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Ciencia y Tecnología

China domina cada vez más la tecnología en la Tierra. Hay un sitio donde sigue lejísimos de Occiden

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China domina cada vez más la tecnología en la Tierra. Hay un sitio donde sigue lejísimos de Occiden

Un reciente reportaje de The New York Times ha evidenciado la dificultad china para competir con SpaceX en el despliegue de satélites de comunicaciones. Mientras la empresa de Musk ya acumula 8.000 satélites Starlink, las dos principales redes chinas apenas suman 120 unidades en órbita.

Por qué es importante. Los satélites de baja órbita son estratégicos para coches autónomos, guerra con drones y vigilancia militar. China considera Starlink una amenaza directa y ha planificado dos megaconstelaciones con 27.000 satélites entre ambas.

Qianfan, la constelación de satélites de baja órbita desarrollada por China, preveía tener 650 satélites operativos a finales de año.

  • Shanghai Spacesail Technologies, la empresa tras el proyecto, solo ha logrado poner 90 en órbita desde agosto.
  • Guowang, alternativa nacida en 2020, va aún peor: 34 satélites de los 13.000 planificados para la próxima década.

El contexto. El Ejército Popular de Liberación chino ve Starlink como algo “profundamente integrado en el sistema de combate militar estadounidense”. No es paranoia vacía: esta red resulta esencial para coordinar ataques con drones en Ucrania y SpaceX tiene contratos gubernamentales para espionaje y seguimiento de misiles.

El trasfondo. China no ha resuelto el problema clave que SpaceX solucionó hace años: cohetes reutilizables. Las empresas chinas siguen usando lanzadores de un solo uso, lo que multiplica costes y reduce la frecuencia de lanzamientos.

El Falcon 9 puede reutilizar su primera etapa hasta 20 veces, reduciendo muchísimo los costes. Tras quinientas misiones, sigue siendo la referencia. Los candidatos chinos –Long March 8R, Zhuque-3, Tianlong-3– acumulan fracasos y retrasos.

Sí, pero. China está negociando contratos con 30 países para acceder a Qianfan. Ya ha firmado acuerdos en Brasil, Tailandia, Malasia y Kazajistán, aprovechando ciertos recelos hacia la dependencia de tecnología estadounidense.

El ritmo de lanzamientos chinos se acelera: más de treinta misiones en el primer semestre, poniendo 150 satélites en órbita. Pero necesitan multiplicar por cinco o  por seis el ritmo para cumplir sus compromisos internacionales de frecuencias radioeléctricas.

Además, hay algunas contrapartidas a su propuesta:

El momento decisivo. Las megaconstelaciones chinas deben lanzar la mitad de sus satélites en cinco años tras obtener las frecuencias, completando el despliegue en siete.

No cumplir podría obligarles a reducir el tamaño de las redes.

¿Principal perdedor? China domina fabricación, baterías, paneles solares y semiconductores tradicionales (no avanzados). Pero en sectores que requieren máxima asunción de riesgos –biotecnología, IA espacio– Estados Unidos mantiene una ventaja decisiva. Cada vez menor en algunos escenarios, pero la mantiene.

La mentalidad empresarial que premia fracasos rápidos y baratos frente a éxitos garantizados marca la diferencia entre SpaceX y sus rivales chinos.

Imagen destacada | SpaceX

En Xataka | Qué tipos de satélites existen: guía para no perderse en una gigantesca red de la que somos cada vez más dependientes


La noticia

China domina cada vez más la tecnología en la Tierra. Hay un sitio donde sigue lejísimos de Occiden

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Lacort

.

​Un reciente reportaje de The New York Times ha evidenciado la dificultad china para competir con SpaceX en el despliegue de satélites de comunicaciones. Mientras la empresa de Musk ya acumula 8.000 satélites Starlink, las dos principales redes chinas apenas suman 120 unidades en órbita.

Por qué es importante. Los satélites de baja órbita son estratégicos para coches autónomos, guerra con drones y vigilancia militar. China considera Starlink una amenaza directa y ha planificado dos megaconstelaciones con 27.000 satélites entre ambas.

Qianfan, la constelación de satélites de baja órbita desarrollada por China, preveía tener 650 satélites operativos a finales de año.

Shanghai Spacesail Technologies, la empresa tras el proyecto, solo ha logrado poner 90 en órbita desde agosto.
Guowang, alternativa nacida en 2020, va aún peor: 34 satélites de los 13.000 planificados para la próxima década.

El contexto. El Ejército Popular de Liberación chino ve Starlink como algo “profundamente integrado en el sistema de combate militar estadounidense”. No es paranoia vacía: esta red resulta esencial para coordinar ataques con drones en Ucrania y SpaceX tiene contratos gubernamentales para espionaje y seguimiento de misiles.

El trasfondo. China no ha resuelto el problema clave que SpaceX solucionó hace años: cohetes reutilizables. Las empresas chinas siguen usando lanzadores de un solo uso, lo que multiplica costes y reduce la frecuencia de lanzamientos.

El Falcon 9 puede reutilizar su primera etapa hasta 20 veces, reduciendo muchísimo los costes. Tras quinientas misiones, sigue siendo la referencia. Los candidatos chinos –Long March 8R, Zhuque-3, Tianlong-3– acumulan fracasos y retrasos.

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Engañó a su mujer, al ejército y al gobierno de Irlanda: la increíble historia del hombre que se hacía pasar por astronauta

Sí, pero. China está negociando contratos con 30 países para acceder a Qianfan. Ya ha firmado acuerdos en Brasil, Tailandia, Malasia y Kazajistán, aprovechando ciertos recelos hacia la dependencia de tecnología estadounidense.

El ritmo de lanzamientos chinos se acelera: más de treinta misiones en el primer semestre, poniendo 150 satélites en órbita. Pero necesitan multiplicar por cinco o  por seis el ritmo para cumplir sus compromisos internacionales de frecuencias radioeléctricas.

Además, hay algunas contrapartidas a su propuesta:

Los satélites Qianfan, con órbitas más altas (unos 1.000 km) que Starlink, generan más riesgo de basura espacial persistente al no desorbitarse fácilmente.
Su brillo aparente (magnitud 5,2 aproximadamente) los hace visibles a simple vista, lo que ya ha levantado ciertos recelos entre astrónomos por su impacto en la observación del cielo.

El momento decisivo. Las megaconstelaciones chinas deben lanzar la mitad de sus satélites en cinco años tras obtener las frecuencias, completando el despliegue en siete.

No cumplir podría obligarles a reducir el tamaño de las redes.

¿Principal perdedor? China domina fabricación, baterías, paneles solares y semiconductores tradicionales (no avanzados). Pero en sectores que requieren máxima asunción de riesgos –biotecnología, IA espacio– Estados Unidos mantiene una ventaja decisiva. Cada vez menor en algunos escenarios, pero la mantiene.

La mentalidad empresarial que premia fracasos rápidos y baratos frente a éxitos garantizados marca la diferencia entre SpaceX y sus rivales chinos.

Imagen destacada | SpaceX

En Xataka | Qué tipos de satélites existen: guía para no perderse en una gigantesca red de la que somos cada vez más dependientes

– La noticia

China domina cada vez más la tecnología en la Tierra. Hay un sitio donde sigue lejísimos de Occiden

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Javier Lacort

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