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Hay expertos que creen que nos estamos duchando mal justo después de hacer ejercicio

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Hay expertos que creen que nos estamos duchando mal justo después de hacer ejercicio

Como si fuera todo parte del mismo rito, la ducha forma casi una parte indivisible de nuestras rutinas deportivas, ya nos estemos ejercitando por salud, por trabajo o por afición. La práctica puede acercarnos a la perfección en nuestros entrenamientos pero hay quienes creen que no ocurre lo mismo con las duchas.

En otras palabras: hay expertos que creen que nos estamos duchando mal.

La ducha después del deporte es algo más que una cuestión de higiene. Un estudio publicado en 2019, por ejemplo, hallaba que la ducha tras el ejercicio puede ayudarnos a recuperar el confort térmico, algo si cabe más importante ahora que estamos en verano y esto puede requerir más tiempo.

Otro estudio realizado hace unos años en el Reino Unido halló una curiosa correlación entre el hábito de ducharse tras el ejercicio y los niveles de actividad física de los escolares británicos.

Entonces, ¿qué podríamos estar haciendo mal? La clave de este supuesto error en el tiempo. Generalmente, después de ejercitarnos iremos casi directos a la ducha, pasados unos pocos minutos de habremos dedicado a estiramientos y a “enfriarnos” después del ejercicio.

Las rutinas posteriores al ejercicio son importantes y no solo incluyen los estiramientos sino que también requieren que nuestro cuerpo vaya recuperando la normalidad en lo que respecta al pulso o a la temperatura corporal. Dar tiempo a este proceso podría requerir posponer la ducha al menos durante unos minutos.

En este sentido, los expertos de Healthline, por ejemplo, destacan la importancia de dedicar entre cinco y diez minutos de nuestra actividad física a un ejercicio relajado que nos permita rebajar nuestras pulsaciones a la par que nuestro cuerpo se va enfriando poco a poco.

Una vez nuestro pulso se haya relajado será el momento de realizar estiramientos, otra parte importante de nuestra rutina de ejercicios que nos permite evitar lesiones y, a la par, también requiere cierto tiempo de dedicatoria. Una vez terminados los estiramientos podemos pasar a la ducha, pero eso nos lleva a otro viejo dilema, el de la temperatura.

Ducha fría, o caliente

Parte del debate sobre si es mejor esperar un poco antes de darse una ducha tiene que ver con el contraste térmico cuando hacemos ejercicio nuestro cuerpo se calienta, con cómo reaccionan nuestros músculos frente al contraste térmico.

La solución al problema podría parecernos evidente (ducharnos con agua caliente), pero como es costumbre, la realidad es un poco más compleja: sabemos por varios estudios que las duchas de agua fría después del ejercicio también pueden tener beneficios para nuestra salud.

Un ejemplo es el estudio publicado en 2019 en Journal of Strength and Conditioning Research. El equipo responsable del análisis señalaba que las duchas de agua fría podrían promover la sensación de confort térmico al hacer precisamente que nuestras pulsaciones se aceleren pasado un tiempo del ejercicio. En determinados contextos cálidos, esto podría reducir el estrés cardiaco después del ejercicio.

El periodo de recuperación posterior al ejercicio es fundamental y quizás no le estemos prestando tanta atención como deberíamos. Diversos equipos científicos han tratado de averiguar cuáles son las mejores rutinas y los hábitos, no solo en el momento inmediatamente posterior al ejercicio sino también durante el periodo extenso entre un entrenamiento y otro.

Recuperar nuestra temperatura, nuestras pulsaciones y nuestra actividad muscular de reposo es importante, pero también lo es hidratarnos para recuperar el agua perdida y dormir de forma adecuada. La “ciencia de la recuperación” es una subdisciplina incipiente que ha evolucionado sustancialmente en los últimos años pero que aún debe acumular una mejor comprensión de su objeto de estudio, indicaba el experto en biomedicina y fisiología Jonathan M. Peake en un artículo en la revista Current Opinion in Physiology.

