Ciencia y Tecnología
La estética religiosa de Rosalía en su nuevo disco no es casual: cada vez más artistas españoles miran a lo católico

No podemos analizar a fondo las implicaciones religiosas de un disco que aún no ha salido. Pero sí que podemos poner sobre la mesa una cuestión incontestable: estéticamente, y muy posiblemente también en lo temático, Rosalía ha dado un volantazo hacia la iconografía católica. Es un elemento al que no es en absoluto ajena desde anteriores trabajos, pero ‘Lux’ parece incidir más profundamente en ello. Vamos a ver qué puede significar y, sobre todo, por qué no es tanto un capricho de la artista o una maniobra de marketing como un nadar en una corriente muy favorable en estos momentos: la reivindicación moderna y juvenil de la fe mayoritaria en España.
Rosalía la pía. Poco a poco, Rosalía está deslizando elementos de iconografía católica en este nuevo disco más allá del enigmático título, también de claro componente espiritual. La hemos visto mordiendo un rosario en presencia de una orquesta que estaba interpretando, quizás, su famosa partitura ‘Berhghain’. En la portada del disco aparece con una especie de hábito elástico blanco, como el de las cistercienses o las dominicas, pero con los brazos bajo la tela (algo que no apunta a una camisa de fuerza, como se ha dicho, sino a la tendencia de las esculturas veladas del siglo XIX). Eso es todo, aunque los fans ya están encontrando paralelismos en los sitios más diversos.
Bueno, casi todo: en la galleta del CD podemos encontrar una referencia a la filósofa y activista Simone Weil, la cita “El amor no es consuelo, es luz”. La vertiente espiritual de Weil constituye el núcleo de su pensamiento existencial, caracterizado por una búsqueda incesante de la verdad, la compasión universal y la unión con lo divino fuera de dogmas religiosos. Para ella, el trabajo, el sufrimiento y la atención constituían formas de oración y de conocimiento de Dios.
Pero eso no es todo. De momento, se está acusando a Rosalía de usar la religión como herramienta publicitaria, pero lo cierto es que la iconografía católica siempre ha hecho pequeñas apariciones en el apartado visual de sus creaciones. Su debut ‘Los Ángeles’, aparte del título, estaba lleno de referencias a los rituales religiosos en torno a la muerte. ‘El mal querer‘ era una obra temática que abundaba en referencias litúrgicas, y tenía en portada la imagen de Rosalía caracterizada como una Virgen católica. Hay referencias constantes a la religión en coros, salmos u oraciones en las letras, versiones de clásicos de la poesía sacra como el ‘Aunque es de noche‘ a partir de San Juan de la Cruz y guiños visuales como el famoso nazareno en patinete del videoclip de ‘Malamente‘.
Y observadores como el periodista Carlos Primo han visto más: por ejemplo, su colaboración con Bernat Vivancos para su aparición en la ceremonia de los Goya versioneando a Los Chunguitos con un coro. Vivancos no solo ha dirigido el coro litúrgico de la Escolanía de Montserrat, sino que lanzó un disco, ‘Blanc’, de contenido sacro.
No es la primera. Sea una maniobra estética o de marketing o proceda de un genuino sentir personal (desde luego, en las primeras entrevistas lo está dando todo en términos de entrega espiritual), no es la primera (como decía Noel Ceballos, toda artista pop está abocada a una Catholic Era). Hay quien vuelve la vista incluso a los ochenta y a Madonna, que con su ‘Like a Prayer’ soliviantó a los católicos de medio mundo, aunque las temáticas religiosas en su disco venían tanto de una convicción personal como de un calculado giro en su carrera para alejarse de una imagen frívola. También Lady Gaga llevó a cabo una transformación similar en los últimos años, aunque aquí sí obedecía más a una experimentación con las estéticas religiosas.
Hay crítica. Algunas de las críticas más viscerales que está recibiendo en ese sentido proceden de creadores de contenido de ideología progresista como flacabangbang, que relacionan los hábitos de monja con una ola conservadora que también ha llegado a las artistas pop. Se trata de un giro que ya había sido apuntado cuando Rosalía dejó atrás la sobreproducción de las pestañas kilométricas y las uñas de gamba y abrazó el nuncore, el neopuritanismo estético y el celibato voluntario, como ha declarado en entrevistas recientes. Un giro que periodistas como Noemí López Trujillo han leído más como un acercamiento a corrientes de pensamiento mayoritarias que critican a artistas como Sabrina Carpenter por mostrarse excesivamente descocadas y promiscuas.
