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China no solo ha construido el puente más alto del mundo: lo ha convertido en un show turístico

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China no solo ha construido el puente más alto del mundo: lo ha convertido en un show turístico

El pasado 28 de septiembre, China sumó una nueva megaconstrucción a su cada vez más inabarcable lista. Tras menos de cuatro años de obra, el Puente del Gran Cañón de Huajiang se convirtió en el puente más alto del mundo. Es un argumento de peso para que el proyecto capte atención a nivel mundial, pero más allá de sus récords de ingeniería, el puente se ha convertido en un ejemplo por otros motivos: su ambición turística.

Cuenta con una cascada de fantasía y un restaurante en la cima de una de sus columnas.

Otra megaestructura en Guizhou. Las obras comenzaron en enero de 2022. Lejos de ser un capricho, un puente de estas características en una región como la de Guizhou es imprescindible si se quiere cumplir el objetivo del país de interconectar lo mejor posible todos los rincones. Aproximadamente el 90% de Guizhou son montañas y gargantas, lo que hace que un viaje que podría llevar minutos se vaya a horas. Es por eso que la zona sea conocida como el “museo de los puentes” debido tanto a su número como a la complejidad de los mismos.

En el caso del Puente del Gran Cañón de Huajiang, estamos hablando de una construcción con una longitud de 2.890 metros, un tramo principal de 1.420 metros (entre las torres) que está a 625 metros sobre el río Beipan. Las torres se elevan hasta los 776 metros y el conjunto es lo que destronó al puente Duge sobre el mismo río Beipan como el más alto del mundo.

Equilibrio entre inversión y retorno. Justo antes de su inauguración, las autoridades probaron su resistencia haciendo que casi 100 camiones transitaran a la vez por el vano durante cinco días. Un total de 3.000 toneladas que los enormes cables, los 439.000 m³ de hormigón y 49.000 toneladas de acero pasaron sin problema. Se estima que el puente ha costado unos 280 millones de dólares y permite pasar en un par de minutos al otro lado de la montaña, algo para lo que antes se tenía que invertir más de una hora.

La duda era hasta qué punto China recuperaría la inversión con esta megaconstrucción que no deja de unir áreas rurales. Sí, el país quiere crear una serie de arterias para fomentar el comercio y turismo, pero recuperar el dinero era algo que estaba en el aire. Pero, precisamente, la clave puede estar en el turismo no de un lado a otro del puente: sino convirtiendo la estructura en protagonista.

Café interestelar. Casi literalmente. Ubicado en una de las torres, y a 775 metros de altura, tenemos el ‘Interestellar Coffee’. Se trata de un restaurante en la que tomar algo mientras se disfruta de una vista privilegiada. El propio viaje hasta el café debe ser impresionante gracias a un ascensor panorámico que asciende a 207 metros a una velocidad de cuatro metros por segundo para llegar en menos de un minuto. Sólo por su ubicación, ya tiene el interés de ser uno de los restaurantes a más altura del mundo.

De turisteo al puente. Pero no sólo han construido el puente con esa parada técnica para el café en mente: lo han querido convertir en un destino turístico por méritos propios. Para empezar, tiene una cascada que puede ‘disparar’ agua al río formando diferentes patrones, pero también es un destino para quienes quieran hacer senderismo a 625 metros con un suelo de cristal o para quien quiera practicar algo más extremo.

En este vídeo de ‘El paseo de Kai’ podemos ver diferentes actividades en el puente:

2×1. Es una forma de aprovechar esta altura excepcional para algo más que para conectar dos puntos y lo cierto es que no es nada nuevo. Puentes como el de Balinghe o el de Pingtang ya superaron ese concepto tradicional de “puente como mero facilitador de paso” para convertirse en destinos turísticos.

Es algo que también hemos visto en construcciones como la presa de las Tres Gargantas que no sólo puede mover el eje de rotación de la Tierra, sino que cuenta con un museo que documenta la construcción, un ejemplo de funcionamiento de la propia presa y múltiples puntos de observación

Por tanto, el nuevo puente más alto del mundo no es sólo un logro en ingeniería civil, sino una innovación en ese desarrollo turístico integrado que puede ser el que ayude a recuperar lo invertido en la infraestructura.

