La mítica Carrera de Campeones (ROC, siglas del inglés de Race of Champions) ha perdido mucha parte (o todo) el lustre que tuvo hace menos de dos décadas. Queda poco de aquellas ediciones de las Islas Canarias donde los Carlos Sainz, Collin McRae o Didier Auriol peleaban, o de las fiestas modernas en las que se generaban duelos entre Sébastien Loeb y Michael Schumacher como campeones del WRC y de la Fórmula 1 en estadios icónicos como Saint-Denis o Wembley. En 2025 se disputa en los primeros días de marzo, en Sidney, y con una parrilla con menos estrellas. Aunque una de las relevantes, la leyenda Loeb, pisa fuerte desde el inicio.
Loeb, junto a Victor Martins, fue campeón en la primera parada del ROC 2025, la Copa de Naciones. Francia derrotó a Australia en la final, con un triunfo del que fue campeón de la F3 en 2022 ante Will Brown a los mandos de un coche de rallycross. Es, en cierta medida, la gracia de la competición, con los pilotos de diferentes categorías peleando con vehículos aleatorios.
Antes, Francia había avanzado en una fase de grupos que compartió contra Finlandia (Valtteri Bottas y Heikki Kovalainen) y el equipo de los All-Stars, formado por el sueco Johan Kristofferson y Chaz Mostert -piloto de GT y V8 Supercars-. En cuartos, el equipo galo derrotó a Nueva Zelanda y en semifinales repitió eliminatoria contra el combinado ‘de estrellas’.
Es el tercer título del equipo francés en la Copa de Naciones. Lo habían sido en el 2000 en Gran Canaria con un equipo de lo más heterogéneo (Panizzi -rally-, Laconi -MotoGP- y Muller -turismos-) y en 2004 en París con Loeb y Jean Alesi -F1-. Alemania, que solía citar a Schumacher y Vettel en la era dorada, sigue siendo la referencia con ocho coronas.
Es el primer gran paso para Loeb en Sidney, lugar en el que tratará de lograr su quinta Carrera de Campeones individual. Está empatado a cuatro con Auriol como el piloto más laureado en la historia de una competición amistosa… y con años felices en el pasado.
