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Vini-afición: magia en peligro

El Real Madrid cosechó una derrota contra el Valencia en el Santiago Bernabéu con la que pareció despedirse casi definitivamente de la Liga, a falta de la disputa de ocho jornadas. El empate del Betis en casa del Barça, horas después, atenuó esa sensación. Y el duelo, más allá de lo doloroso del resultado, dejó ciertas heridas en la carne blanca en el peor momento posible, justo cuando se aproximan los cuartos de final de la Champions League, cuya ida se disputa este martes en Londres ante el Arsenal. Pero ningún arañazo fue tan profundo como el vivido por Vinicius, que no sólo cuajó un partido irregular tirando a malo, pese a marcar; vio incluso cómo su propia afición le silbó en algunos momentos.
El brasileño, con sólo tres goles en los últimos 16 partidos, escuchó pitos ante el Valencia y parece haber perdido la confianza de Ancelotti desde el punto de penalti.
El Real Madrid cosechó una derrota contra el Valencia en el Santiago Bernabéu con la que pareció despedirse casi definitivamente de la Liga, a falta de la disputa de ocho jornadas. El empate del Betis en casa del Barça, horas después, atenuó esa sensación. Y el duelo, más allá de lo doloroso del resultado, dejó ciertas heridas en la carne blanca en el peor momento posible, justo cuando se aproximan los cuartos de final de la Champions League, cuya ida se disputa este martes en Londres ante el Arsenal. Pero ningún arañazo fue tan profundo como el vivido por Vinicius, que no sólo cuajó un partido irregular tirando a malo, pese a marcar; vio incluso cómo su propia afición le silbó en algunos momentos.
Sería injusto decir que el partido de Vinicius fue completamente malo; no es así, pues anotó el gol del empate de los blancos, una diana que en último término acabó no teniendo peso tras el 1-2 de Hugo Duro. Fue además su tanto 104 con la camiseta del Madrid, con el que igualó a Ronaldo Nazario, algo que él mismo celebró en redes sociales a pesar de la derrota, encendiendo los ánimos de varios madridistas. Pero ese tanto fue una gota en el océano del duelo frente al Valencia, en el que Vinicius entró con muy mal pie, en una primera parte para olvidar.

No creó apenas peligro antes del descanso y, cuando tuvo la oportunidad, falló la más clara de las ocasiones: un penalti lanzado de forma muy mejorable y que Mamardashvili despejó sin demasiada complicación. El tema de los penaltis ha sido un asunto recurrente en el Real Madrid durante todo el curso y Ancelotti parece haber agotado su paciencia. En la rueda de prensa posterior al duelo, deslizó que eligió a Vinicius “para darle confianza”, pero que pese a ello “había fallado”. Y al ser preguntado sobre si Mbappé sería en adelante el lanzador (es el que ha tirado más este curso, nueve, siete de ellos anotados; su porcentaje es mejor que el de Vinicius y su experiencia, también), soltó un lacónico “vamos a verlo”.
Y lo verdaderamente extraño llegó después, cuando recibió silbidos, no masivos pero tampoco aislados, cuando intentó una jugada personal después de ese fallo. Dichos pitos se repitieron, en menor intensidad, en un par de momentos del encuentro. Y luego, cuando fue sustituido en la segunda parte para que entrase Endrick, de nuevo con más fuerza. El público del coliseo blanco, probablemente el más exigente que hay, mostró su disconformidad con el mal penalti lanzado, quizás reclamando que Ancelotti se decante de una vez por Mbappé, el máximo artillero del equipo.
Sólo tres goles en 16 partidos
Y los pitos también sonaron a crítica por el mal partido que estaba cuajando, sustentado en sus estadísticas del choque: hizo cuatro remates, todos entre palos, pero de escaso peligro más allá del gol, intervino 20 veces menos que Mbappé (61 a 41), intentó cuatro regates y no salió exitoso en ninguno, sólo creó una gran ocasión de gol y apenas logró una recuperación de balón. Probablemente esos silbidos vendrían también motivados por el irregular momento de forma del brasileño, que no pasa su mejor pico de forma: apenas ha marcado tres goles en los últimos 16 encuentros en que ha participado.
Ancelotti, con todo, le restó peso a esa reacción del público en rueda de prensa: “Vinicius está centrado en lo que esta haciendo. Puede jugar bien o mal, pero está centrado en lo que hace”. Pero algo percibe también el italiano, que ya en varios partidos ha decidido sacar al brasileño del encuentro con mucho en juego: no dejó que llegase a la tanda de penaltis ante el Atleti en Champions y frente al Valencia, buscando el triunfo, también prefirió a otro jugador.
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