La temporada 2025 de Grandes Ligas está llegando a su fin y el debate por el AL MVP se encuentra en su punto más candente. Tanto Aaron Judge, con los Yankees como Cal Raleigh con los Mariners han tenido una temporada tan destacada que ambos serían merecedores de este premio. Pero como suele ocurrir en el deporte, solo habrá un número 1.
La comparación resulta especialmente difícil, pues ambos jugadores han firmado campañas históricas, pero con estilos muy distintos, dado que mientras Judge destaca por su consistencia y dominio estadístico, Raleigh ha irrumpido con un poder descomunal que lo coloca en un lugar único en la historia del béisbol.
Aaron Judge es un ejemplo de consistencia. El jardinero de los Yankees ha sido, por años, sinónimo de excelencia en la Liga Americana. En 2025, volvió a demostrar por qué es considerado uno de los mejores bateadores del mundo.
Su OPS se ubica entre los más altos de toda la MLB, y su WAR lidera la liga, una métrica que refleja de manera integral su impacto en el campo.
Resulta especialmente difícil negarle el premio a un jugador que posee el mejor promedio de bateo, el mejor porcentaje de embasarse, el mejor slugging, el mejor OPS y que, por si lo anteriormente mencionado, también lidera la liga en WAR.
Además, Judge ha sido el pilar ofensivo que mantiene a los Yankees en la pelea por los playoffs, consolidando su reputación como líder dentro y fuera del diamante.
Si Judge representa la consistencia, Cal Raleigh encarna la sorpresa y la historia. El receptor de losMariners se convirtió en el primer catcher en conectar 60 cuadrangulares en una temporada, un logro que pocos imaginaban posible en una posición tan exigente físicamente.
Consguir 60 jonrones siendo catcher son cifras dignas de un MVP, no hay más.
Cal Raleigh no solo ha impulsado a la ofensiva de Seattle, sino que también ha brillado con su trabajo defensivo. Con más de 120 aperturas detrás del plato, ha guiado a la rotación de los Mariners mientras lidia con la dureza que implica su rol.
Ese balance entre poder ofensivo e impacto defensivo lo convierte en un candidato legítimo y, para muchos, favorito sentimental al MVP.
Es por ello que el dilema para los votantes se reduce a una sola pregunta ¿consistencia o sorpresa?