Ciencia y Tecnología
No vas a entender el meme 6-7 por un motivo: la generación Alpha ya está aquí
¿Te ha salido en redes alguien gritando “six-seveeeeen” con las manos en el aire y una sonrisa inexplicable? Tranquilo: no estás perdiendo la cabeza ni te has metido en el lado raro de TikTok (bueno, quizá un poco). Es el nuevo meme que arrasa entre la Generación Alfa, y se repite tantas veces que parece una invocación colectiva. Nadie sabe qué significa, y ahí está la gracia.
Pero aquí queremos saber su procedencia. Si seguimos el rastro nos lleva hasta diciembre de 2024, cuando el rapero Skrilla lanzó la canción “Doot Doot (6 7)”. Según The Wall Street Journal, el “6-7” del tema se refiere a la calle 67 de Filadelfia, donde crecieron muchos de sus amigos. Pero en cuestión de semanas, internet se apropió del número y lo despojó de cualquier contexto.
El siguiente protagonista fue Taylen Kinney, un base de 17 años de la liga Overtime Elite. En un vídeo con compañeros de equipo, Kinney calificaba una bebida de Starbucks diciendo: “Like a six… six… six-seven”, mientras movía las manos como pesando dos opciones. Aquella simple reacción —explica The New York Times— fue subida a TikTok, y en un mes ya era un símbolo cultural. Kinney ganó más de un millón de seguidores, lanzó su marca “Mr. 67” y hasta una línea de agua enlatada “6-7”.
12 añitos. Pero el estallido definitivo llegó con un niño de 12 años, Maverick Trevillian, apodado “el niño del 6-7”. En un torneo de baloncesto organizado por creadores de contenido, gritó la frase con tal entusiasmo que se convirtió en meme instantáneo. “Los niños dicen ‘6-7’ cada segundo de cada día”, admitió a The Washington Post, medio que lo entrevistó junto a sus padres.
A partir de ahí, el grito saltó de los teléfonos a la vida real: los profesores lo sufren, los padres lo prohíben, y hasta South Park dedicó un episodio al fenómeno.
¿Y qué significa? Si intentas buscar un significado oculto, deja de hacerlo: no lo tiene. “6-7 es un chiste sin punchline, una broma sin lógica”, explica CNN. Es la típica ocurrencia que se expande precisamente porque carece de sentido. “Nadie sabe lo que significa y eso es lo divertido”, decía un profesor estadounidense al mismo medio.
Para algunos, es una especie de lenguaje secreto generacional. Como señala la lingüista Gail Fairhurst, usar el meme es una forma de pertenencia: si sabes cuándo decirlo, estás dentro del grupo; si no, quedas fuera. Lo absurdo funciona como contraseña emocional. Euronews lo define de forma contundente: “No significa nada. Absolutamente nada”. Aunque algunos niños lo usen para calificar cosas (“el nuevo disco de Taylor Swift es un 6-7“), el consenso es que su valor está en su vacío. Es, como diría el propio Skrilla: “Una energía sin explicación”.
Y, claro, los adultos están desconcertados. “Los profesores evitan decir seis o siete en clase, es como lanzar catnip a los gatos”, bromeaba una docente texana en The Wall Street Journal.
Los memes Alpha: la evolución del absurdo. Cada generación tuvo su manera de confundir a los adultos. Los millennials inventamos el sarcasmo digital; la Generación Z abrazó la ironía nihilista de “Skibidi Toilet“. Pero la Generación Alpha ha ido más allá: su humor se define por la incomprensibilidad total.
El lingüista Salvatore Attardo, citado por The Washington Post, sostiene que “los mecanismos del humor no han cambiado desde Grecia; lo que ha cambiado es el formato”. Lo que antes eran novelas cómicas, ahora son vídeos de diez segundos o dos números gritados. Desde Euronews señalan que este sinsentido como una reacción al caos contemporáneo: en un mundo abrumador, gritar “6-7” es una forma de rebeldía alegre. No hay cinismo, ni mensaje político: solo la alegría de no tener que explicar nada.
Y, en cierto modo, eso encaja con el espíritu digital actual. Los memes se han convertido en “pegamento cultural” desde hace una década: del “Vamo a calmarno” al “Chill Guy”, cada uno refleja la psicología de su tiempo. Si el “Chill Guy” encarnaba la calma zen ante el burnout, “6-7” representa la entrega total al caos divertido.
Aunque no es la primera vez. En realidad, gritar números al azar tiene antecedentes ilustres. El Washington Post compara “6-7” con el enigmático “23 Skiddoo!”, una expresión que arrasó en Estados Unidos entre 1905 y 1906. Nadie sabía qué quería decir, pero todo el mundo la repetía. Más de un siglo después, el “Ok, Boomer” marcó otra frontera generacional: una forma sútil (o no tanto) de decir “no lo entenderías”.
