Baloncesto
¡El Bilbao Basket, campeón de la FIBA Europe Cup!

El Bilbao Basket subió al Olimpo, al hogar de los dioses olímpicos, entró en la mitología con su primer título. El cielo del monte de los más grandes, ese que se atisba desde Salónica, la sede de esta gesta que les vamos a narrar, es negro. Porque sí, tiene los de LEB-2 y LEB en la prehistoria de campeonatos que han cambiado de denominación. Pero esos no son nada, migajas, comparando con esta FIBA Europe Cup que le hace pasar a una nueva dimensión. Es el broche de oro a 25 años de historia de lo más intensos. Este es un premio, un regalo, también para todos los que han levantado este proyecto de forma laboriosa, especialmente para los que se quedaron en segundo plano sin un triunfo de tantísimo prestigio. Un club muy humilde, que casi se consume en cenizas devorado por delirios de grandeza, ha levantado el vuelo y ya está entre los elegidos, en ese firmamento de entidades españolas con un entorchado internacional. El pasajero número 11 que se sube a la nave de los que tienen ese privilegio en nuestro país (con Barça, Madrid, Joventut, Baskonia, Burgos, Tenerife, Valencia, Granca, Unicaja y Girona), por 14 de los italianos, los más acaparadores. ¡Señores, que este equipo estaba desaparecido, finiquitado hace bien poco…! Ha sido una dura travesía por el desierto hasta llegar a esta tierra fértil. El corazón muchas veces puede con la lógica aplastante de un recinto que amenaza con devorarte en una verdadera montaña rusa de sensaciones.
El equipo vizcaíno hace historia: primer título importante en sus 25 años. Se sienta en el Olimpo ante el PAOK. Pantzar y Frey, estelares. Los siete puntos de ventaja de la ida fueron suficientes.
El Bilbao Basket subió al Olimpo, al hogar de los dioses olímpicos, entró en la mitología con su primer título. El cielo del monte de los más grandes, ese que se atisba desde Salónica, la sede de esta gesta que les vamos a narrar, es negro. Porque sí, tiene los de LEB-2 y LEB en la prehistoria de campeonatos que han cambiado de denominación. Pero esos no son nada, migajas, comparando con esta FIBA Europe Cup que le hace pasar a una nueva dimensión. Es el broche de oro a 25 años de historia de lo más intensos. Este es un premio, un regalo, también para todos los que han levantado este proyecto de forma laboriosa, especialmente para los que se quedaron en segundo plano sin un triunfo de tantísimo prestigio. Un club muy humilde, que casi se consume en cenizas devorado por delirios de grandeza, ha levantado el vuelo y ya está entre los elegidos, en ese firmamento de entidades españolas con un entorchado internacional. El pasajero número 11 que se sube a la nave de los que tienen ese privilegio en nuestro país (con Barça, Madrid, Joventut, Baskonia, Burgos, Tenerife, Valencia, Granca, Unicaja y Girona), por 14 de los italianos, los más acaparadores. ¡Señores, que este equipo estaba desaparecido, finiquitado hace bien poco…! Ha sido una dura travesía por el desierto hasta llegar a esta tierra fértil. El corazón muchas veces puede con la lógica aplastante de un recinto que amenaza con devorarte en una verdadera montaña rusa de sensaciones.
Segundo título internacional que se consigue en Bizkaia tras el Bidaideak en silla de ruedas, en la Euroliga 1, la competición por debajo de la principal en el Viejo Continente. El único a nivel profesional. Cuando todo parecía perdido, con 77-67, tras canasta y adicional de Katsivelis a 3:18 para acabar el choque, emergieron los héroes. Un 2+1 y un triplazo para la eternidad de Frey, acciones de Pantzar y De Ridder y los tiros libres y rebotes defensivos de Dragic pusieron la base para remontar y soñar. Esta carrera hacia la ilusión arrancó hace mucho, en septiembre, con una previa ante el Neptunas, con 47 pretendientes. Pasó por La Casilla, Miribilla, los milagros de Tofas y Dijon y, por fin, el infierno heleno. Y se lo lleva el que más ansiaba la gloria. Hoy empieza una nueva era. Pantzar pasa a ser el nuevo ídolo de este grupo en el que Rabaseda elevó la Orejona como capitán e incorpora otra muesca a su amplia nómina, con copas de todos los colores. Se la entregó su colega Garbajosa. El veteranísimo alero pasó una meningitis y sacó fuerzas de donde no había para completar una tarde heroica. El 23 de abril de 2025 queda como una fecha para la perpetuidad. Ba-lon-ces-to, no, ahora en la ciudad del Guggenheim todos hablan de Bil-ba-o Bas-ket.
