La urgencia inmediata que siempre rodea a los New York Yankees choca de frente con una cruda realidad en el mercado. El manager general, Brian Cashman, quien ansiaba una solución de poder para la tercera base de cara a octubre, ve como su principal objetivo, Eugenio Suárez, parece estar a punto de dar un giro inesperado, lejos de los Yankees y directo a un reencuentro nostálgico. Este quiebre en el plan no solo desvía una adquisición clave, sino que también subraya una segunda vulnerabilidad en el equipo.
Los aficionados de los Yankees han estado en vilo durante el último mes, convencidos de la inminente llegada de Suárez. Sin embargo, el béisbol y la mala suerte les ha lanzado una curva. Noticias recientes sugieren que Suárez no solo podría no aterrizar en Nueva York, sino que los Cincinnati Reds están muy cerca de asegurar su regreso. Este desarrollo, que frustra los planes de Cashman, ha puesto el foco en la preocupante racha ofensiva de Anthony Volpe, cuyo bate ha desaparecido en un momento crucial de la temporada.
La situación de la tercera base en los Yankees es una mezcla de informe de lesiones y un notable apagón ofensivo. Con DJ LeMahieu fuera, el equipo clama por un bate que aporte potencia. Ahí es donde Suárez encajaba a la perfección.
Pero el corazón a veces tiene sus propios deseos. Informes recientes de medios como The Athletic sugieren que los Cincinnati Reds están a punto de darle la bienvenida a su antiguo jugador. El artículo destaca que “Los Reds han obtenido poca producción de su tercera base este año, y añadir a Suárez sería de gran ayuda… pasó siete temporadas con los Reds”.
Durante su etapa de 2015 a 2021 con los Reds, Suárez no fue solo un tercera base más; se convirtió en un pilar ofensivo y un favorito de los fans. Sus 189 jonrones y 524 carreras impulsadas, incluyendo una explosiva temporada 2019 con 49 cuadrangulares y un OPS de .930, lo establecieron como una fuerza implacable.
Mientras el drama de Suárez se desarrolla, un problema más silencioso, pero igualmente crítico, acecha en el campocorto. El bate de Anthony Volpe ha desaparecido en el momento más inoportuno. A pesar de su innegable esfuerzo y un guante sólido, su mala forma es innegable, evidenciada por un sombrío promedio de .128/.263/.234 en sus últimos 15 juegos.
En una alineación de contendientes, su ofensiva se ha vuelto deficiente. Esto genera un debate aún más extenso sobre las opciones con las que cuentan los Yankees y la posibilidad de sumar un nuevo jugador. Por ahora, pareciera que la suerte no juega de su lado del campo.