La diferencia es que “6-7” no quiere decir nada sobre nada. Ni crítica, ni ironía, ni mensaje. Es un vacío compartido, una broma de comunidad. La Generación Alfa no inventó la moda de adoptar un número aleatorio como lema. Solo perfeccionó la idea de que el sinsentido puede unirnos.
Los adultos reaccionan (y matan el meme). Como siempre, los adultos llegaron tarde. The Guardian ya avisaba: “En cuanto los medios hablan de ello, el meme está muerto”. Algunos colegios estadounidenses han prohibido decir “6-7” en clase. Otros profesores, resignados, lo usan para neutralizarlo: “La mejor manera de matar un meme es que los adultos lo digan”, aseguró un lingüista.
Y mientras los analistas lo catalogan como ejemplo de “brain rot”, podemos hacer otra lectura diferente. Es un juego lingüístico, una forma de pertenencia tan inocente como decir “ola k ase” hace más diez años. En palabras del comediante Josh Pray: “Estoy intentando recuperar nuestros números antes de que cumpla 67 y me lo griten por la calle”.
Un legado del sinsentido. Tal vez dentro de unos meses “6-7” desaparezca, reemplazado por otro número (ya circulan los “41” y “93”, según Know Your Meme). Pero su breve reinado dice mucho sobre cómo se comunican los más jóvenes: en códigos fugaces, autorreferenciales y completamente impenetrables para los mayores.
Quizá ahí esté su mensaje oculto: que no hay mensaje. Que la Generación Alpha, criada entre algoritmos y crisis, se reserva el derecho de jugar con el lenguaje sin buscarle sentido. Y eso, en un mundo donde todo se analiza, se explica y se monetiza, puede ser un pequeño acto de libertad.
Así que la próxima vez que escuches a un grupo de niños gritar “¡6-7!” en inglés, no te alarmes. No están poseídos. Solo están recordándonos —con un humor que ya no entendemos— que el absurdo sigue siendo el idioma universal de internet.
Imagen | TikTok
Xataka | Chill Guy es el último meme viral porque esconde algo más profundo: es todo lo que aspiramos a ser
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La noticia
No vas a entender el meme 6-7 por un motivo: la generación Alpha ya está aquí
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alba Otero
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¿Te ha salido en redes alguien gritando “six-seveeeeen” con las manos en el aire y una sonrisa inexplicable? Tranquilo: no estás perdiendo la cabeza ni te has metido en el lado raro de TikTok (bueno, quizá un poco). Es el nuevo meme que arrasa entre la Generación Alfa, y se repite tantas veces que parece una invocación colectiva. Nadie sabe qué significa, y ahí está la gracia. Pero aquí queremos saber su procedencia. Si seguimos el rastro nos lleva hasta diciembre de 2024, cuando el rapero Skrilla lanzó la canción “Doot Doot (6 7)”. Según The Wall Street Journal, el “6-7” del tema se refiere a la calle 67 de Filadelfia, donde crecieron muchos de sus amigos. Pero en cuestión de semanas, internet se apropió del número y lo despojó de cualquier contexto.El siguiente protagonista fue Taylen Kinney, un base de 17 años de la liga Overtime Elite. En un vídeo con compañeros de equipo, Kinney calificaba una bebida de Starbucks diciendo: “Like a six… six… six-seven”, mientras movía las manos como pesando dos opciones. Aquella simple reacción —explica The New York Times— fue subida a TikTok, y en un mes ya era un símbolo cultural. Kinney ganó más de un millón de seguidores, lanzó su marca “Mr. 67” y hasta una línea de agua enlatada “6-7”.12 añitos. Pero el estallido definitivo llegó con un niño de 12 años, Maverick Trevillian, apodado “el niño del 6-7”. En un torneo de baloncesto organizado por creadores de contenido, gritó la frase con tal entusiasmo que se convirtió en meme instantáneo. “Los niños dicen ‘6-7’ cada segundo de cada día”, admitió a The Washington Post, medio que lo entrevistó junto a sus padres. A partir de ahí, el grito saltó de los teléfonos a la vida real: los profesores lo sufren, los padres lo prohíben, y hasta South Park dedicó un episodio al fenómeno.
