Ciencia y Tecnología
Cempasúchil: la “flor de los muertos” que está en peligro
El cambio climático amenaza la flor símbolo del Día de Muertos. Agricultores de Xochimilco enfrentan pérdidas de hasta el 50 % por lluvias y plagas. En tanto, los científicos buscan rescatar variedades más resistentes.
El cambio climático amenaza la flor símbolo del Día de Muertos. Agricultores de Xochimilco enfrentan pérdidas de hasta el 50 % por lluvias y plagas. En tanto, los científicos buscan rescatar variedades más resistentes.
En los canales y tierras de Xochimilco, a las afueras de Ciudad de México, se cultiva desde hace generaciones la flor cempasúchil (Tagetes erecta), que con sus brillantes pétalos anaranjados adorna altares, calles y cementerios cada año en el Día de Muertos.
Cada 1 y 2 de noviembre, esta flor se convierte en un símbolo de esta celebración. Según la tradición, la también llamada “flor de los muertos” conecta el mundo de los vivos con el de los muertos y sus pétalos brillantes guían a las almas hacia los altares de sus familias.
Por eso, Lucía Ortiz, de 50 años, y otros agricultores de la zona prepararon racimos de esta flor para vender en los mercados de todo México. Pero al mismo tiempo, se preguntan qué pasará con su trabajo en el futuro.
Exceso de lluvia ha dañado fuertemente la producción
Cada julio, los agricultores empiezan a sembrar y cultivar la planta a medida que la temporada de lluvias termina. Sin embargo, ellos afirman estar sufriendo por el incremento de las lluvias intensas, sequías largas, plagas y otros efectos del cambio climático.
Los fenómenos del clima están dañando fuertemente a las flores desde hace algunos años. El exceso de la lluvia trajo plagas, enfermedades y pudrió las raíces. Algunos agricultores locales aseguran haber perdido este año hasta la mitad de sus cultivos.
Aumenta la producción y la demanda
Según datos oficiales del Gobierno mexicano, las lluvias intensas destruyeron más de 37.000 hectáreas de cultivos en todo el país.
Paradójicamente, a pesar de que la producción de esta flor es cada vez más difícil, este 2025 se alcanzó un récord de 6 millones de plantas, ya que los agricultores lograron aumentar la producción para cubrir la demanda, informó la alcaldesa de la ciudad, Clara Brugada.
El factor económico de cempasúchil
Las flores también son clave para la economía de México. Se espera que los agricultores ganen casi 2,7 millones de dólares por su venta este año. No obstante, los agricultores hablan de pérdidas.
Ortiz y su familia, que llevan 30 años en el rubro, calculan que este año perdieron al menos el 30 % de su cosecha. La familia tuvo que gastar en insecticidas, fertilizantes y otras cosas para salvar sus plantas.
Las pequeñas ganancias se volvieron pérdidas, algo que ha provocado un problema en casa: “Si viera bien todas nuestras pérdidas, estaría muy desilusionada y hasta no querría seguir cultivando más. Solo estamos tratando de seguir adelante y que esto no se pierda”, afirma Ortiz.
Posibles opciones para poder subsistir
Científicos del Gobierno están buscando soluciones a largo plazo. La bióloga Clara Soto Cortés, jefa del banco de semillas Toxinachcal, conserva miles de variantes de plantas nativas, entre ellas 20 tipos de cempasúchil.
Según Soto Cortés, parte del problema es que los agricultores usan una semilla híbrida traída de EE. UU., que forma una planta más baja y uniforme, ideal para ser vendida en masa y en supermercados.
La semilla nativa es más resistente a los cambios del clima
Eso ha significado que se dejen de usar las variedades nativas, que son más altas, más coloridas, con texturas distintas y mayor diversidad genética, que las hace más resistente a los cambios del clima.
“Estas semillas nativas se han adaptado a diferentes geografías, en zonas altas y bajas, en zonas con mucha o poca lluvia, o donde deben resistir insectos”, explica Soto Cortés.
“Las semillas (híbridas) fueron creadas para otro fin. No tienen la diversidad genética para enfrentar el cambio climático”, agrega. La idea, apunta, es otorgar semillas de plantas nativas y más resistentes a los productores locales.
El objetivo de mantener una tradición antigua
Mientras tanto, los agricultores tratan de salir adelante. Dicen que las pérdidas también amenazan la tradición que sus familias han mantenido en los bordes de una ciudad de 23 millones de personas.
Las pérdidas de estas flores también amenazan la tradición familiar. Carlos Jiménez, otro productor de cempasúchil en Xochimilco, está pensando en construir invernaderos para aguantar la crisis.
“Las plantas se enferman, se pudren, y nuestro negocio se acaba. Y con eso se va nuestra tradición, porque es nuestra economía”, cuenta Jiménez.
“Esta planta tiene un significado profundo para nuestros seres queridos que ya no están. Son tradiciones que vienen de nuestros ancestros. No pueden desaparecer”, concluye.
Editado por Jose Urrejola, con información de AP, Sol de México y TV Azteca.
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