Las cuentas de la LEB Oro: calendario y qué necesita el San Pablo Burgos para ascender

El Silbö San Pablo Burgos puede ser este miércoles de nuevo equipo de la Liga Endesa tras tres años en la Primera FEB. Si los castellanos ganan en el Coliseum de Burgos (19:00 horas, LaLiga+) al Flexicar Fuenlabrada, subirán a la ACB como primeros y campeones de Segunda a falta de tres jornadas para cerrar la fase regular.

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​Si el equipo castellano gana este miércoles al Flexicar Fuenlabrada (19:00 horas, LaLiga+), regresará tres años después a la Liga Endesa.  

El Silbö San Pablo Burgos puede ser este miércoles de nuevo equipo de la Liga Endesa tras tres años en la Primera FEB. Si los castellanos ganan en el Coliseum de Burgos (19:00 horas, LaLiga+) al Flexicar Fuenlabrada, subirán a la ACB como primeros y campeones de Segunda a falta de tres jornadas para cerrar la fase regular.

Si caen y salvan el average particular (+9), certificarían su ascenso con un triunfo en uno de los tres últimos partidos de la temporada: Gipuzkoa, Menorca y Estudiantes. Si pierden y no conservan ese average, las matemáticas dicen que volverán a la élite sin depender de terceros, con dos triunfos de tres.

“Todos están preparados para aportar lo que sea que necesite el equipo para sacar una victoria”, aseguró Bruno Savignani, entrenador del San Pablo, que ha ganado 28 de los 30 encuentros que ha disputado hasta la fecha. Un ritmo de victorias único en la historia de esta antigua LEB Oro.

Son ya más triunfos de los cosechados por tres de los seis campeones con la categoría ya asentada en 18 equipos y 34 jornadas (2016-17). El Leyma Coruña finalizó con 27 la pasada temporada, mientras que el Covirán Granada hizo 26 en la 2021-22. El Gipuzkoa acabó con 25 en la 2016-17. Son las mismas con las que terminó el Breogán en la 2017-18. Si no vuelve a perder y cierra con un 32-2 de balance, será el mejor campeón de la Primera FEB de la historia con los parámetros establecidos anteriormente.

Una lección de superioridad cimentada desde la pizarra de Savignani y una plantilla perfectamente confeccionada, con un juego interior demoledor formado por Luke Fischer y Gyorgy Goloman, y apoyado por la experiencia Euroliga de Dani Díez, la veteranía de Pablo Almazán y la calidad de Roberts Stumbris.

Y si el Burgos es peligroso en la zona, por fuera es aún más temible. Jon Gudmundsson, Miha Lapornik y Joseph Cremo ha sido dagas desde el perímetro y bueno metrónomos del ritmo del equipo. Gonzalo Corbalán se ha apropiado de la competición con su verticalidad.

El potencial del argentino no ha encontrado su techo todavía y la próxima temporada se verá en la Liga Endesa, que recupera a un club que se elevó como un rayo en Primera: en tan solo cuatro años, de 2017 a 2021, sumó dos Champions FIBA (2020 y 2021), una Intercontinental (2021), dos participaciones en el playoff por el título y una en la Copa del Rey.

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Al quinto, en la temporada 2021-22, todo se alineó para verle caer: malos fichajes veraniegos, muchos cambios en la plantilla durante el curso para solo ganar 10 partidos de 34 posibles que le hicieron quedar colista de la ACB. Y empezar un caminar por el infierno que puede poner su punto final este miércoles frente a su fiel afición.

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