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¿Y qué significa? Si intentas buscar un significado oculto, deja de hacerlo: no lo tiene. “6-7 es un chiste sin punchline, una broma sin lógica”, explica CNN. Es la típica ocurrencia que se expande precisamente porque carece de sentido. “Nadie sabe lo que significa y eso es lo divertido”, decía un profesor estadounidense al mismo medio. Para algunos, es una especie de lenguaje secreto generacional. Como señala la lingüista Gail Fairhurst, usar el meme es una forma de pertenencia: si sabes cuándo decirlo, estás dentro del grupo; si no, quedas fuera. Lo absurdo funciona como contraseña emocional. Euronews lo define de forma contundente: “No significa nada. Absolutamente nada”. Aunque algunos niños lo usen para calificar cosas (“el nuevo disco de Taylor Swift es un 6-7”), el consenso es que su valor está en su vacío. Es, como diría el propio Skrilla: “Una energía sin explicación”.Y, claro, los adultos están desconcertados. “Los profesores evitan decir seis o siete en clase, es como lanzar catnip a los gatos”, bromeaba una docente texana en The Wall Street Journal. Los memes Alpha: la evolución del absurdo. Cada generación tuvo su manera de confundir a los adultos. Los millennials inventamos el sarcasmo digital; la Generación Z abrazó la ironía nihilista de “Skibidi Toilet”. Pero la Generación Alpha ha ido más allá: su humor se define por la incomprensibilidad total.El lingüista Salvatore Attardo, citado por The Washington Post, sostiene que “los mecanismos del humor no han cambiado desde Grecia; lo que ha cambiado es el formato”. Lo que antes eran novelas cómicas, ahora son vídeos de diez segundos o dos números gritados. Desde Euronews señalan que este sinsentido como una reacción al caos contemporáneo: en un mundo abrumador, gritar “6-7” es una forma de rebeldía alegre. No hay cinismo, ni mensaje político: solo la alegría de no tener que explicar nada.Y, en cierto modo, eso encaja con el espíritu digital actual. Los memes se han convertido en “pegamento cultural” desde hace una década: del “Vamo a calmarno” al “Chill Guy”, cada uno refleja la psicología de su tiempo. Si el “Chill Guy” encarnaba la calma zen ante el burnout, “6-7” representa la entrega total al caos divertido.Aunque no es la primera vez. En realidad, gritar números al azar tiene antecedentes ilustres. El Washington Post compara “6-7” con el enigmático “23 Skiddoo!”, una expresión que arrasó en Estados Unidos entre 1905 y 1906. Nadie sabía qué quería decir, pero todo el mundo la repetía. Más de un siglo después, el “Ok, Boomer” marcó otra frontera generacional: una forma sútil (o no tanto) de decir “no lo entenderías”.La diferencia es que “6-7” no quiere decir nada sobre nada. Ni crítica, ni ironía, ni mensaje. Es un vacío compartido, una broma de comunidad. La Generación Alfa no inventó la moda de adoptar un número aleatorio como lema. Solo perfeccionó la idea de que el sinsentido puede unirnos.Los adultos reaccionan (y matan el meme). Como siempre, los adultos llegaron tarde. The Guardian ya avisaba: “En cuanto los medios hablan de ello, el meme está muerto”. Algunos colegios estadounidenses han prohibido decir “6-7” en clase. Otros profesores, resignados, lo usan para neutralizarlo: “La mejor manera de matar un meme es que los adultos lo digan”, aseguró un lingüista. Y mientras los analistas lo catalogan como ejemplo de “brain rot”, podemos hacer otra lectura diferente. Es un juego lingüístico, una forma de pertenencia tan inocente como decir “ola k ase” hace más diez años. En palabras del comediante Josh Pray: “Estoy intentando recuperar nuestros números antes de que cumpla 67 y me lo griten por la calle”.
Un legado del sinsentido. Tal vez dentro de unos meses “6-7” desaparezca, reemplazado por otro número (ya circulan los “41” y “93”, según Know Your Meme). Pero su breve reinado dice mucho sobre cómo se comunican los más jóvenes: en códigos fugaces, autorreferenciales y completamente impenetrables para los mayores.Quizá ahí esté su mensaje oculto: que no hay mensaje. Que la Generación Alpha, criada entre algoritmos y crisis, se reserva el derecho de jugar con el lenguaje sin buscarle sentido. Y eso, en un mundo donde todo se analiza, se explica y se monetiza, puede ser un pequeño acto de libertad.Así que la próxima vez que escuches a un grupo de niños gritar “¡6-7!” en inglés, no te alarmes. No están poseídos. Solo están recordándonos —con un humor que ya no entendemos— que el absurdo sigue siendo el idioma universal de internet.Imagen | TikTokXataka | Chill Guy es el último meme viral porque esconde algo más profundo: es todo lo que aspiramos a ser
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fue publicada originalmente en
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por
Alba Otero
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