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El impacto de las nuevas alianzas militares en los Balcanes

A mediados de marzo, Croacia, Albania y Kosovo formaron una alianza militar. Serbia y Hungría respondieron con una alianza militar propia. ¿Amenazan las nuevas alianzas la seguridad en el sureste de Europa?
Los medios de comunicación controlados por el Estado en Serbia han coincidido en elogiar la cooperación militar acordada entre Serbia y Hungría. El tabloide Informer tituló: «Una bomba que sacude la región”. El diario Kurir, portavoz del Gobierno, habló de un «momento histórico”, Novosti lo calificó como una «nueva prueba de amistad férrea” y el portal Republika afirmó que «croatas y albaneses están en pánico por la alianza militar serbio-húngara”.
Tanto periódicos, como canales de televisión y portales de internet —todos bajo control estatal— celebraron al unísono el supuesto pacto militar, firmado a comienzos de abril de 2025 en Belgrado, por los ministros de Defensa de Serbia y Hungría. Pocos días después, el presidente de la Republika Srpska (la entidad serbia de Bosnia y Herzegovina), Milorad Dodik, anunció que su región se sumaría a la «nueva alianza militar”.
Los medios serbios, tanto dentro del país como en el extranjero, han presentado este «pacto militar” como una respuesta al acuerdo de defensa firmado poco antes entre tres miembros de la OTAN: Croacia, Albania y Kosovo, cuya independencia Serbia sigue sin reconocer, incluso después de varias décadas.
El ministerio de Exteriores serbio criticó duramente ese acuerdo regional: «Es particularmente preocupante que esta alianza militar se haya formado sin consultar a Belgrado”. Aseguró, además, que el objetivo es «aislar a Serbia” y fomentar la creación de «estructuras paramilitares” en Kosovo, calificando el pacto de «grosera provocación”.
¿Qué contempla realmente el acuerdo entre Croacia, Albania y Kosovo?
El 18 de marzo de 2025, los ministros de Defensa de Croacia, Albania y Kosovo firmaron en Tirana un acuerdo que prevé cooperación dentro del marco del Concepto Estratégico de la OTAN y de la política de seguridad de la Unión Europea. El objetivo es fortalecer la colaboración en la industria armamentista, la formación de soldados y oficiales, y realizar ejercicios militares conjuntos.
El acuerdo también incluye medidas para defenderse de ciberataques extranjeros y campañas de desinformación, en el contexto de la integración euroatlántica. Aunque Serbia se declara amenazada por esta nueva alianza, el primer ministro croata, Andrej Plenković, aseguró: «Este memorando de cooperación no tiene ningún tipo de carácter hostil”.
Sin embargo, las antiguas rivalidades nacionales entre Serbia y Croacia se intensificaron tras la firma del pacto trilateral. El ministro de Defensa croata, Ivan Anušić, provocó aún más tensión al declarar: «Se acabaron los tiempos en los que Croacia debía pedir permiso a Belgrado para actuar, y eso no se repetirá jamás”.
¿Aumenta el riesgo de guerra en los Balcanes occidentales?
Aunque persiste el viejo dicho «el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, un análisis más profundo de las capacidades militares en la región indica que un conflicto bélico inminente es poco probable.
A comienzos de abril, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, declaró que no era necesario incluir la situación de los Balcanes en la agenda de la reunión de ministros de Exteriores del bloque en Bruselas.
Ya un año antes, su antecesor, Jens Stoltenberg aseguró que no existía una amenaza militar directa.
«Hay pocas probabilidades de que estalle una guerra real”, afirma Vuk Vukasanović, del Centro de Política de Seguridad de Belgrado. A pesar del rearme, los países de la región cuentan con recursos limitados para sostener un conflicto, y sobre todo, añade, «las élites locales temerían perder su poder si se desatara una guerra”.
La OTAN mantiene el control en la región
La presencia de la OTAN en los Balcanes es significativa. Excepto por Serbia y Kosovo, todos los países vecinos —incluyendo Bosnia y Herzegovina— son miembros de la alianza.
Estados Unidos opera en Kosovo la gran base militar de Camp Bondsteel. En Rumania, el aeródromo de Mihail Kogălniceanu, cerca de Constanza, se está ampliando con una inversión mínima de 2.500 millones de euros para acoger a 10.000 soldados, convirtiéndose en la base más grande de la OTAN en Europa. Asimismo, en el puerto de Durres, en la costa adriática de Albania, se planea desde hace tiempo una gran base naval.
(gg/ms)
A mediados de marzo, Croacia, Albania y Kosovo formaron una alianza militar. Serbia y Hungría respondieron con una alianza militar propia. ¿Amenazan las nuevas alianzas la seguridad en el sureste de Europa?