Espectáculo
Cómo viajar ligero y con estilo en Semana Santa

«El secreto está en llevar piezas que se complementen entre sí y permitan crear múltiples combinaciones sin necesidad de llenar la maleta”, dice a Efe el estilista Alberto del Sol sobre algunos trucos infalibles para acertar, evitar el sobrepeso de equipaje e ir bien preparado independientemente del destino.
Apuesta por prendas básicas: menos es más
Uno de los errores más comunes al hacer la maleta es incluir prendas que apenas se usarán. «El truco está en elegir piezas básicas en colores neutros que permitan múltiples combinaciones. Unos vaqueros de corte recto, camisetas blancas y negras, una americana y un vestido midi son opciones clave», ejemplifica el experto.
Los pantalones en tonos beige, negro o denim combinan con todo y pueden adaptarse tanto a un estilo diurno como a uno nocturno con el cambio de accesorios. «Si el destino es cálido, los pantalones de lino y las faldas midi serán tus mejores aliados», añade.
Complementos que destaquen: el toque maestro del estilismo
Los complementos son los encargados de transformar cualquier conjunto, convirtiendo un atuendo sencillo en uno con personalidad. “Una opción es incluir pendientes llamativos, collares dorados o de perlas y un bolso estructurado que eleve cualquier estilo», explica el estilista.
Para un viaje de Semana Santa, donde los planes pueden variar entre paseos turísticos y cenas especiales, un cinturón sofisticado y unas gafas de sol con estilo marcan la diferencia. «Los bolsos mini cruzados son una apuesta funcional y chic, ya que permiten moverse con comodidad sin perder elegancia», explica.
El sombrero de rafia o las gorras deportivas también son una opción. «Si el viaje es a la playa, un sombrero de ala ancha protegerá del sol y aportará un toque elegante. Si se trata de un destino urbano, una gorra aporta frescura y un aire moderno».
Zapatillas deportivas y mocasines: comodidad sin renunciar al estilo El calzado es un factor clave al momento de preparar la maleta. «Unas zapatillas deportivas blancas son la mejor opción para cualquier destino. Combinan con todo y permiten caminar largas distancias sin sacrificar el estilo», señala del Sol.
Otra opción de plena tendencia es apostar por zapatillas deportivas en tonalidades vivas, “una forma de dar ese toque divertido a cualquier `look´ sin desprendernos de la comodidad”, resalta el experto, que también incide en la importancia de apostar por algún zapato en tendencia.
La vuelta del calzado “peep toe” a las tendencias de la mano de firmas como Giambattista Valli o The Attico hacen de este tipo de calzado el perfecto para situaciones más elegantes.
“También se puede apostar por este modelo tan elegante en sandalias de tacón ancho”, explica sobre siluetas por las que apuestan firmas como Merkal.
Para quienes buscan una opción más sofisticada, recomienda los mocasines, uno de los calzados al alza esta temporada con piezas fruncidas y en tonalidades que van del marrón chocolate al negro, como los protagonistas de la firma Hume para esta temporada: «Son ligeros, atemporales, cómodos y elevan cualquier conjunto».
Si el viaje incluye cenas elegantes o eventos formales, unos botines de tacón medio o sandalias de tiras pueden ser la solución perfecta. «Optar por zapatos en tonos neutros como nude, negro o beige garantiza versatilidad sin añadir peso innecesario a la maleta».
Pañuelos y “layering”: claves para adaptarse a cualquier clima
Las temperaturas en Semana Santa pueden ser impredecibles, por lo que la técnica del «layering» o superposición de prendas es la mejor estrategia. «Las capas permiten adaptarse a los cambios de temperatura sin necesidad de llevar un abrigo voluminoso», comenta el estilista.
Para lograrlo, recomienda incluir camisetas de manga larga, jerséis de punto fino y una chaqueta ligera. «Las parkas impermeables o gabardinas son ideales porque protegen del viento y la lluvia sin ocupar demasiado espacio, además de prendas como sudaderas o camisas amplias», señala.
El pañuelo es otro accesorio imprescindible: «No solo es funcional para protegerse del frío, sino que también aporta un toque de color y sofisticación al conjunto», explica. “Se puede llevar atado al cuello, en la cabeza al estilo retro o incluso como cinturón para dar un aire fresco a cualquier estilo”.
(Texto: María Muñoz Rivera)
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