Baloncesto
Lo peor, confirmado: Damian Lillard tiene roto el tendón de Aquiles
Se daba por hecho después de su fea lesión en el inicio del cuarto partido de la serie Indiana Pacers-Miwaukee Bucks, pero ya se ha confirmado: Damian Lillard tiene roto el tendón de Aquiles, tal y como ha anunciado el periodista Shams Charania (ESPN). Es una de las peores lesiones para un jugador de baloncesto, así que el base no solo no acabará, obviamente, estos playoffs: también podría perderse prácticamente toda la próxima temporada. Un golpe tremendo para el base, de 34 años, y para este proyecto de los Bucks, que sigue sin levantar cabeza.
El base de los Bucks se lesionó en los primeros minutos del cuarto partido contra los Pacers. Un golpe tremendo para él y también para el presente y el futuro de los Bucks.
Se daba por hecho después de su fea lesión en el inicio del cuarto partido de la serie Indiana Pacers-Miwaukee Bucks, pero ya se ha confirmado: Damian Lillard tiene roto el tendón de Aquiles, tal y como ha anunciado el periodista Shams Charania (ESPN). Es una de las peores lesiones para un jugador de baloncesto, así que el base no solo no acabará, obviamente, estos playoffs: también podría perderse prácticamente toda la próxima temporada. Un golpe tremendo para el base, de 34 años, y para este proyecto de los Bucks, que sigue sin levantar cabeza.
Fue una noche catastrófica en Wisconsin. Después de su reacción del tercer partido, los Bucks se estrellaron (103-129) y están prácticamente eliminados (3-1 ahora para los Pacers). Pero lo peor, claro, es este gravísimo percance de un Lillard que cayó fulminado en el ecuador del primer cuarto, cuando trataba de que su equipo se hiciera con un rebote de ataque. Al momento, se lanzó al suelo con gesto de obvio dolor y se fue de la pista sin poder apoyar el peso de su cuerpo en la pierna izquierda. Las primeras exploraciones ya apuntaban a una lesión con la que rara se vez se equivocan los médicos desde la primera observación. Su entrenador, Doc Rivers, también habló en rueda de prensa de síntomas “muy poco prometedores”.
Ha sido una temporada, la segunda en los Bucks, muy difícil para Lillard, que no está teniendo suerte desde que dejó los Trail Blazers. Había conseguido volver, acortando unos plazos que parecía que serían más largos, para el segundo partido de la serie contra los Pacers después de perderse el primero y los últimos 14 de la regular season por coágulos de sangre en la pierna derecha. Antes de los playoffs, jugó 58 partidos de fase regular y promedió 24,9 puntos y 7,1 asistencias para un equipo que no encuentra la fórmula con la que volver a situarse entre los aspirantes al anillo. Tampoco con el dúo que formaron en el verano de 2024 Lillard y un Giannis Antetokounmpo cuya situación puede acercarse al límite en los Bucks. Se van a cumplir cuatro años desde que el equipo fue campeón en 2021 y desde entonces no ha vuelto ni siquiera a una final de Conferencia (este año no está eliminado todavía, pero parecería casi un milagro…) entre desgracias en forma de lesiones y mala gestión en los despachos.
Mañana se jugará el quinto partido en Indiana. Si pierden los Bucks, estarán eliminados en primera ronda por segunda temporada consecutiva. Y el futuro no pinta nada bien: no disponen de sus rondas de draft hasta 2031 y Lillard tiene garantizados 113 millones en las dos próximas temporadas (la segunda, una player option). Un problema para la planificación porque el base en principio no podrá jugar el próximo curso, que será el último antes de que Giannis esté a las puertas de su propia player option, en el verano de 2027.
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