Esto ya no se lo quita nadie. Disfrutaron de ellos 150 valientes que viajaron hasta Grecia, frente a 10.000 gargantas infatigables. La posteridad retendrá los nombres de esta plantilla tras un pulso épico y agónico. Surne cierra la dolorosa herida de Charleroi en 2013, aquella final de Eurocup que ha sangrado 12 años. Este club que estuvo a un paso del entierro se sienta ahora en el trono de los más grandes. Pero también hace olvidar en el territorio la amargura del Athletic en dos finales de Europa League o la del Xerox Getxo de rugby en la Copa Ibérica. Todo estaba en contra, menos la mentalidad férrea de estos tipos obstinados ganadores y la renta de la ida. Siete puntos que parecían una miseria en una pista tan caliente como el Palataki, que marcó territorio de inicio con la catarata de papel habitual. Eso retrasó el inicio del choque, había que retirar montañas de los rollos lanzados.
Kullamae y el lesionado Cazalon fueron los descartes. Pero los ‘hombres de negro’ arrancaron con enorme personalidad, sin dejarse impresionar por semejantes llamas: 0-5. Eso sí, rápidamente el PAOK elevó su agresividad defensiva y Upson puso con un mate a los helenos en ventaja: 8-7. Frey empezó a impartir magisterio, buscando buenas y variadas lecturas, por dentro o con triples desde lejos. El Bilbao Basket iba sobreponiéndose a cada golpe, sobre todo de Reynolds y Grandison, empezaba a gritar bien alto que no se le iban a comer el terreno así como así. No pensó en el +7 de la ida sino en ganar, y eso fue la base para silenciar la caja de resonancia. Todo acabó en tablas en el primer cuarto: empate a 24. El arma secreta era Hlinason. No pudo jugar en el asalto inicial por su lesión en el gemelo y la puesta en escena del gigante islandés lo cambió todo, porque el PAOK no a tiene nadie que lo pueda frenar. En el uno contra uno o distribuyendo desde el poste medio, causó estragos en las filas helenas. Y Gielo entró poco en juego, pero su producción era elevadísima.

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El PAOK vivía del tiro libre, y el Bilbao Basket estaba acertado desde el arco y encontraba una fresca aportación de sus suplentes. Pero las faltas personales le empezaban a agobiar, con Jones, Dragic, Hlinason y Sylla que se estaban cargando demasiado. El juego fluía: Pantzar puso el 37-47 tras un aro pasado. Había puntos al contraataque, estaban muy serios y no se atisbaban fisuras. Pero estas llegaron tras el descanso, tras un 5-0 de salida. El PAOK empezó a meter el miedo en el cuerpo y los hombres de negro se diluyeron, costaba encontrar tiros liberados, no circulaban la pelota e iban desapareciendo de la ruidosa escena. El 74-67 de Kreuser a 4:40 para el cierre igualaba la eliminatoria e infundía una inquietud gigante. Se mascaba la tragedia. De Ridder falló un contraataque increíble y ya nadie apostaba un duro por este equipo, que siempre saca fuerzas de flaqueza. La diferencia se fue hasta los 10. Hasta que Frey decidió ponerse la capa de Supermán. El resto es historia, un ejercicio de casta. Sufriendo todo sabe mejor. Al PAOK se le encogió la muñeca. Su técnico, Cancellieri, gritaba histérico mientras Ponsarnau ordenaba magistralmente a su tropa. Rahkman acabó eliminado por faltas, pero hubo una respuesta contundente y muy oportuna del resto. Campeones de Europa, qué bien suena. Cómo mola ganar. El lehendakari Pradales y Valverde les felicitaron. “Nos mete más presión”, se reía el Txingurri. Bizkaia siempre ha sido del Athletic. Ahora tiene que repartir su cariño también con este humilde pero conmovedor equipo de baloncesto. Se va a celebrar por todo lo alto en Bilbao. Sin gabarra, pero con fuegos artificiales. El luto por el Papa Francisco aplaza los festejos, eso sí.
