Baloncesto
Fracaso repetitivo en Milán

Pasaron muchos años hasta que en Milán se centraron los esfuerzos en recuperar el espíritu competitivo. Que es algo que se consigue con dinero, aumentando el presupuesto y mejorando la plantilla. Si se bucea en la historia de este club, fundado en 1930 y a cinco años vista del centenario, se ve la magnificencia de la que hablamos y que se ha recuperado en la etapa actual. Se pudo tener a Dino Meneghin, Mike D’Antoni, Bob McAdoo. Se pudo fichar a Ferdinando Gentile, Dejan Bodiroga, Gregor Fucka. El Milán tiene tres Copas de Europa en el palmarés, es uno de los grandes del continente y como tal se le juzga.
El equipo que dirige Ettore Messina y pertenece a Giorgio Armani se queda clavado de nuevo. Tercer año sin llegar a los cruces de la Euroliga.
Pasaron muchos años hasta que en Milán se centraron los esfuerzos en recuperar el espíritu competitivo. Que es algo que se consigue con dinero, aumentando el presupuesto y mejorando la plantilla. Si se bucea en la historia de este club, fundado en 1930 y a cinco años vista del centenario, se ve la magnificencia de la que hablamos y que se ha recuperado en la etapa actual. Se pudo tener a Dino Meneghin, Mike D’Antoni, Bob McAdoo. Se pudo fichar a Ferdinando Gentile, Dejan Bodiroga, Gregor Fucka. El Milán tiene tres Copas de Europa en el palmarés, es uno de los grandes del continente y como tal se le juzga.
Vuelven los fantasmas. A principios de siglo no había inversión en un barco a la deriva, con más ojos en Roma o Siena en vez de aquí. Italia es Milán de nuevo. El problema es el que dinero no siempre compra títulos. Desde que en el año 2008 el club pasó a manos de Giorgio Armani ha ido escalando, el dueño se animó, ha crecido en el ecosistema nacional e internacional y ahora es el grande del que hablábamos. Hace cuatro años alcanzó la Final Four, sin público en el contexto pandémico, y sólo un tiro milagroso de Higgins con el Barça les quitó del camino. Aquello marcó lo último positivo que se les recuerda.
El club marcó el punto de inflexión en la incorporación de Ettore Messina, tras los éxitos de Bolonia, Moscú y San Antonio, una cabeza pensante que ha influido también en la configuración de los equipos conforme pasaban los años. Entre los cinco presupuestos más elevados de la Euroliga desde que asumió el cargo de entrenador. Un simple éxito, que además no conllevó la victoria final, en todas estas temporadas. La competición, para más pena, ha ampliado las posibilidades de clasificación más allá de la fase regular de ocho a diez equipos, con un corte más antes de llegar a cuartos, y ni con ésas se ha clasificado el conjunto lombardo. A todas luces es un fracaso repetitivo.
El combinado rojo y negro tiene sus inversiones puestas en Nikola Mirotic como centro del proyecto. Le queda un año de contrato y este nuevo batacazo, al no ser el primero, compromete que el hispanomontenegrino quiera continuar. De la renovación al acuerdo de desvinculación, en este caso, hay un paso y no dos. Nebo, LeDay, Shields y otros comparten con el ex del Barça la aventura de esta temporada, donde se tuvo que tirar de nuevo de incorporaciones a mitad de año, caso de Nico Mannion y Freddie Gillespie, para salvar la situación. Y ni una cosa ni la otra. El objetivo que les queda es competir por la Lega, el ámbito europeo les ha pasado por la derecha.
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Si bien la parte media de la Euroliga está más cara que nunca, y en la última jornada el Olimpia podría igualar el balance de victorias y derrotas, no es un objetivo que valga para uno de los cómputos económicos más altos de la competición. En lo que se valoran las opciones que daría la nueva liga y se sumergen en ese proyecto, su continuidad aquí está garantizada dado que son uno de los clubes propietarios. Falta dar un poco más de ejemplo.
Comenzar con cuatro derrotas en cinco partidos puso las alarmas a funcionar. Una de ellas, la del Zalgiris en el Forum, supuso la segunda mayor remontada de la historia de la competición (27 puntos a la basura). Llegó el Efes. Y semanas después, el que se puede decir que fue el toque en el fondo: echar a perder otra ventaja sustancial en la casa del peor equipo, el Alba de Berlín. Ahí estuvo la reacción: seis triunfos consecutivos para enderezar mínimamente el rumbo. Desde marzo, con los cambios realizados, se creó la cadena que les ató para siempre: seis caídas y pérdida de contacto con la zona media, la de los empates múltiples. Ni playoff ni play-in. Se erró en los cambios del plantel (por ejemplo, Hines se retiró y no se encontró esa figura con poso y tesón a partes iguales; McCormack acabó fuera del equipo); de la irregularidad en el trato a un veterano como Causeur al bajón del aficionado por el rendimiento que ha dado Dimitrijevic. No ha funcionado la estrategia.
La pregunta es cómo y cuánto van a sacudir la coctelera el próximo verano. La inversión ha estado en torno a los treinta millones de euros en cada uno de los ejercicios. Panathinaikos, Olympiacos, Madrid y Barça, con esos transatlánticos ha competido a nivel económico pero lejos de ellos ha estado en lo deportivo. Messina continúa confirmado por la gerencia. Interrogantes a tutiplén en un fracaso sin paliativos de uno de los clubes más grandes del continente.
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Contextos los hay diversos, pero el de Armani ha sido cristalino a lo largo del último lustro: si había que poner dinero, se ponía. La acumulación de desilusiones en el concierto europeo año tras año, una y otra vez, pueden cambiar la visión del empresario de moda.
De la siguiente temporada se necesita extraer algo positivo. Simplemente disputar los cuartos de final se consideraría como tal. Borrón y cuenta nueva en Casa Messina, que encara el tramo final de su lustrosa carrera profesional con este desaguisado.
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