Deportes
Dentro de la fábrica de Cupra Kiro en Silverstone: así trabaja un equipo de Fórmula E

A pocos pasos de un circuito que ha hecho historia en el automovilismo, se proyecta el futuro. En el moderno Silverstone Park, corazón palpitante del motorsport británico, donde conviven el saber hacer, la tecnología y la ambición, toma forma el viaje eléctrico de CUPRA Kiro, equipo de la Fórmula E inmerso en este distrito de la innovación.
Un lugar que no es sólo una fábrica, sino un auténtico laboratorio de ideas, donde se respira la tensión creativa de quienes trabajan cada día para analizar datos, desarrollar software y pulir milésimas, persiguiendo cada detalle para convertir el potencial en resultados. Todo está orientado hacia un único objetivo: convertir la ambición en rendimiento.
Visitar la sede de CUPRA Kiro, como ha tenido la oportunidad de hacer Motorsport.com, supone no sólo sumergirse en el ambiente único y mágico que rodea Silverstone Park, sino también descubrir cómo funciona entre bastidores un equipo de Fórmula E y por qué es un mecanismo mucho más complejo y coordinado de lo que puede parecer desde fuera.

La zona dedicada al montaje y desmontaje de los vehículos
Fotos de: Cupra
Espacio racional: cómo se divide la fábrica
La categoría totalmente eléctrica hace de la eficiencia su esencia, tanto dentro como fuera de la pista. Por eso, los equipos no necesitan espacios especialmente grandes, sino instalaciones lógicamente diseñadas y bien organizadas. Es como si el recinto tuviera dos almas distintas: por un lado, la operativa, repartida en varias plantas y dedicada al simulador, el garaje remoto y las oficinas técnicas; por otro, el “taller”, donde los mecánicos se ocupan del montaje y el mantenimiento de los coches.
A diferencia de la Fórmula 1, donde los coches vuelven a la fábrica casi después de cada carrera, la Fórmula E adopta un sistema logístico centralizado, apoyándose en los socios oficiales de la categoría. Al final de cada E-Prix, los monoplazas se alojan en contenedores específicos y se envían todos juntos a la siguiente ronda, optimizando el transporte y reduciendo el impacto medioambiental.
Por supuesto, si es necesario, algunos componentes se envían a la fábrica, especialmente durante las largas pausas entre dos carreras, para que puedan completarse los trabajos de mantenimiento. Pero el corazón de la actividad de un equipo de Fórmula E en la fábrica late en otra parte, concretamente en la operativa. Eso ocurre en CUPRA Kiro, donde una gran parte de las instalaciones está dedicada al trabajo de los ingenieros, los verdaderos creadores de la magia que transforma los datos y los planos en rendimiento.

El simulador del Cupra Kiro con Dan Ticktum al volante
Fotos de: Cupra
Desde la zona dedicada al montaje y al mantenimiento de los coches se accede directamente a las oficinas, partiendo del garaje remoto, una de las áreas más cruciales para un equipo de carreras. Es aquí donde los ingenieros, en perfecta sinergia con los que están en la pista, controlan los datos en tiempo real y elaboran estrategias capaces de transformar el curso de todo un fin de semana.
El corazón operativo: el garaje remoto
En una categoría en la que cada carrera se convierte en un intrincado laberinto táctico, la capacidad de interpretar con rapidez y precisión la evolución de la prueba es crucial. Esto se debe a que, a diferencia de otros campeonatos, en la Fórmula E los niveles de energía residual de cada coche se dan a conocer periódicamente. Estos datos se introducen en algoritmos cada vez más complejos y refinados, desarrollados por el equipo, y permiten a los estrategas anticipar escenarios y posibles evoluciones durante la carrera.
Por este motivo, el apoyo de la fábrica resulta crucial: gracias a las avanzadas instalaciones y al uso de la Inteligencia Artificial, se analizan enormes cantidades de datos en tiempo real, proporcionando así a los estrategas los parámetros clave para tomar decisiones rápidas y lo más eficaces posible.

