhiera y facilitará el desmoldado.
- Vierte la masa en el molde y hornea durante 20-25 minutos si usas un molde grande o 10-15 minutos si optas por moldes individuales. El centro debe quedar ligeramente húmedo y tembloroso. Para comprobar la cocción, inserta un cuchillo fino o un palillo en el centro; debe salir con algunas migas adheridas, pero no completamente seco.
- Deja enfriar dentro del molde durante 5 minutos antes de desmoldar con cuidado. Sirve tibio o a temperatura ambiente. Decoradlos con los pétalos de rosas o Acompañalo con crema inglesa, helado de vainilla o frutos rojos para un contraste de sabores y texturas.
Consejos para un resultado perfecto
- No hornees en exceso; el centro debe quedar húmedo y cremoso.
- Usa un buen chocolate negro con alto porcentaje de cacao para potenciar el sabor.
- No batas demasiado después de añadir las claras; mezcla con suavidad para no perder volumen.
- Añade una cucharada de café espresso al chocolate derretido para realzar su intensidad.
Propiedades del chocolate
Corazón saludable: El cacao es una fuente rica en flavonoides, compuestos antioxidantes de origen vegetal que se han asociado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estos compuestos favorecen la producción del colesterol HDL (conocido como «bueno») y contribuyen a la reducción de la presión arterial.
Energía y funcionamiento del cuerpo: El cacao aporta una cantidad significativa de magnesio, un mineral clave para la producción de energía y el correcto funcionamiento del sistema sanguíneo, cerebral y nervioso. Estudios indican que el magnesio presente en el cacao puede ayudar a equilibrar los niveles de azúcar en la sangre y a prevenir la osteoporosis.
Equilibrio hormonal: La feniletilamina, un fitonutriente presente en el cacao, estimula la producción de serotonina en el cerebro. Esta sustancia, también conocida como la «hormona de la felicidad», contribuye a mejorar el estado de ánimo y la sensación de bienestar general.
Curiosidades: El cacao en polvo crudo proviene de granos sin tostar, lo que le permite conservar una mayor cantidad de antioxidantes en comparación con el cacao procesado. También es una fuente destacada de manganeso, un mineral esencial en numerosos procesos bioquímicos del organismo, incluyendo la producción de energía.
Consumo en su forma natural: Aunque el cacao es naturalmente rico en nutrientes, su conversión en chocolate suele implicar la adición de grasas y azúcares, disminuyendo sus beneficios para la salud. Para aprovechar al máximo sus propiedades, se recomienda consumirlo en su versión en polvo o en trozos.
El chocolate ha sido símbolo de amor y deseo desde tiempos antiguos. Los Recetas