Esta es la juventud del Papa. Es decir, Rosalía forma parte de una tendencia actual de interés por la fe católica como fondo narrativo y simbólico. No se trata tanto de un retorno devocional como de una aproximación artística y emocional a la experiencia religiosa, usada para explorar identidades, heridas familiares o búsquedas de sentido. Los ejemplos más llamativos y mediáticos de esta tendencia son Los Javis y Alauda Ruiz de Azúa (aparte de los creadores que ya hacen creación abiertamente propagandística, como Hakuna y Effetá, y de cuyo interés casi masivo entre un amplio sector de jóvenes españoles ya hemos hablado), pero no son los únicos.
A la fama por lo católico. Desde ‘La llamada’ en 2017, Los Javis incorporan a muchas de sus obras la simbología católica pasada por un filtro pop (monjas, apariciones divinas, oraciones, cánticos). En ‘La mesías‘ lo exploraron desde un giro más oscuro, pero aún así sin perder la espiritualidad, que se ve también como un alivio terapeutico para quienes buscan ser reconfortados. Por otra parte, Alauda Ruiz de Azúa, con ‘Los domingos’ (reciente Concha de Oro en San Sebastián) propone un relato inusual en el cine español: el de una adolescente que quiere ser monja de clausura. Lejos de ironizar sobre la fe, la directora retrata la vocación religiosa desde el respeto, permitiendo que los personajes con fe hablen en sus propios términos, con un tono austero y contemplativo.
No son los únicos. Múltiples artistas españoles han entrado en el tema de la fe católica y su impacto en la sociedad española, absolutamente inescapable después de cuarenta años de dictadura e imposición. Entre los jóvenes que, igual que están redescubriendo los toros redescubren los iconos católicos, podríamos destacar a Pilar Palomero (en ‘La maternal’ introduce imaginería religiosa para hablar del sacrificio y la redención femenina) o Carla Simón (en ‘Alcarràs’ muestra el catolicismo rural como tejido emocional en crisis, con rezos, misas y procesiones). No son los únicos medios en los que se está percibiendo: también en literatura han destacado autores como David Aliaga, Ernesto Artillo o Juan Gallego Benot. Un espléndido caldo de cultivo para que Rosalía termine de hacerlo eclosionar.
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La estética religiosa de Rosalía en su nuevo disco no es casual: cada vez más artistas españoles miran a lo católico
fue publicada originalmente en
Xataka
por
John Tones
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No podemos analizar a fondo las implicaciones religiosas de un disco que aún no ha salido. Pero sí que podemos poner sobre la mesa una cuestión incontestable: estéticamente, y muy posiblemente también en lo temático, Rosalía ha dado un volantazo hacia la iconografía católica. Es un elemento al que no es en absoluto ajena desde anteriores trabajos, pero ‘Lux’ parece incidir más profundamente en ello. Vamos a ver qué puede significar y, sobre todo, por qué no es tanto un capricho de la artista o una maniobra de marketing como un nadar en una corriente muy favorable en estos momentos: la reivindicación moderna y juvenil de la fe mayoritaria en España.Rosalía la pía. Poco a poco, Rosalía está deslizando elementos de iconografía católica en este nuevo disco más allá del enigmático título, también de claro componente espiritual. La hemos visto mordiendo un rosario en presencia de una orquesta que estaba interpretando, quizás, su famosa partitura ‘Berhghain’. En la portada del disco aparece con una especie de hábito elástico blanco, como el de las cistercienses o las dominicas, pero con los brazos bajo la tela (algo que no apunta a una camisa de fuerza, como se ha dicho, sino a la tendencia de las esculturas veladas del siglo XIX). Eso es todo, aunque los fans ya están encontrando paralelismos en los sitios más diversos.Bueno, casi todo: en la galleta del CD podemos encontrar una referencia a la filósofa y activista Simone Weil, la cita “El amor no es consuelo, es luz”. La vertiente espiritual de Weil constituye el núcleo de su pensamiento existencial, caracterizado por una búsqueda incesante de la verdad, la compasión universal y la unión con lo divino fuera de dogmas religiosos. Para ella, el trabajo, el sufrimiento y la atención constituían formas de oración y de conocimiento de Dios.
