Baloncesto
Magic señala a Redick por la derrota: “No sé si es inteligente”

Los Angeles Lakers están metidos en un buen lío. La segunda derrota en dos partidos en Mineápolis supone el 3-1 a favor de los Timberwolves, lo que coloca a los angelinos al borde del precipicio. Necesitan ganar los tres partidos que quedan si quieren mantenerse con vida esta temporada. Cualquier tropiezo será definitivo y mandará a casa a un equipo que, desde la llegada de Luka Doncic, había vuelto a soñar con tener un camino largo en los playoffs de este año. Lo que no sabían entonces es que se les iba a cruzar a las primeras de cambio uno de los equipos que iba a llegar más en forma a este momento de la temporada.
El entrenador de los Lakers no hizo ningún cambio en toda la segunda parte, algo nunca visto. LeBron y Doncic acabaron agotados.
Los Angeles Lakers están metidos en un buen lío. La segunda derrota en dos partidos en Mineápolis supone el 3-1 a favor de los Timberwolves, lo que coloca a los angelinos al borde del precipicio. Necesitan ganar los tres partidos que quedan si quieren mantenerse con vida esta temporada. Cualquier tropiezo será definitivo y mandará a casa a un equipo que, desde la llegada de Luka Doncic, había vuelto a soñar con tener un camino largo en los playoffs de este año. Lo que no sabían entonces es que se les iba a cruzar a las primeras de cambio uno de los equipos que iba a llegar más en forma a este momento de la temporada.
Los Wolves son pura adrenalina. Un conjunto con una fortaleza física imponente que de momento se está imponiendo con claridad a los Lakers en ese apartado del juego. El diferencial acumulado de los últimos cuartos después de cuatro partidos habla por sí solo: 105-69. Anoche fue un ejemplo clarísimo acrecentado por una decisión técnica de JJ Redick de la que se está hablando mucho. Porque los Lakers entraron en el último cuarto con una ventaja de 10 puntos (84-94) después de un tercer cuarto magnífico (23-36) jugado al completo con el mismo quinteto: Luka Doncic, Austin Reaves, Dorian Finney-Smith, LeBron James y Rui Hachimura. Redick decidió cambiar el paso y no empezar con Jason Hayes de cinco tras el descanso. Y en esos primeros 12 minutos la jugada le salió perfecta.
Pero aquí viene lo extraordinario. El entrenador de los Lakers mantuvo a los mismos jugadores en pista el resto del encuentro. Es decir, que no hizo ningún cambio en toda la segunda parte. Es la primera vez desde que existe el seguimiento jugada a jugada en la NBA (temporada 1996-97) que un equipo juga una mitad de partido entera con los mismos cinco jugadores. El resultado fue más que evidente para cualquiera que viese el partido: los Lakers llegaron agotados al final del encuentro. Una sensación que se apoya en los números. Perdieron el último cuarto 32-19, 19-9 en los últimos 5 minutos. LeBron y Doncic jugaron 46 minutos cada uno. El primero, que metió 27 puntos, no hizo ninguno en el último cuarto. El segundo, que acabó con 38, se quedó en 1/6 en tiros de campo en los 12 minutos finales.
Magic Johnson señaló después en su cuenta de X esta decisión de Reddick como la causa de la derrota: “No sé si es inteligente jugar con LeBron y Luka toda la segunda mitad después de tener solo un día de descanso entre el tercer y el cuarto partido. Cuando necesitábamos que LeBron tomara el control en el último cuarto, no pudo: anotó 0 puntos”.
El técnico de los Lakers explicó después su decisión: «No, no estaba planeado hacer algo así, pero lo decidimos al descanso. Jugamos lo suficientemente bien para ganar y nos esforzamos al máximo, pero no es algo planeado jugar así toda la segunda parte. Les pregunté antes de empezar el último cuarto, les dije que teníamos dos tiempos muertos y que si necesitaban un descanso que nos lo dijesen. Salieron y dieron todo lo que tenían. Una vez que se toma esa decisión y lo apostamos todo hay que confiar en ello».
En plena cuesta abajo y gracias a un empujón más con el corazón que con la cabeza o con las fuerzas, los Lakers lograron su última ventaja en el partido después de dos triples consecutivos, ninguno de sus estrellas. Primero Reaves y después Finney-Smith ponían a los angelinos 111-113 a 1:29 del final. Ya no anotarían más. Para más inri, y ya con 1 abajo, entre LeBron y Doncic perdieron un balón en un saque de banda, totalmente atosigados por una defensa que se los fue comiendo poco a poco según se les iba vaciando el tanque. ¿Quedará suficiente gasolina para ganar tres partidos seguidos?
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