Derrota con consecuencias

No hubo milagro. Ni cerca de haberlo. El 96% de Opta ganó al 4%. La lógica triunfó ante lo imposible. Por mucho. Tras una semana donde la palabra ‘remontada’ sonó “un millón de veces”, sonrojo. Ni remontada, ni victoria. Nada. Traspiés cocinado en el Emirates y rematado en el Bernabéu. Que deja Chamartín en estado de alarma. Y dibuja una obligación. Ganar la Copa. No hay más. Es un ‘match ball’. Para el Madrid y para Ancelotti. Porque dejar KO al Barça el 26 de abril, junto a pelear la Liga hasta el final, son el salvoconducto, si lo hay, para Carletto. De soñar con el Triplete al gabinete de crisis. Así, así, así, así es el Madrid.

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 Sin Champions, ganar la Copa y pelear la Liga se convierte en imperativo, tanto para el club como para un Ancelotti en el alambre. Sellado Alexander-Arnold, el Madrid busca un central y un mediocentro.  

No hubo milagro. Ni cerca de haberlo. El 96% de Opta ganó al 4%. La lógica triunfó ante lo imposible. Por mucho. Tras una semana donde la palabra ‘remontada’ sonó “un millón de veces”, sonrojo. Ni remontada, ni victoria. Nada. Traspiés cocinado en el Emirates y rematado en el Bernabéu. Que deja Chamartín en estado de alarma. Y dibuja una obligación. Ganar la Copa. No hay más. Es un ‘match ball’. Para el Madrid y para Ancelotti. Porque dejar KO al Barça el 26 de abril, junto a pelear la Liga hasta el final, son el salvoconducto, si lo hay, para Carletto. De soñar con el Triplete al gabinete de crisis. Así, así, así, así es el Madrid.

Un club sin medias tintas donde la Supercopa de Europa y la Intercontinental comenzaron a perder tronío cuando el Barça apabulló a los blancos en Yeda. Un superbaño (2-5) en Arabia que instaló un soniquete acrecentado con los patinazos en Liga. Cuando la 37 estaba encaminada, comenzaron los tropezones. Derrotas ante Espanyol (1-0) y Betis (2-1), empates contra Atleti (1-1) y Osasuna (1-1). Y el mandoble del Valencia (1-2). Y el Barça, en paralelo, casi siempre de tres en tres. Para convertir una desventaja de siete puntos en cuatro de ventaja. Más la ida. Un 0-4 que fue el primer conato de crisis de una temporada, aun con dos títulos, con más dudas que certezas.

Ganar, vendetta y esperar…

Recuperar el goal average resulta quimérico, pero la misión pasa por llegar vivos al Clásico de Montjuïc. No queda mucho. En concreto, el 11 de mayo. Antes, contra el Athletic en el Bernabéu (domingo, 21:00) y visita al Getafe (23 de abril). Una visita al dentista. Un seis de seis que no es objetivo, sino imperativo. Para engancharse al campeonato con la vendetta contra el Barça. Y, con tres jornadas por delante, a esperar un pinchazo. No hay más.

Un parcial de 2-9

Aunque antes llega ese match ball. No es un 16,5%, las opciones que BeSoccer estima a los blancos en Liga, sino un cara o cruz. También contra el Barça. Némesis no sólo histórica, sino contemporánea. Por Flick, que ha tomado la medida a Ancelotti. Con fuego amigo, 1-2 en Nueva Jersey, y con fuego real. Con un parcial de 2-9 en temporada. Alzar la 21ª en sería el único escudo contra el runrún. Y el mejor trampolín a la Liga. Perder contra el Barça por cuarta vez consecutiva, y en una final, dejaría al Madrid en la lona. Y con un ojo en verano. Sevilla puede tener un color fatal…

En verano…

Con el único clavo ardiendo en Liga, el mercado ganaría rimbombancia. Más si cabe con las renovaciones de Modric, Lucas (acaban el 30 de junio) y Alaba (en 2026) en el alambre. Espinosas. Casos de difícil prolongación. Una potencial criba. El único fichaje sellado, a falta del apretón final, es Alexander-Arnold. Pero las derrotas dispararían, más aún, la necesidad de acelerar, de fichar. En la hoja de ruta blanca, un central y un mediocentro.

Gusta Dean Huijsen. Mucho. Y a Huijsen le gusta el Madrid. Aunque los 60 millones de euros que costaría sacar de Bournemouth al gigante de 20 años atemperan el asalto. Es lo que deben madurar en el club blanco. Porque de no dar el paso, lo dará la Premier (Chelsea, City y Liverpool). Un vaso comunicante con Alaba y su continuidad. Pero el convencimiento de que se necesita un zaguero joven para rejuvenecer la defensa es total.

También en la sala de máquinas, aunque ahí hay menor premura. Por el crecimiento de Tchouameni tras tocar fondo. Por la confianza en el desarrollo de Camavinga a pesar de haber vivido una temporada llena de contratiempos, físicos y de rendimiento. Por la demostración de Ceballos. De que, sano, puede darle tintes alemanes a su fútbol. Aun así, encaja Martín Zubimendi. Y el Madrid ha tomado posiciones. Para afrontar un potencial asalto final a final de curso. Todo dependiente de este último tramo. Del rush final en Liga y la Copa. Sin olvidar el Mundial de Clubes. Dependiente de los títulos. Porque es el termómetro del Madrid.

¿Y Ancelotti?

Fue la pregunta recurrente tras el estrellarse ante el Arsenal. “¿Mi futuro? Ni lo sé… ni quiero saberlo”, comentó a pie de campo, con media sonrisa. Más cariacontecido apareció cuando se le planteó la siguiente hipótesis: ¿se ve dirigiendo al Madrid en el Mundial de Clubes? “No puedo hablar de eso ahora”. ¿Siente que puede ser su último partido? “Puede pasar, no lo sé. El club puede querer cambiar. Puede ser este año, puede ser el próximo. No hay problema. El día que termine aquí sólo puedo hacer una cosa: dar las gracias. En un día, en un mes, en un año. Daré las gracias a este club, nada más”. Con contrato hasta 2026, Carletto no dará el paso. Pero Xabi Alonso aparece en el horizonte. La Champions ha dejado a Ancelotti tocado. Mucho.

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