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Rosalía es nuestra artista más internacional no por la calidad de su música, sino por su habilidad para dosificar el marketing
Pero eso no es todo. De momento, se está acusando a Rosalía de usar la religión como herramienta publicitaria, pero lo cierto es que la iconografía católica siempre ha hecho pequeñas apariciones en el apartado visual de sus creaciones. Su debut ‘Los Ángeles’, aparte del título, estaba lleno de referencias a los rituales religiosos en torno a la muerte. ‘El mal querer’ era una obra temática que abundaba en referencias litúrgicas, y tenía en portada la imagen de Rosalía caracterizada como una Virgen católica. Hay referencias constantes a la religión en coros, salmos u oraciones en las letras, versiones de clásicos de la poesía sacra como el ‘Aunque es de noche’ a partir de San Juan de la Cruz y guiños visuales como el famoso nazareno en patinete del videoclip de ‘Malamente’.Y observadores como el periodista Carlos Primo han visto más: por ejemplo, su colaboración con Bernat Vivancos para su aparición en la ceremonia de los Goya versioneando a Los Chunguitos con un coro. Vivancos no solo ha dirigido el coro litúrgico de la Escolanía de Montserrat, sino que lanzó un disco, ‘Blanc’, de contenido sacro. No es la primera. Sea una maniobra estética o de marketing o proceda de un genuino sentir personal (desde luego, en las primeras entrevistas lo está dando todo en términos de entrega espiritual), no es la primera (como decía Noel Ceballos, toda artista pop está abocada a una Catholic Era). Hay quien vuelve la vista incluso a los ochenta y a Madonna, que con su ‘Like a Prayer’ soliviantó a los católicos de medio mundo, aunque las temáticas religiosas en su disco venían tanto de una convicción personal como de un calculado giro en su carrera para alejarse de una imagen frívola. También Lady Gaga llevó a cabo una transformación similar en los últimos años, aunque aquí sí obedecía más a una experimentación con las estéticas religiosas.
Hay crítica. Algunas de las críticas más viscerales que está recibiendo en ese sentido proceden de creadores de contenido de ideología progresista como flacabangbang, que relacionan los hábitos de monja con una ola conservadora que también ha llegado a las artistas pop. Se trata de un giro que ya había sido apuntado cuando Rosalía dejó atrás la sobreproducción de las pestañas kilométricas y las uñas de gamba y abrazó el nuncore, el neopuritanismo estético y el celibato voluntario, como ha declarado en entrevistas recientes. Un giro que periodistas como Noemí López Trujillo han leído más como un acercamiento a corrientes de pensamiento mayoritarias que critican a artistas como Sabrina Carpenter por mostrarse excesivamente descocadas y promiscuas.
Esta es la juventud del Papa. Es decir, Rosalía forma parte de una tendencia actual de interés por la fe católica como fondo narrativo y simbólico. No se trata tanto de un retorno devocional como de una aproximación artística y emocional a la experiencia religiosa, usada para explorar identidades, heridas familiares o búsquedas de sentido. Los ejemplos más llamativos y mediáticos de esta tendencia son Los Javis y Alauda Ruiz de Azúa (aparte de los creadores que ya hacen creación abiertamente propagandística, como Hakuna y Effetá, y de cuyo interés casi masivo entre un amplio sector de jóvenes españoles ya hemos hablado), pero no son los únicos.
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La revolución de Rosalía con su partitura no es un caso aislado: los artistas pop han convertido el suspense en el mejor marketing
A la fama por lo católico. Desde ‘La llamada’ en 2017, Los Javis incorporan a muchas de sus obras la simbología católica pasada por un filtro pop (monjas, apariciones divinas, oraciones, cánticos). En ‘La mesías’ lo exploraron desde un giro más oscuro, pero aún así sin perder la espiritualidad, que se ve también como un alivio terapeutico para quienes buscan ser reconfortados. Por otra parte, Alauda Ruiz de Azúa, con ‘Los domingos’ (reciente Concha de Oro en San Sebastián) propone un relato inusual en el cine español: el de una adolescente que quiere ser monja de clausura. Lejos de ironizar sobre la fe, la directora retrata la vocación religiosa desde el respeto, permitiendo que los personajes con fe hablen en sus propios términos, con un tono austero y contemplativo.No son los únicos. Múltiples artistas españoles han entrado en el tema de la fe católica y su impacto en la sociedad española, absolutamente inescapable después de cuarenta años de dictadura e imposición. Entre los jóvenes que, igual que están redescubriendo los toros redescubren los iconos católicos, podríamos destacar a Pilar Palomero (en ‘La maternal’ introduce imaginería religiosa para hablar del sacrificio y la redención femenina) o Carla Simón (en ‘Alcarràs’ muestra el catolicismo rural como tejido emocional en crisis, con rezos, misas y procesiones). No son los únicos medios en los que se está percibiendo: también en literatura han destacado autores como David Aliaga, Ernesto Artillo o Juan Gallego Benot. Un espléndido caldo de cultivo para que Rosalía termine de hacerlo eclosionar.En Xataka | La Iglesia Católica cambió la psicología de Europa. Sin quererlo, provocó una era de innovación tecnológica
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Xataka
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John Tones
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