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Barça: algo pasa con el Inter
“Queremos el triplete, y también está el Mundial de Clubes”. Cuando, a principios de marzo, Simone Inzaghi bromeó sobre los objetivos de su equipo, sus frases parecían coherentes con el periplo que estaban manteniendo. El Inter llegó a abril como líder de la Serie A, en las semifinales de Champions (eliminando al Bayern) y en las de la Copa italiana. Pero, de repente, en una semana, el sueño del Triplete se convirtió en la pesadilla que utilizaba Mourinho para provocar a sus rivales: “Cero títulos”. Las derrotas contra Bolonia (1-0), Milan en la Copa (0-3) y Roma (0-1), además de suponer un hecho histórico (desde hace 13 años el Inter no perdía tres partidos seguidos sin marcar ni un gol), cambian la perspectiva del curso. La Copa italiana ya se fue (y con ella, el Triplete) y ahora el Nápoles es favorito para llevarse el scudetto, con tres puntos de ventaja a falta de cuatro jornadas. Y en enero, además, los milaneses cayeron también en la final de la Supercopa, siempre contra sus conciudadanos.
De soñar con el Triplete a la pesadilla de los cero títulos: los nerazzurri llegan a la cita con el Barça mientras viven su peor momento.
“Queremos el triplete, y también está el Mundial de Clubes”. Cuando, a principios de marzo, Simone Inzaghi bromeó sobre los objetivos de su equipo, sus frases parecían coherentes con el periplo que estaban manteniendo. El Inter llegó a abril como líder de la Serie A, en las semifinales de Champions (eliminando al Bayern) y en las de la Copa italiana. Pero, de repente, en una semana, el sueño del Triplete se convirtió en la pesadilla que utilizaba Mourinho para provocar a sus rivales: “Cero títulos”. Las derrotas contra Bolonia (1-0), Milan en la Copa (0-3) y Roma (0-1), además de suponer un hecho histórico (desde hace 13 años el Inter no perdía tres partidos seguidos sin marcar ni un gol), cambian la perspectiva del curso. La Copa italiana ya se fue (y con ella, el Triplete) y ahora el Nápoles es favorito para llevarse el scudetto, con tres puntos de ventaja a falta de cuatro jornadas. Y en enero, además, los milaneses cayeron también en la final de la Supercopa, siempre contra sus conciudadanos.
Queda el Barça y la Champions, que no es poco, pero el equipo nerazzurro llega en condiciones pésimas a la cita.
El equipo no aguantó físicamente ni mentalmente el enorme número de partidos que supuso intentar ganarlo todo (52 hasta ahora) y lleva semanas perdiendo fuelle en las segundas partes. Desde que empezó abril su falta de condición fue evidente en todos los partidos, y los resultados ligueros hablan claro: un empate (2-2 con el Parma, que rozó el triunfo en el tramo final), dos derrotas (Bolonia y Roma) y una sola victoria, ante el Cagliari (3-1). El Bayern fue una extraordinaria excepción, cuyo desgaste pasó factura.
Inzaghi habló de cansancio “físico y mental”, al que se sumaron las lesiones. La más importante, y que sigue siendo duda para el Barça, es la de Thuram. El francés suma 17 goles y nueve asistencias: además de marcar goles, los hace marcar a sus compañeros. Correa, Arnautovic y Taremi ni se acercaron a su rendimiento. Y sin su socio favorito, también Lautaro sufre. Atrás, el que era el fortín de Europa (solo dos goles en contra en las primeras 10 jornadas de Champions), tambalea: en abril recibió 12 tantos en ocho partidos. Faltan solidez, capacidad de reacción y también ideas ofensivas, como ocurrió sobre todo contra Bolonia y Roma.
Este Inter cansado y algo triste parece una versión deslucida de la que hace un mes soñaba con ganarlo todo. Quedan cuatro jornadas de Serie A y, sobre todo, el doble partido con el Barça para cambiarlo todo. Inzaghi necesita una reacción.
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