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Ciencia y Tecnología

Nuestro cuerpo está lleno de “químicos eternos” casi indestructibles. Resulta que tenemos la solución en el intestino

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Nuestro cuerpo está lleno de "químicos eternos" casi indestructibles. Resulta que tenemos la solución en el intestino

“Químicos eternos” es un nombre con una gran sonoridad. Son moléculas prácticamente indestructibles, y el problema es que son realmente dañinas tanto para la naturaleza como para nosotros. Estos últimos años nos lo estamos tomando en serio y hemos buscado eliminarlos a cañonazos con haces de electrones. También mediante formas de romper sus enlaces moleculares, y ahora una bacteria puede convertirse en aliada para acabar con estos químicos eternos.

Y será tan fácil como tomarse una cápsula.

Un veneno lento. Las perfluoroalquiladas y las polifluoroalquiladas, conocidas como PFAS, son una familiar de unas 4.700 moléculas sintéticas que cuentan con una gran resistencia debido a las uniones entre los átomos de flúor y carbono. Son muy útiles por esa resistencia, ya que la unión molecular es muy estable y no reacciona ante agentes externos. El problema es que son utilizados en muchos productos (higiene, textiles, pesticidas, envases o hasta en el vino), se acumulan en la naturaleza al no ser destruidas y, potencialmente, también en nuestro cuerpo.

Las PFAS y sus derivados, como el ácido trifluoroacético, están relacionadas con la contaminación de suelos y fuentes de agua. Y la exposición prolongada a ciertas PFAS se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de riñón y testículos, alteraciones en el sistema inmune, cambios en el colesterol, problemas de fertilidad e incremento de la presión arterial en el embarazo.

Bacteria intestinal. Por eso lo que comentábamos hace unas líneas: estamos buscando cómo acabar con ellas. Es difícil, pero investigadores de la Universidad de Cambridge se han topado con un aliado inesperado: bacterias intestinales humanas. Concretamente, la Faecalibacterium prausnitzii, una bacteria intestinal que, junto a otras que se encuentran en nuestro organismo, ha demostrado ser muy eficaz absorbiendo PFAS.

En los experimentos, y como apuntan en Nature, los investigadores han dado con unas 38 cepas bacterianas que absorben estos químicos eternos. Básicamente, acumulan rápidamente grandes concentraciones de PFAS minutos después de la exposición a ellas. ¿Cómo lo hacen? Atrapando los compuestos tóxicos dentro de agrupaciones celulares, protegiéndose tanto a sí mismas como al huésped. Vamos, poniendo las PFAS en cuarentena.

Tragando cada vez más. Para probarlo, el equipo de la Unidad de Toxicología de la Universidad de Cambridge experimentó con ratones que habían ingerido PFAS. Introdujeron nueve cepas bacterianas en su organismo y observaron que esas bacterias atrapaban rápidamente las PFAS y luego se expulsaban de forma natural a través de las heces.

Lo interesante es que las bacterias trabajan de manera más intensa a mayor concentración, con tasas constantes de eliminación de entre el 25% y el 74% de las PFAS presentes en el organismo.

Horizonte. Constantemente se publican estudios en los que nos cuentan cómo han descubierto el potencial de algo para mejorar nuestra vida, pero por lo general, la conclusión suele ser un “necesitamos más pruebas y ya veremos”. En el caso de las bacterias que engullen químicos eternos, los investigadores tienen algo más claro cuál es la hoja de ruta tras esos primeros experimentos en ratones.

En próximos pasos, explorarán el desarrollo de probióticos específicamente dirigidos a mejorar nuestras defensas contra las PFAS, y lo tienen tan claro que han fundado una startup de biotecnología para desarrollar estos productos. El objetivo es que el primero esté listo para 2026 y lo que harán estos probióticos especializados será capturar los químicos antes de que sean reabsorbidos en el intestino y “encapsularlos” para su excreción a través del sistema digestivo.

Imágenes | Universidad de Cambridge

En Xataka | Algunas bacterias pueden “sentir” el ácido de su entorno. Y su manera de adaptarse es mutar


La noticia

Nuestro cuerpo está lleno de “químicos eternos” casi indestructibles. Resulta que tenemos la solución en el intestino

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alejandro Alcolea

.

