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Ciencia y Tecnología

Llevamos siglos queriendo ver cómo las enfermedades se movían en tiempo real. Los primeros pasos se están dando Valencia

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Llevamos siglos queriendo ver cómo las enfermedades se movían en tiempo real. Los primeros pasos se están dando Valencia

La epidemiología es una ciencia con delay. Lo sabemos bien, lo aprendimos de la peor manera: desde que un patógeno empieza a moverse por una región hasta que recopilamos, analizamos e interpretamos los datos que nos permiten decir que una epidemia es incipiente, pasan semanas. Unas semanas que sería vitales para introducir medidas capaces de reducir su impacto y salvar muchas vidas.

Lo que pasa es que, hasta ahora, eso ha sido una quimera: las bacterias y los virus en suspensión son invisibles. Aunque hay iniciativas como analizar las aguas fecales, la idea de ver cómo los patógenos se mueven por el mundo parece casi ciencia ficción.

Una ciencia ficción cada vez más cercana, eso sí. 

Una idea curiosa. Ahora, un equipo conjunto de la Universitat de València (UV) y la Universitat Politècnica de València (UPV) han desarrollado el primer ejemplo de un biosensor capaz de detectar cambios en el aire de forma rápida, sencilla y barata. La pequeña antena funciona sin reactivos adicionales, ni pruebas de laboratorios: solo pequeños circuitos eléctricos. Eso es lo interesante. 

Los investigadores valencianos han probado el concepto con el virus M13, un microorganismo muy conocido, pero los resultados son prometedores y extrapolables a cualquier otro patógeno de transmisión aérea.

Los dos factores clave. Según explicaba David Giménez (profesor del departamento de Química-Física de la UV) en Levante, son “su precio” que “facilita su escalabilidad y su integración en sistemas de alerta temprana, tanto en smart buildings como en dispositivos weareables” y su “inmediatez” porque “al no necesitar reactivos adicionales, este método permite detectar al instante la presencia de patógenos en tiempo real, evitando largos procesos de muestreo y análisis en laboratorio”.

¿Y ahora qué? Ahora mucho trabajo por hacer. Es cierto que una red de este tipo de sensores que fueran capaces de monitorizar en tiempo real el aire de estaciones de tren, vagones, colegios, centros comerciales o puestos de trabajo nos daría una información vital. El problema es que, claro, aún queda mucho para llegar a ese punto. 

Quizás más de lo que quisiéramos. No hay que olvidar que, entre 1980 y 2010, el número anual de brotes de enfermedades infecciosas se triplicó en todo el mundo y las enfermedades causantes casi se doblaron. Además, ninguna de las “emergencias de salud pública de importancia internacional” (con la matizable excepción del COVID-19) que hemos sufrido desde 2007 fue provocada por un agente infeccioso nuevo y desconocido. 

Vivimos en la “época de las pandemias” y todo hace pensar que no estamos preparados para ello. Eso sí, la buena noticia es que, pese al incremento del número total de brotes, “las mejoras globales en prevención, detección temprana, control y tratamiento son cada vez más efectivas”.

Y esto de Valencia es un buen ejemplo de ello. O más nos vale porque tenemos el enemigo a las puertas.

Imagen | Jon Tyson

Imagen | La ‘Era de las Epidemias’ ya ha comenzado: ¿Estamos preparados para enfrentarnos a ellas?


La noticia

Llevamos siglos queriendo ver cómo las enfermedades se movían en tiempo real. Los primeros pasos se están dando Valencia

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Jiménez

.

​La epidemiología es una ciencia con delay. Lo sabemos bien, lo aprendimos de la peor manera: desde que un patógeno empieza a moverse por una región hasta que recopilamos, analizamos e interpretamos los datos que nos permiten decir que una epidemia es incipiente, pasan semanas. Unas semanas que sería vitales para introducir medidas capaces de reducir su impacto y salvar muchas vidas.

Lo que pasa es que, hasta ahora, eso ha sido una quimera: las bacterias y los virus en suspensión son invisibles. Aunque hay iniciativas como analizar las aguas fecales, la idea de ver cómo los patógenos se mueven por el mundo parece casi ciencia ficción.

Una ciencia ficción cada vez más cercana, eso sí. 

En Xataka

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Una idea curiosa. Ahora, un equipo conjunto de la Universitat de València (UV) y la Universitat Politècnica de València (UPV) han desarrollado el primer ejemplo de un biosensor capaz de detectar cambios en el aire de forma rápida, sencilla y barata. La pequeña antena funciona sin reactivos adicionales, ni pruebas de laboratorios: solo pequeños circuitos eléctricos. Eso es lo interesante. Los investigadores valencianos han probado el concepto con el virus M13, un microorganismo muy conocido, pero los resultados son prometedores y extrapolables a cualquier otro patógeno de transmisión aérea.Los dos factores clave. Según explicaba David Giménez (profesor del departamento de Química-Física de la UV) en Levante, son “su precio” que “facilita su escalabilidad y su integración en sistemas de alerta temprana, tanto en smart buildings como en dispositivos weareables” y su “inmediatez” porque “al no necesitar reactivos adicionales, este método permite detectar al instante la presencia de patógenos en tiempo real, evitando largos procesos de muestreo y análisis en laboratorio”.

¿Y ahora qué? Ahora mucho trabajo por hacer. Es cierto que una red de este tipo de sensores que fueran capaces de monitorizar en tiempo real el aire de estaciones de tren, vagones, colegios, centros comerciales o puestos de trabajo nos daría una información vital. El problema es que, claro, aún queda mucho para llegar a ese punto. Quizás más de lo que quisiéramos. No hay que olvidar que, entre 1980 y 2010, el número anual de brotes de enfermedades infecciosas se triplicó en todo el mundo y las enfermedades causantes casi se doblaron. Además, ninguna de las “emergencias de salud pública de importancia internacional” (con la matizable excepción del COVID-19) que hemos sufrido desde 2007 fue provocada por un agente infeccioso nuevo y desconocido. Vivimos en la “época de las pandemias” y todo hace pensar que no estamos preparados para ello. Eso sí, la buena noticia es que, pese al incremento del número total de brotes, “las mejoras globales en prevención, detección temprana, control y tratamiento son cada vez más efectivas”.Y esto de Valencia es un buen ejemplo de ello. O más nos vale porque tenemos el enemigo a las puertas.Imagen | Jon TysonImagen | La ‘Era de las Epidemias’ ya ha comenzado: ¿Estamos preparados para enfrentarnos a ellas?

– La noticia

Llevamos siglos queriendo ver cómo las enfermedades se movían en tiempo real. Los primeros pasos se están dando Valencia

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Javier Jiménez

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