En Xataka | El crossfit es el pasado, Hyrox es el presente: la nueva obsesión en los gimnasios es también una pista sobre el futuro del ejercicio

Imagen  | Kenny


La noticia

Hay expertos que creen que nos estamos duchando mal justo después de hacer ejercicio

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Pablo Martínez-Juarez

.

​Como si fuera todo parte del mismo rito, la ducha forma casi una parte indivisible de nuestras rutinas deportivas, ya nos estemos ejercitando por salud, por trabajo o por afición. La práctica puede acercarnos a la perfección en nuestros entrenamientos pero hay quienes creen que no ocurre lo mismo con las duchas.

En otras palabras: hay expertos que creen que nos estamos duchando mal.

La ducha después del deporte es algo más que una cuestión de higiene. Un estudio publicado en 2019, por ejemplo, hallaba que la ducha tras el ejercicio puede ayudarnos a recuperar el confort térmico, algo si cabe más importante ahora que estamos en verano y esto puede requerir más tiempo.

Otro estudio realizado hace unos años en el Reino Unido halló una curiosa correlación entre el hábito de ducharse tras el ejercicio y los niveles de actividad física de los escolares británicos.

Entonces, ¿qué podríamos estar haciendo mal? La clave de este supuesto error en el tiempo. Generalmente, después de ejercitarnos iremos casi directos a la ducha, pasados unos pocos minutos de habremos dedicado a estiramientos y a “enfriarnos” después del ejercicio.

En Xataka

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Las rutinas posteriores al ejercicio son importantes y no solo incluyen los estiramientos sino que también requieren que nuestro cuerpo vaya recuperando la normalidad en lo que respecta al pulso o a la temperatura corporal. Dar tiempo a este proceso podría requerir posponer la ducha al menos durante unos minutos.

En este sentido, los expertos de Healthline, por ejemplo, destacan la importancia de dedicar entre cinco y diez minutos de nuestra actividad física a un ejercicio relajado que nos permita rebajar nuestras pulsaciones a la par que nuestro cuerpo se va enfriando poco a poco.

Una vez nuestro pulso se haya relajado será el momento de realizar estiramientos, otra parte importante de nuestra rutina de ejercicios que nos permite evitar lesiones y, a la par, también requiere cierto tiempo de dedicatoria. Una vez terminados los estiramientos podemos pasar a la ducha, pero eso nos lleva a otro viejo dilema, el de la temperatura.

Ducha fría, o caliente

Parte del debate sobre si es mejor esperar un poco antes de darse una ducha tiene que ver con el contraste térmico cuando hacemos ejercicio nuestro cuerpo se calienta, con cómo reaccionan nuestros músculos frente al contraste térmico.

La solución al problema podría parecernos evidente (ducharnos con agua caliente), pero como es costumbre, la realidad es un poco más compleja: sabemos por varios estudios que las duchas de agua fría después del ejercicio también pueden tener beneficios para nuestra salud.

Un ejemplo es el estudio publicado en 2019 en Journal of Strength and Conditioning Research. El equipo responsable del análisis señalaba que las duchas de agua fría podrían promover la sensación de confort térmico al hacer precisamente que nuestras pulsaciones se aceleren pasado un tiempo del ejercicio. En determinados contextos cálidos, esto podría reducir el estrés cardiaco después del ejercicio.

El periodo de recuperación posterior al ejercicio es fundamental y quizás no le estemos prestando tanta atención como deberíamos. Diversos equipos científicos han tratado de averiguar cuáles son las mejores rutinas y los hábitos, no solo en el momento inmediatamente posterior al ejercicio sino también durante el periodo extenso entre un entrenamiento y otro.

Recuperar nuestra temperatura, nuestras pulsaciones y nuestra actividad muscular de reposo es importante, pero también lo es hidratarnos para recuperar el agua perdida y dormir de forma adecuada. La “ciencia de la recuperación” es una subdisciplina incipiente que ha evolucionado sustancialmente en los últimos años pero que aún debe acumular una mejor comprensión de su objeto de estudio, indicaba el experto en biomedicina y fisiología Jonathan M. Peake en un artículo en la revista Current Opinion in Physiology.

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Hay expertos que creen que nos estamos duchando mal justo después de hacer ejercicio

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