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Hijastra denuncia muerte de italiano por negligencia del 911

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Minutos después de que el reloj marcara las 12:00 de la madrugada de este sábado 8 de febrero, Mayelin Camilo González, desesperada, marcó el 9-1-1, porque su padrastro se quejaba de un fuerte abdominal. El tiempo parecía haberse detenido mientras esperaba la ayuda. Finalmente, a las 12:58 a.m. escucharon las sirenas de la ambulancia

Pero cuando llegó la ambulancia al residencial Ciudad Juan Bosch en Santo Domingo Este, donde se encontraba el ciudadano italiano Angelo Ciossani, la actitud del personal del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1 no reflejaba la urgencia que ameritaba la situación, según narra Mayelin, lo que generó impotencia tanto en ella como en su madre, la señora Ramona González de Ciossani.

«Caminaban lentamente y, al pedirles que apuraran el paso, uno de los paramédicos me dijo que me tranquilizara. Mi corazón no entendía cómo podían ser tan calmados ante una situación tan crítica«, explicó Mayelin.

Prosigue relatando que el personal del 9-1-1 (una paramédico y el chofer) subieron al apartamento, ubicado en un tercer piso, y examinaron al paciente. Debido al dolor tan fuerte que sentía, el señor Angelo Ciossani le preguntó a los paramédicos que si podían administrarle alguna inyección, pero la joven que lo atendía le respondió que no estaba autorizada para hacerlo. 

“El dolor abdominal que sufría era intenso, no podía caminar y sudaba en exceso. Le expliqué todo, pero la respuesta del paramédico no fue la que esperaba”, resaltó la hijastra de Ciossani.

Afirma que a los pocos minutos, la paramédico bajó para llamar a su supervisor. La espera parecía interminable. Pasaron unos cinco minutos antes de que ella regresara y le comunicara al conductor de la ambulancia que tenían que trasladarlo al Hospital Ciudad Juan Bosch, a pocos minutos de donde se encontraban.

En vez de acatar las directrices que le había dado su compañera de labor, el chofer de la ambulancia respondió diciéndole a Mayelin que el no podía bajar al paciente porque «tenía una hernia» y que debían hacerlo los familiares. Además de ella, en la casa se encontraban su madre -Ramona González- y su hija.  

“Intenté acelerar el proceso. Les dije que, si el problema era bajar al paciente, nosotras lo haríamos. De inmediato le dije a mi hija y a mi madre que buscaran una silla para poder moverlo. Los paramédicos no parecían moverse ni inmutarse”. “Para él, todo esto parecía más una fachada, como si el 911 no fuera más que una formalidad”, se quejó.

“Decidimos proceder y movilizarlo con la silla. Mi padrastro, aunque débil, aún hablaba y se sentó solo. Cuando dimos unos pocos pasos, pidió que paráramos porque se sentía sofocado. Fue en ese momento cuando su cuerpo colapsó. Su cabeza chocó contra el marco de la puerta, y sentí que había perdido el conocimiento”, dijo Mayelin.

Finalmente, los paramédicos y el policía se animaron a intervenir y bajarlo. Fue un alivio, relata la mujer, pero aún quedaba mucho por hacer. “Logramos llegar al primer piso, pero el trato que recibió durante el proceso fue deplorable. Cuando intentaron subirlo a la ambulancia, él se cayó dentro de la misma ambulancia. Los paramédicos se apresuraron a llevarlo, pero la sensación de descontrol era palpable”, continúa su angustioso relato.

“Me trasladé rápidamente en mi vehículo hacia el hospital, llena de angustia. Al llegar, me informaron que había fallecido. El dolor y la impotencia me invadieron por completo. Todo había sucedido tan rápido, y aunque intenté hacer todo lo posible, sentí que la ayuda nunca fue suficiente”.

Aunque en la sala de emergencia del hospital trataron de reanimarlo, los esfuerzos fueron infructuosos, explicó Mayelin, ya que Angelo Ciossani había llegado sin signos vitales.

“La desorganización y la indiferencia fueron el sello de esta tragedia. Un hombre perdió la vida, y yo, su hijastra, me quedé con la sensación de que la negligencia y la deshumanización del sistema de emergencia nos dejaron huérfanos de respuestas”, consideró la hijastra del hoy occiso.

Más

  • El caso ha desatado una ola de críticas hacia el Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1 y ha puesto de manifiesto posibles deficiencias en la atención de emergencias.
  • La familia del fallecido exige respuestas sobre la demora en la llegada de la ambulancia y el manejo inapropiado de la situación, lo que podría haber contribuido a la muerte del hombre.

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