Ciencia y Tecnología
La cerveza no se libra de los temidos “químicos eternos”: hemos encontrado PFAS en más de una veintena de cervezas

Solemos referirnos a ellas como los “químicos eternos” o por las siglas PFAS, que hacen referencia a su nombre técnico: sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas. Estos compuestos se han convertido en una de las mayores preocupaciones medioambientales globales, pero también sospechamos que nuestra misma salud también se ve amenazada por ellos. El problema es que, además de “eternos”, estamos descubriendo que estos químicos son casi ubicuos.
En la cerveza. Un estudio realizado en los Estados Unidos ha hallado que el 95% de las cervezas analizadas contenían trazas de PFAS, los temidos “químicos eternos”. El origen más probable de la contaminación estaría en el agua empleada en la elaboración de esta bebida fermentada.
PFAS. Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas son un grupo de compuestos sintéticos (hemos creado unos 4.700 compuestos de este tipo) que destacan por lo poco que interactúan con los químicos de su entorno, algo que se produce por la unión entre los átomos de flúor y carbono. Esto los convierte en compuestos muy útiles en la industria y manufactura de objetos, desde sartenes antiadherentes hasta envases y productos de higiene.
En esta ventaja está su maldición: al descomponerse con mucha dificultad, estos compuestos tienden a acumularse en la naturaleza y en nuestro cuerpo. Cuando finalmente se descomponen, pueden dar pie a la aparición de compuestos nocivos como el ácido trifluoroacético.
Sujétame la cerveza. En su estudio, el equipo modificó el sistema de análisis empleado por la EPA (Environmental Protection Agency) estadounidense para estudiar los niveles de PFAS en el agua potable. Emplearon esta herramienta modificada para analizar la presencia de los compuestos en 23 cervezas. Eligieron cervezas producidas tanto en áreas con casos documentados de contaminación del agua, así como conocidas cervezas nacionales e internacionales en cuya elaboración se emplearon fuentes de agua desconocidas.
El equipo no solo halló que el 95% de la muestra contenía estos químicos, también observó una correlación entre la contaminación del agua en el entorno de producción de la cerveza y la presencia de contaminantes en el producto final, al menos entre las cervezas elaboradas de forma local.
El estudio fue publicado en un artículo en la revista ACS Environmental Science & Technology.
Un problema permeable. El estudio muestra, destaca el equipo responsable, cómo la contaminación en una fuente (el agua en este caso) puede extenderse a una variedad de productos. Esto resalta la necesidad de concienciar a distintos sectores sobre la necesidad de limitar la exposición a este tipo de compuestos.
“Como bebedora ocasional de cerveza, me pregunté si las PFAS en los recursos acuíferos estaban haciéndose camino hasta nuestras pintas”, explicaba en una nota de prensa Jennifer Hoponick Redmon, quien lideró el estudio. “Espero que estos hallazgos inspiren estrategias de tratamiento de agua y políticas que ayuden a reducir la probabilidad de [encontrar] PFAS al tirar la cerveza en el futuro”.
El vino no se libra. Si alguien piensa que la solución es pasarse al vino, tenemos malas noticias. Hace unos meses la asociación ecologista PAN Europe (Pesticide Action Network Europe) alertaba también de la presencia de estas sustancias en el vino del continente, incluyendo alguno de los vinos producidos en España.
En Xataka | Una empresa ha desarrollado un nuevo sistema para librarnos de los “químicos eternos”. El truco: burbujas
Imagen | Elevate
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La noticia
La cerveza no se libra de los temidos “químicos eternos”: hemos encontrado PFAS en más de una veintena de cervezas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
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Solemos referirnos a ellas como los “químicos eternos” o por las siglas PFAS, que hacen referencia a su nombre técnico: sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas. Estos compuestos se han convertido en una de las mayores preocupaciones medioambientales globales, pero también sospechamos que nuestra misma salud también se ve amenazada por ellos. El problema es que, además de “eternos”, estamos descubriendo que estos químicos son casi ubicuos.En la cerveza. Un estudio realizado en los Estados Unidos ha hallado que el 95% de las cervezas analizadas contenían trazas de PFAS, los temidos “químicos eternos”. El origen más probable de la contaminación estaría en el agua empleada en la elaboración de esta bebida fermentada.PFAS. Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas son un grupo de compuestos sintéticos (hemos creado unos 4.700 compuestos de este tipo) que destacan por lo poco que interactúan con los químicos de su entorno, algo que se produce por la unión entre los átomos de flúor y carbono. Esto los convierte en compuestos muy útiles en la industria y manufactura de objetos, desde sartenes antiadherentes hasta envases y productos de higiene.En esta ventaja está su maldición: al descomponerse con mucha dificultad, estos compuestos tienden a acumularse en la naturaleza y en nuestro cuerpo. Cuando finalmente se descomponen, pueden dar pie a la aparición de compuestos nocivos como el ácido trifluoroacético.
En Xataka
Estamos rodeados de “químicos eternos” que sólo podíamos destruir a cañonazos. Resulta que tenemos un aliado en el intestino
Sujétame la cerveza. En su estudio, el equipo modificó el sistema de análisis empleado por la EPA (Environmental Protection Agency) estadounidense para estudiar los niveles de PFAS en el agua potable. Emplearon esta herramienta modificada para analizar la presencia de los compuestos en 23 cervezas. Eligieron cervezas producidas tanto en áreas con casos documentados de contaminación del agua, así como conocidas cervezas nacionales e internacionales en cuya elaboración se emplearon fuentes de agua desconocidas.El equipo no solo halló que el 95% de la muestra contenía estos químicos, también observó una correlación entre la contaminación del agua en el entorno de producción de la cerveza y la presencia de contaminantes en el producto final, al menos entre las cervezas elaboradas de forma local.El estudio fue publicado en un artículo en la revista ACS Environmental Science & Technology.Un problema permeable. El estudio muestra, destaca el equipo responsable, cómo la contaminación en una fuente (el agua en este caso) puede extenderse a una variedad de productos. Esto resalta la necesidad de concienciar a distintos sectores sobre la necesidad de limitar la exposición a este tipo de compuestos.“Como bebedora ocasional de cerveza, me pregunté si las PFAS en los recursos acuíferos estaban haciéndose camino hasta nuestras pintas”, explicaba en una nota de prensa Jennifer Hoponick Redmon, quien lideró el estudio. “Espero que estos hallazgos inspiren estrategias de tratamiento de agua y políticas que ayuden a reducir la probabilidad de [encontrar] PFAS al tirar la cerveza en el futuro”.
El vino no se libra. Si alguien piensa que la solución es pasarse al vino, tenemos malas noticias. Hace unos meses la asociación ecologista PAN Europe (Pesticide Action Network Europe) alertaba también de la presencia de estas sustancias en el vino del continente, incluyendo alguno de los vinos producidos en España.En Xataka | Una empresa ha desarrollado un nuevo sistema para librarnos de los “químicos eternos”. El truco: burbujasImagen | Elevate
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Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
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