RESUMEN
82 – Surne Bilbao Basket (24+25+12+21): Frey (17), Abdur-Rahkman (10), Zoran Dragic (6), Gielo (8) y Marvin Jones (6) -cinco inicial-; Pantzar (17), Rubén Domínguez (3), Rabaseda, De Ridder (8), Hlinason (7), Sylla y Bagayoko.
Árbitros: Yohan Rosso (Francia). Vojciech Liszka (Polonia) y Gvidas Gedvilas (Polonia). Eliminados por falta Abdur-Rahkman (m,37). Henderson (m.39) y Upson (m.40).
Incidencias: partido de vuelta de la final de la FIBA Europe Cup disputado en el PAOK Sports Arena, ‘Palataki’, a reventar con cerca de 10.000 espectadores, entre ellos unos 150 seguidores del Surne Bilbao.
Ponsarnau, “muy contento por el equipo, el club, la afición, Bilbao y Bizkaia”
Ponsarnau se ha mostrado “feliz por el equipo, por el club, por la afición y por Bilbao y Bizkaia”. En declaraciones tras el encuentro en medio de la fiesta bilbaína en el mítico Palataki, Ponsarnau se ha congratulado de que, a pesar de haber visto como el PAOK llegó a remontar hasta 18 puntos en el global de la eliminatoria, tenían “muchas sorpresas guardadas para el final”, entre ellas las decisivas de “encontrar jugadores y acierto” para “ganar el campeonato”. Ya sobre el partido, destacó la primera mitad de su equipo. “Hemos estado acertados, hemos tenido mucho ritmo y ellos creo que han estado un poquito agobiados y nuestra defensa ha estado más o menos bien, pero hemos tenido problemas de faltas. En la segunda nos hemos atascado, ellos han subido muchísimo la intensidad; a nosotros nos ha bajado el nivel de baloncesto”. No obstante, se alegró del renacimiento final y se mostró “muy contento por el equipo, el club, la afición, por Bilbao y Bizkaia”.
Rabaseda: “Ganar es muy difícil y estoy orgulloso del equipo”
El capitán Rabaseda estaba radiante. “Ganar es muy difícil, muy difícil. Por muy bien que lo hagas, todo el mundo lo quiere hacer y lo consiguen muy pocas veces. Estoy muy orgulloso de que el equipo lo haya conseguido y que la afición lo haya podido disfrutar”, lanzó el veterano alero. Recordó que el año pasado se quedaron en semifinales y que este año ganar la Europe Cup era “un objetivo”. “El año pasado no lo conseguimos, nos quedamos a las puertas y realmente era un objetivo para nosotros”, comentó, consciente de que “el premio” alcanzado “es enorme”. “Esto va a quedar para siempre y estoy muy contento, muy orgulloso de todo el equipo”, valoró, no sin acordarse de que los últimos días que ha pasado, en los que tuvo que ser ingresado en un hospital, y el año que lleva, con menos protagonismo en la cancha de lo habitual en él.
“Personalmente han sido días difíciles, el año ha sido complicado para mí y terminarlo de esta manera no estaba ni en mis mejores sueños. conseguir el primer título del club, de la ciudad y levantar yo el trofeo como capitán, mi primer título como capitán… estoy muy orgulloso”, resumió.
Pantzar: “El MVP es de todo el equipo”
Melwin Pantzar, elegido MVP de la final, consideró tras el triunfo pertenece a muchos. “Para mí el MVP es para todo el equipo, también para Hari (Frey), pero es para todo el equipo”, dijo Pantzar en declaraciones a los medios, casi sin encontrar palabras para su felicidad. “Somos campeones de Europa, qué más se puede decir. Campeón de Europa, no sé lo que decir pero estamos muy contentos de verdad”, se limitó a comentar el base internacional sueco, jugador clave para los de Jaume Ponsarnau.
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