El garaje remoto donde el equipo de Silverstone puede seguir las operaciones en pista: el número de personas está limitado por reglamento
Foto de: Cupra
Fue en esa misma sala, junto con el trabajo de los ingenieros en pista, donde nació la estrategia que llevó a Dan Ticktum a conseguir la primera victoria de la temporada para CUPRA Kiro en Indonesia, a mediados de junio. Una victoria construida gracias a una hábil lectura de la carrera y de los movimientos de los adversarios, combinada con una gestión óptima del consumo de combustible y de la carga residual de la batería para explotar cada kW permitido.
Simulador y software: aquí nacen los reglajes y las estrategias
Fuera de los fines de semana de carrera, esta sala se convierte en un auténtico centro de seguimiento del trabajo del piloto en el simulador, una herramienta igualmente crucial para el éxito del equipo. El simulador, alojado en un entorno específico, recrea las sensaciones lo más cerca posible de la realidad, mientras que los ingenieros pueden seguir las sesiones en tiempo real desde el garaje remoto o desde una zona específica.
Es aquí donde, antes de cada fin de semana de carreras, se estudian los reglajes con los que salir a la pista y se prueban los desarrollos de software diseñados para que el monoplaza sea cada vez más eficiente. Mientras que la planta baja alberga las actividades operativas, en los pisos superiores se encuentran las oficinas que forman la otra parte del corazón del equipo.
Además de los ingenieros que analizan datos y desarrollan actualizaciones de software, una escudería de Fórmula E debe atenerse a estrictos parámetros económicos, ya que el reglamento impone un presupuesto anual que no debe superarse. Por ello, cada gasto es meticulosamente registrado y supervisado por personal y sistemas especializados, para garantizar el pleno cumplimiento de los límites establecidos por la FIA.

El simulador Cupra Kiro con Dan Ticktum al volante: el trabajo puede seguirse desde el garaje remoto o desde una sala independiente dedicada a ello.
Foto de: Cupra
Esta planificación es crucial, ya que permite distribuir el presupuesto entre el desarrollo del coche, los gastos de funcionamiento, la compra de nuevos equipos cuando sea necesario, las reparaciones debidas a accidentes y otros aspectos. De hecho, cada escuadra reserva un margen para estas contingencias incluso antes del inicio de la temporada, evitando así sorpresas financieras a final de año.
Esta estructura organizativa va de la mano con una ventaja distintiva de CUPRA Kiro en comparación con muchas empresas privadas de la categoría: hasta la temporada pasada era fabricante, formando así un núcleo de técnicos de alto perfil con conocimientos específicos en el desarrollo de trenes motrices y lo que se necesita para hacer que el software sea aún más eficiente.
Esta experiencia se aprovecha ahora en sinergia con herramientas a la vanguardia, como simuladores dinámicos de última generación y plataformas de análisis de datos de gran capacidad, integradas progresivamente con sistemas de inteligencia artificial para perfeccionar los modelos predictivos y las estrategias energéticas. En comparación con el campeonato del año pasado, con el cambio de tren motriz, el equipo dio un paso adelante decisivo, no sólo logrando la victoria en Yakarta, sino también un podio en Tokio y múltiples Top 10.
Pero el trabajo de Cupra no se detiene en la pista: la apuesta por la Fórmula E no es sólo un reto deportivo, sino una extensión natural del ADN de la marca, considerada como un laboratorio de altas prestaciones para anticipar el futuro de la movilidad. Algunas de las tecnologías desarrolladas en la pista también se evalúan para su aplicación en los coches de calle de la compañía, en un flujo de conocimiento que desde el automovilismo deportivo, especialmente a nivel de software para la gestión de la energía, llega a la producción.
En este artículo
Gianluca D’Alessandro
Fórmula E
Cupra Racing
Sé el primero en enterarte y suscríbete para recibir actualizaciones por email de noticias en tiempo real sobre estos temas.