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¡Cuidado, alerta! El país no soporta otra tragedia

Deportes, Toques Recuerdo perfectamente cuando en Santiago, a finales del 1976, se iniciaron los trabajos para la construcción del Palacio de los Deportes. Dos años después, esa obra fue inaugurada y se inició una brillanteetapa del baloncesto en esa ciudad. En el año 2008, la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras delEstado (OISOE), realizó una gran transformación
Recuerdo perfectamente cuando en Santiago, a finales del 1976, se iniciaron los trabajos para la construcción del Palacio de los Deportes.
Dos años después, esa obra fue inaugurada y se inició una brillante
etapa del baloncesto en esa ciudad.
En el año 2008, la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del
Estado (OISOE), realizó una gran transformación del edificio deportivo, que se denominó: Gran Arena del Cibao, Dr. Oscar Gobaira. Se invirtieron 1000 millones de pesos.
Las actividades dentro de esa instalación producen mucho dinero, por arrendamientos y usos múltiples.
No conozco, pues me ha sido imposible saber, a pesar de las diligencias, quiénes son los que manejan los dineros que ingresan por el uso de esa instalación, ni cómo han sido usados.
El que tenga la información, debe darla a conocer sin ningún temor público Mi intención no es buscar culpables, ni tampoco manchar reputaciones ajenas, de quienes han manejado esos recursos.
Ese es un tema secundario, y por lo tanto, no es el motivo principal de este artículo.
El motivo principal es dar una voz de alerta, previendo que ocurra otra desgracia colectiva.
En las redes se han publicado fotos del techo de la segunda edificación más concurrida del Cibao, después del estadio de béisbol, sede de las Águilas Cibaeñas.
Lucen deterioradas y frágiles, y hay huecos que evidencian su inexplicable vacío y nos obliga a pensar sobre la vulnerabilidad del techo y un posible desplome en cualquier momento.
Y nadie investiga ni confirma esa condición.
Conversando con técnicos del área, me indican que el desprendimiento
de esas tejas, ocasionan deterioros al techo paulatinamente y recomiendan una pronta revisión y adecuación del mismo.
¿Por qué quienes administran y reciben beneficios de los eventos que allí se celebran, ni tampoco las autoridades del deporte, no han enfrentado la situación?.
Es inaceptable que alguien diga que no tiene conocimiento de ese visible deterioro, que ya se ha hecho público.
La contesta es fácil: “no tienen conocimiento de la misma”, o Lo que sí sabemos es que, faltan tejas del techo de la Gran Arena del Cibao y que, por las fotos publicadas, se advierte como un deterioro por falta de mantenimiento.
No es razonable pensar que las tejas faltantes han sido robadas por malandrines, porque es difícil subir al techo y sustraerlas, pues además, existe un cuartel policial para la seguridad del edificio.
No somos pronosticadores, más bien alertamos para evitar una nueva desgracia.
Pensemos que ante la eventual ocurrencia de un desplome del techo de ese edificio, cientos de personas, incluyendo niños que sus padres los llevan a disfrutar de ese y otros espectáculos.
Quien pudiendo hoy hablar y actuar, mejor prefiere callar y demostrar su indiferencia ante lo que denunciamos, mañana será más que cómplice, un primer acusado por la opinión pública, de cualquier desgracia que allí ocurriese. Porque el país no soporta una nueva tragedia que hoy parece evitable.
¿A quién le corresponde actuar?
Primero, a quienes usufructúan la Gran Arena, que son los directamente beneficiados. Segundo, al gobierno a través del Ministerio de Deportes. ¿Quién toma la iniciativa de actuar?
Por: Héctor García
hectorgarciasr@gmail.com