​“Químicos eternos” es un nombre con una gran sonoridad. Son moléculas prácticamente indestructibles, y el problema es que son realmente dañinas tanto para la naturaleza como para nosotros. Estos últimos años nos lo estamos tomando en serio y hemos buscado eliminarlos a cañonazos con haces de electrones. También mediante formas de romper sus enlaces moleculares, y ahora una bacteria puede convertirse en aliada para acabar con estos químicos eternos.

Y será tan fácil como tomarse una cápsula.

Un veneno lento. Las perfluoroalquiladas y las polifluoroalquiladas, conocidas como PFAS, son una familiar de unas 4.700 moléculas sintéticas que cuentan con una gran resistencia debido a las uniones entre los átomos de flúor y carbono. Son muy útiles por esa resistencia, ya que la unión molecular es muy estable y no reacciona ante agentes externos. El problema es que son utilizados en muchos productos (higiene, textiles, pesticidas, envases o hasta en el vino), se acumulan en la naturaleza al no ser destruidas y, potencialmente, también en nuestro cuerpo.

Las PFAS y sus derivados, como el ácido trifluoroacético, están relacionadas con la contaminación de suelos y fuentes de agua. Y la exposición prolongada a ciertas PFAS se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de riñón y testículos, alteraciones en el sistema inmune, cambios en el colesterol, problemas de fertilidad e incremento de la presión arterial en el embarazo.

En Xataka

Nuestro problema con los microplásticos es tan descomunal que ya aparecen hasta en los testículos humanos

Bacteria intestinal. Por eso lo que comentábamos hace unas líneas: estamos buscando cómo acabar con ellas. Es difícil, pero investigadores de la Universidad de Cambridge se han topado con un aliado inesperado: bacterias intestinales humanas. Concretamente, la Faecalibacterium prausnitzii, una bacteria intestinal que, junto a otras que se encuentran en nuestro organismo, ha demostrado ser muy eficaz absorbiendo PFAS.

En los experimentos, y como apuntan en Nature, los investigadores han dado con unas 38 cepas bacterianas que absorben estos químicos eternos. Básicamente, acumulan rápidamente grandes concentraciones de PFAS minutos después de la exposición a ellas. ¿Cómo lo hacen? Atrapando los compuestos tóxicos dentro de agrupaciones celulares, protegiéndose tanto a sí mismas como al huésped. Vamos, poniendo las PFAS en cuarentena.

Tragando cada vez más. Para probarlo, el equipo de la Unidad de Toxicología de la Universidad de Cambridge experimentó con ratones que habían ingerido PFAS. Introdujeron nueve cepas bacterianas en su organismo y observaron que esas bacterias atrapaban rápidamente las PFAS y luego se expulsaban de forma natural a través de las heces.

Lo interesante es que las bacterias trabajan de manera más intensa a mayor concentración, con tasas constantes de eliminación de entre el 25% y el 74% de las PFAS presentes en el organismo.

Horizonte. Constantemente se publican estudios en los que nos cuentan cómo han descubierto el potencial de algo para mejorar nuestra vida, pero por lo general, la conclusión suele ser un “necesitamos más pruebas y ya veremos”. En el caso de las bacterias que engullen químicos eternos, los investigadores tienen algo más claro cuál es la hoja de ruta tras esos primeros experimentos en ratones.

En próximos pasos, explorarán el desarrollo de probióticos específicamente dirigidos a mejorar nuestras defensas contra las PFAS, y lo tienen tan claro que han fundado una startup de biotecnología para desarrollar estos productos. El objetivo es que el primero esté listo para 2026 y lo que harán estos probióticos especializados será capturar los químicos antes de que sean reabsorbidos en el intestino y “encapsularlos” para su excreción a través del sistema digestivo.

Imágenes | Universidad de Cambridge

En Xataka | Algunas bacterias pueden “sentir” el ácido de su entorno. Y su manera de adaptarse es mutar

– La noticia

Nuestro cuerpo está lleno de “químicos eternos” casi indestructibles. Resulta que tenemos la solución en el intestino

fue publicada originalmente en

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Alejandro Alcolea

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