Desintoxicarse de las malas noticias

Vivimos arropados por malas noticias. Tanta negatividad nos está afectando el ánimo, el humor y la alegría. Nos levantamos y nos acostamos arropados con situaciones, muchas veces ajenas, que nos impactan.

Accidentes, atracos, desapariciones, intercambio de disparos, ahogamientos, huelgas, casos de corrupción, muertes violentas y violencia intrafamiliar entre otras noticias, sumado a una economía hogareña precaria, exacerba los ánimos. 

Cada vez hay menos espacio para la alegría, las buenas noticias y la exaltación de los buenos valores.  Aparentemente lo bueno no vende y todo se justifica con los “view”, los likes y los comentarios que se generan.

Hay videos que se pasan de celular en celular que no respetan mínimamente la dignidad del afectado y hay gente que se lo goza. Amparados en la libertad de expresión, hemos saltado todas las reglas, incluso las legales que lo hacen cómplice en caso de que el afectado o su familia decidan emprender acciones legales.

Me niego a ser parte de esa horda que se alimenta de la carroña de las malas noticias y de los encabezados manipulados y sin contexto.

Conozco personas que luego de tirarse un noticiero tiene que tomarse un ansiolítico para poder dormir, temiendo despertarse a una realidad tan oscura. Le afecta el ánimo y eventualmente su salud física y mental.

Mis consejos

Sin querer quitarle mérito, ni peso a los hechos que ocurren, podemos tomar medidas para desintoxicarnos e intentar vivir con cierto nivel de balance. Comparto algunas:

• Escoja con criterio lo que ve y escucha. Hay gente con alta sensibilidad que se expone a programas que parece que los hacen a la entrada de la morgue. Pero hay otros donde el tono y el tratamiento de la noticia le permite estar informado sin el morbo añadido.  Casi todos los programas se almacenan en otras plataformas.  Puede ver el programa en una hora que no le vaya a afectar el sueño y su funcionamiento.
• Racione su tiempo en las redes. Igualmente, usted decide a quién sigue o no.  No haga más influyente a gente que no se lo merece, ni que aporta más que escándalos, controversias y ruido.  Hay infinitas cuentas que te llevan a la risa sana, al análisis sosegado, al asombro y a la tranquilidad. Es cuestión de gustos…y de paz interior.
• Entreténgase. He escucho gente que dice que como “no tiene nada que hacer”, pasa horas enganchado al celular o a la televisión perdiendo hasta la vista en el proceso.  Hay miles de formas de matar el tiempo y muchísimos cursos y talleres gratis.  Sáquele provecho a su internet.
• Aléjese de gente tóxica. Personas a quienes saludas y te responden con la sección de obituarios y te dan los detalles de un desmembramiento de un cadáver en Gran Canarias.  Ninguna mala noticia se le escapa y viven amargados, sin esperanzas y con expresión de pánico.  Huya como al diablo a la cruz. Ya tiene demasiadas cargas para llevar las ajenas.

Vivir con calidad, con alegría y con propósito es una decisión muy personal. Yo la tomé. Te invito a hacer lo mismo.

​ Revista, columnistas, Himilce A. Tejada, Santo Domingo, Noticias, Desintoxicación, Malas noticias Vivimos arropados por malas noticias. Tanta negatividad nos está afectando el ánimo, el humor y la alegría. Nos levantamos y nos acostamos arropados con situaciones, muchas veces ajenas, que nos impactan.Accidentes, atracos, desapariciones, intercambio de disparos, ahogamientos, huelgas, casos de corrupción, muertes violentas y violencia intrafamiliar entre otras noticias, sumado a una economía hogareña precaria, exacerba los ánimos. Cada vez hay menos espacio para la alegría, las buenas noticias y la exaltación de los buenos valores.  Aparentemente lo bueno no vende y todo se justifica con los “view”, los likes y los comentarios que se generan.Hay videos que se pasan de celular en celular que no respetan mínimamente la dignidad del afectado y hay gente que se lo goza. Amparados en la libertad de expresión, hemos saltado todas las reglas, incluso las legales que lo hacen cómplice en caso de que el afectado o su familia decidan emprender acciones legales. Te puede interesar El país de los imaginarios Me niego a ser parte de esa horda que se alimenta de la carroña de las malas noticias y de los encabezados manipulados y sin contexto.Conozco personas que luego de tirarse un noticiero tiene que tomarse un ansiolítico para poder dormir, temiendo despertarse a una realidad tan oscura. Le afecta el ánimo y eventualmente su salud física y mental.Mis consejosSin querer quitarle mérito, ni peso a los hechos que ocurren, podemos tomar medidas para desintoxicarnos e intentar vivir con cierto nivel de balance. Comparto algunas: Escoja con criterio lo que ve y escucha. Hay gente con alta sensibilidad que se expone a programas que parece que los hacen a la entrada de la morgue. Pero hay otros donde el tono y el tratamiento de la noticia le permite estar informado sin el morbo añadido.  Casi todos los programas se almacenan en otras plataformas.  Puede ver el programa en una hora que no le vaya a afectar el sueño y su funcionamiento. Racione su tiempo en las redes. Igualmente, usted decide a quién sigue o no.  No haga más influyente a gente que no se lo merece, ni que aporta más que escándalos, controversias y ruido.  Hay infinitas cuentas que te llevan a la risa sana, al análisis sosegado, al asombro y a la tranquilidad. Es cuestión de gustos…y de paz interior. Entreténgase. He escucho gente que dice que como “no tiene nada que hacer”, pasa horas enganchado al celular o a la televisión perdiendo hasta la vista en el proceso.  Hay miles de formas de matar el tiempo y muchísimos cursos y talleres gratis.  Sáquele provecho a su internet. Aléjese de gente tóxica. Personas a quienes saludas y te responden con la sección de obituarios y te dan los detalles de un desmembramiento de un cadáver en Gran Canarias.  Ninguna mala noticia se le escapa y viven amargados, sin esperanzas y con expresión de pánico.  Huya como al diablo a la cruz. Ya tiene demasiadas cargas para llevar las ajenas.Vivir con calidad, con alegría y con propósito es una decisión muy personal. Yo la tomé. Te invito a hacer lo mismo. Leer más Lecciones de la pelota