Imágenes | Departamento Provincial de Cultura y Turismo de Guizhou


La noticia

China no solo ha construido el puente más alto del mundo: lo ha convertido en un show turístico

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alejandro Alcolea

.

​El pasado 28 de septiembre, China sumó una nueva megaconstrucción a su cada vez más inabarcable lista. Tras menos de cuatro años de obra, el Puente del Gran Cañón de Huajiang se convirtió en el puente más alto del mundo. Es un argumento de peso para que el proyecto capte atención a nivel mundial, pero más allá de sus récords de ingeniería, el puente se ha convertido en un ejemplo por otros motivos: su ambición turística.Cuenta con una cascada de fantasía y un restaurante en la cima de una de sus columnas.Otra megaestructura en Guizhou. Las obras comenzaron en enero de 2022. Lejos de ser un capricho, un puente de estas características en una región como la de Guizhou es imprescindible si se quiere cumplir el objetivo del país de interconectar lo mejor posible todos los rincones. Aproximadamente el 90% de Guizhou son montañas y gargantas, lo que hace que un viaje que podría llevar minutos se vaya a horas. Es por eso que la zona sea conocida como el “museo de los puentes” debido tanto a su número como a la complejidad de los mismos.En el caso del Puente del Gran Cañón de Huajiang, estamos hablando de una construcción con una longitud de 2.890 metros, un tramo principal de 1.420 metros (entre las torres) que está a 625 metros sobre el río Beipan. Las torres se elevan hasta los 776 metros y el conjunto es lo que destronó al puente Duge sobre el mismo río Beipan como el más alto del mundo.

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Equilibrio entre inversión y retorno. Justo antes de su inauguración, las autoridades probaron su resistencia haciendo que casi 100 camiones transitaran a la vez por el vano durante cinco días. Un total de 3.000 toneladas que los enormes cables, los 439.000 m³ de hormigón y 49.000 toneladas de acero pasaron sin problema. Se estima que el puente ha costado unos 280 millones de dólares y permite pasar en un par de minutos al otro lado de la montaña, algo para lo que antes se tenía que invertir más de una hora.La duda era hasta qué punto China recuperaría la inversión con esta megaconstrucción que no deja de unir áreas rurales. Sí, el país quiere crear una serie de arterias para fomentar el comercio y turismo, pero recuperar el dinero era algo que estaba en el aire. Pero, precisamente, la clave puede estar en el turismo no de un lado a otro del puente: sino convirtiendo la estructura en protagonista.

Café interestelar. Casi literalmente. Ubicado en una de las torres, y a 775 metros de altura, tenemos el ‘Interestellar Coffee’. Se trata de un restaurante en la que tomar algo mientras se disfruta de una vista privilegiada. El propio viaje hasta el café debe ser impresionante gracias a un ascensor panorámico que asciende a 207 metros a una velocidad de cuatro metros por segundo para llegar en menos de un minuto. Sólo por su ubicación, ya tiene el interés de ser uno de los restaurantes a más altura del mundo.De turisteo al puente. Pero no sólo han construido el puente con esa parada técnica para el café en mente: lo han querido convertir en un destino turístico por méritos propios. Para empezar, tiene una cascada que puede ‘disparar’ agua al río formando diferentes patrones, pero también es un destino para quienes quieran hacer senderismo a 625 metros con un suelo de cristal o para quien quiera practicar algo más extremo.En este vídeo de ‘El paseo de Kai’ podemos ver diferentes actividades en el puente:

2×1. Es una forma de aprovechar esta altura excepcional para algo más que para conectar dos puntos y lo cierto es que no es nada nuevo. Puentes como el de Balinghe o el de Pingtang ya superaron ese concepto tradicional de “puente como mero facilitador de paso” para convertirse en destinos turísticos.

Es algo que también hemos visto en construcciones como la presa de las Tres Gargantas que no sólo puede mover el eje de rotación de la Tierra, sino que cuenta con un museo que documenta la construcción, un ejemplo de funcionamiento de la propia presa y múltiples puntos de observación. 

Por tanto, el nuevo puente más alto del mundo no es sólo un logro en ingeniería civil, sino una innovación en ese desarrollo turístico integrado que puede ser el que ayude a recuperar lo invertido en la infraestructura.

Imágenes | Departamento Provincial de Cultura y Turismo de Guizhou

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