Los Cowboys protagonizaron una de sus remontadas más intensas de la temporada al superar un 21-0 frente a los Philadelphia Eagles. Sin embargo, mientras el equipo celebraba un cierre espectacular, el nombre del entrenador Brian Schottenheimer surgió a la conversación por varias decisiones que pusieron en riesgo la victoria.
Dallas llegaba con la obligación de ganar. La temporada no ha sido sencilla y, con un récord que los mantenía fuera de los puestos de postemporada, este duelo divisional era clave. Pero el arranque fue un desastre: errores, desconexión y dos decisiones del entrenador que hicieron arder las redes sociales.
Schottenheimer cometió dos fallas “imperdonables”, al menos eso es lo que señala un buen sector de aficionados a través de redes sociales. No retar un toque en un despeje que extendió la serie de los Eagles, y después ordenar un handoff a KeVontae Turpin, un receptor que casi no participa en jugadas terrestres y que terminó soltando el balón sin siquiera ser tocado, son algunas de las críticas que se le hicieron al head Coach.
Aunque el saldo no es del todo negativo (5-1-1) las sensaciones no son positivas para Schottenheimer y prueba de ello es que en redes sociales los seguidores de los Cowboys siguen pidiendo su destitución.
Por supuesto no todo es malo, pues a pesar del mal inicio, algo cambió en el vestidor durante el descanso. Schottenheimer relató que les preguntó directamente si creían en una remontada y recibió un “¡Sí!” unánime. A partir de ahí, Dallas mostró otra cara: más energía, más disciplina y la determinación que parecía perdida.
La segunda mitad fue un espectáculo: defensiva agresiva, ofensiva más equilibrada y un ritmo que desgastó por completo a Philadelphia. El equipo terminó por completar la remontada con un gol de campo en los últimos segundos, logrando un 24-21 que encendió el AT&T Stadium.
La victoria también tuvo un componente emocional importante. El equipo aún está procesando la muerte del joven defensivo Marshawn Kneeland, un golpe que ha unido al vestidor y ha influido en el ánimo de los jugadores.
Schottenheimer explicó que, antes de volver a competir, el equipo dedicó un día completo para reunirse, llorar, compartir y honrar su memoria. Para muchos jugadores, ese proceso fue clave para reenfocar su energía y transformar el dolor en motivación.
Durante este periodo difícil, los defensores fueron el corazón del equipo. Figuras como Osa Odighizuwa, Solomon Thomas y Jadeveon Clowney se convirtieron en apoyos clave dentro del vestidor, manteniendo la cohesión y el enfoque del grupo.
La remontada devuelve esperanza a una temporada que parecía perdida. Pero las críticas hacia Schottenheimer no desaparecerán pronto. El equipo enfrentará a Kansas City en Thanksgiving, y cualquier error volverá a poner el reflector sobre el entrenador. Lo que es seguro es que Dallas mostró carácter, resiliencia y unión. Y en una temporada marcada por la adversidad, eso podría marcar la diferencia.
